lunes, 18 de junio de 2012

¿MISA OBLIGATORIA? ¿O SEXO OBLIGATORIO? ( I )



                                            Primera parte: EL ESTADO LAICO

Queridos amigos y lectores:


Semanas atrás les había prometido escribir un extenso artículo, para refutar, más detenidamente, un disparatado escrito ofensivo de Quintana en ABC-Color, al cual yo había respondido escuetamente. El mismo llevaba por título:  "Otro católico ignorante", infeliz expresión, ya que, por su ambigüedad e intención ofensiva no disimulada, suena como que los católicos somos ignorantes.

Dividiré este extenso artículo en tres partes:

Primera parte: El Estado Laico.
Segunda parte: ¿Misa obligatoria? ¿o sexo obligatorio?
Tercera parte: Dos infelices escritos de Quintana en ABC-Color.

A este Quintana, al parecer, le gustan los títulos ofensivos, sensacionalistas, inicuos y llamativos, con la intención de denostar a los que profesamos la fe católica, en un Estado cuya Constitución, en su Preámbulo, dice "invocando a Dios", y garantiza la "libertad religiosa y de culto", y cuyas "relaciones con la Iglesia Católica se basan en la independencia, cooperación y autonomía" (Art.24).
 
Si bien en ese mismo artículo se lee:
"Ninguna religión tendrá carácter oficial", no aparecen las palabras "estado laico" , tan citadas por racionalistas y ateos al referirse al Estado paraguayo.

Pero, aunque aparecieran dichos términos, la palabra "laico",  aplicada al Estado, significa que no tiene una religión oficial, pero no "enemigo furibundo de la religión Católica", según tácita inferencia de Quintana.
Y como si no bastara el destaque dado a la Iglesia Católica por nuestra Constitución, 
en ella leemos: " Se reconoce el protagonismo de la Iglesia Católica en la formación histórica y cultural de la Nación" (Art.82).

Quintana,
sin embargo, lejos de reconocer, como lo hace todo paraguayo leal y patriota, la validez y la pertinencia jurídica de los citados artículos, los ignora y los pisotea implacable, repitiendo a menudo lo de "estado laico", dando a entender, como lo entiende él en su ignorancia, que eso es sinónimo de "irreligioso" o, peor aún, "enemigo de la religión Católica".
 
Mal puede un Documento constitucional invocar a Dios, y reconocer el protagonismo nacional de la Iglesia Católica, ¡y manifestarse, a la vez, su adversario!
Quintana sí lo hace, escribiendo como un enemigo acérrimo de la religión Católica ¡invocando solemnemente la Constitución Nacional que la enaltece!


Como una prueba más de su actitud artera y tramposa, ocurrió que, días más tarde, publicó otro escrito, más propio de la prensa farandulera, vulgar, chocarrera y chabacana, que de las respetables páginas de un diario serio, cuyo título sorprendía, de manera chocante, con esta expresión: "La monja que se masturba". 

Lo lamentable en la lógica de Quintana, es que los escritos citados no se refieren a los temas que anuncian sus títulos estrafalarios, pues ni demostró la ignorancia de los católicos, ni habló de ninguna monja que se masturbe, hecho que desnuda su vocación iconoclasta.
Si bien es muy cierto que hay de todo en la viña del Señor, no es menos cierto que este hecho no otorga a nadie el derecho de generalizar: "Latius hos quam praemissae conclusio non vult", advierte la segunda regla del silogismo, groseramente atropellada por Quintana.

Generalizar es el peor defecto del razonamiento, desliz inconcebible en alguien que se precia de racionalista, como Quintana.


Sus artículos, carentes de vigor lógico, y cargados, siempre que encuentra la oportunidad, de odio hacia la religión católica, rebajan a su autor, y al diario en el cual aparecen.
Los comentarios de los lectores,al pie del mamotreto, en el 90%, manifiestan su repudio por esta conducta de Quintana, impropia de un contendor honesto, imparcial y equilibrado.

Este escribiente ofrece una mala imagen del periodismo, profesión a la cual no sé si pertenece. Por eso hablo de él como "escribiente", porque él se manifiesta, no como profesional, sino una persona obsesiva, y ansiosa por destruir, no a convencer, a quienes no piensan como él.
Es necesario demostrarle a Quintana, en primer lugar, que "Estado laico" no significa "Estado ateo", "agnóstico", o "racionalista" ni, menos aún, "enemigo de la religión Católica", como demuestra entenderlo él.

A tal efecto transcribo ahora aquí, para refrescar la memoria de mis lectores, e ilustrar el intelecto de Quintana, un artículo bien fundamentado, que escribí hace un mes, y que puede leerse en mi blog, www.franciscooliveiraysilva.com sobre el "Estado Laico". Este es el artículo:
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Muchos no saben lo que significa la palabra "LAICO". 
La usan mal.

En su ignorancia la sacan a relucir como herramienta de ataque, afirmando pomposamente que "EL ESTADO PARAGUAYO ES UN ESTADO LAICO", y que, por tal motivo, NO TIENE POR QUÉ ACEPTAR LOS DOGMAS CATÓLICOS" etc. etc.

Curiosamente DICHO TÉRMINO FUE CREADO DENTRO DEL CATOLICISMO, para distinguir entre LOS CLÉRIGOS (CATÓLICOS DEL CLERO: sacerdotes, monjas y monjes); y LOS LAICOS (CATÓLICOS DEL PUEBLO: del griego "LAOS", que significa PUEBLO).

Yo, que esto escribo, he sido CLÉRIGO en mi adolescencia (1957 a 1961), y ahora soy LAICO desde 1962, año en que decidí dejar de pertenecer al Clero, tal como consta en mi Trayectoria estampada en mi blog.
Pero jamás he dejado de ser católico y permanecer fiel a las enseñanzas de la Iglesia.
Imparto conferencias y escribo libros, defendiendo los más acendrados valores cristianos, actividad que seguiré realizando, con creciente entusiasmo, hasta la muerte.

La diferencia entre Clérigo y Laico, es idéntica a la existente entre Militar y Civil.

El Clérigo sirve a la Iglesia a través de una Profesión religiosa.
El Laico sirve a la Iglesia a través de una vida cristiana.
Pero ambos son Católicos.

El Militar sirve a la Patria con la espada.
El Civil, la sirve a través de una vida de ciudadano ejemplar.
Pero ambos son Paraguayos.

Me permito copiar alguna explicación, tomada de Internet acerca de este mismo tema:

El término Laikós aparece por primera vez en la carta de Clemente de Roma a los Corintios (95). Según él, laicos son los fieles judíos, en oposición a los sacerdotes y levitas del templo.
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El Vaticano II, aceptó y consagró la teología del laicado, y da por fin una definición de laicos: “los fieles cristianos que, por estar incorporados a Cristo mediante el bautismo, están constituidos en Pueblo de Dios".

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A los laicos corresponde, por propia vocación, tratar de obtener el Reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos según Dios” (LG 31).

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Wikipedia: En un sentido laxo un Estado laico es aquel que es neutral en materia de religión por lo que no ejerce apoyo ni oposición explícita o implícita a ninguna organización o confesión religiosa. Es importante señalar que no todos los Estados que se declaran laicos lo son en la práctica.
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La aplicación del término laicidad al término Estado viene a definir al Estado como neutral entre las confesiones religiosas y tolerante con todas ellas
(2)
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Hay una diferencia importante entre los Estados laicos y los Estados ateos, como es el caso de Albania bajo Enver Hoxha, y otros regímenes comunistas, donde el Estado expresamente se opone a cualquier creencia y práctica religiosa.
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Un Estado laico trata a todos los ciudadanos por igual, tanto a los creyentes de cualquier religión como a los no creyentes. En tal sentido evita la discriminación por cuestiones religiosas pero tampoco favorece a alguna confesión determinada.

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Tampoco se relaciona el hecho de ser o no Estado laico, con la religiosidad de los habitantes de dicho Estado, ni con la naturaleza de sus leyes, favorables o desfavorables a la religión.

Así, la Argentina, es  un Estado que sostiene el culto católico:
 

En el Preámbulo de su Constitución se lee: "... invocando la protección de Dios, fuente de toda razón y justicia".                      

Y en su Artículo 2: "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano". (Los subrayados son míos).
 

Sin embargo, en la Argentina se admite el "matrimonio" entre homosexuales, que es un acto condenado en la Biblia como pecado gravísimo, y abominado por el mismo Dios al cual invocan en el Preámbulo.

Y el Paraguay, por el contrario,  siendo un Estado no confesional, no admite esas uniones "nupciales" entre personas del mismo sexo.

México, siendo también un Estado no confesional, es el segundo con mayor cantidad de católicos del mundo.

 
Y pudimos ver por la TV, con motivo de la visita del Papa a dicho país, el entusiasmo con el cual, tanto su Primer Mandatario, como los miles de ciudadanos, celebraban este gratísimo encuentro. 

 
DE MODO QUE UNA COSA ES QUE EL ESTADO SEA "NO CONFESIONAL" (O LAICO, COMO LO DENOMINAN ALGUNOS),  

Y OTRA, MUY DISTINTA, ES LA RELIGIOSIDAD Y LA CULTURA CRISTIANA O CATÓLICA DE SU PUEBLO.
 
Captado el alcance de la palabra Laico, y la diferencia entre Clérigos y Laicos, queda al descubierto lo inapropiado del argumento que invoca lo de "Estado Laico",  como sinónimo de "ajeno a la religión" o "contrario a ella": ¡nada más errado!


En nuestra Constitución del Paraguay, incluso, repito esto, amén de encontrarse estampada en su Preábulo la frase "...invocando a Dios", se afirma que "Se reconoce el protagonismo de la Iglesia Católica en la formación histórica y cultural de la Nación" (Art.82); y no aparece la expresión "Estado laico", sino solamente: "Ninguna confesión tendrá carácter oficial".(Art.24)


No obstante, si se desea usar la expresión "Estado Laico", eso significa simplemente que no adopta como oficial ninguna religión, pero no que se convierte, como lo creen algunos, en enemigo furibundo de la religión atropellando sus principios, menos aún los de la católica, cuyo protagonismo nacional se reconoce en el artículo citado más arriba.

Se lee en internet, al poner "ESTADO LAICO" (de donde copié algunas de las citas precedentes):

"No todos los Estados laicos oficiales lo son completamente en la práctica. En Francia y gran parte de Latinoamérica, la mayoría de las festividades cristianas son festivos para la administración pública y los profesores de religión católica son asalariados del Estado, si bien en Francia las escuelas públicas no poseen cursos de religión". 

En nuestro país, aparte de los Domingos, o Días del Señor, que se respetan en todo el mundo, se respeta también la Semana Santa; el 15 de Agosto, Día de Nuestra Señora de la Asunción; el 8 de Diciembre, Día de la Virgen de Caacupé; y el 25 de Diciembre, Día de la Navidad del Señor, acontecimientos católicos por excelencia.

Entonces es necesario tranquilizarse, enterrar las hachas de guerra, y colaborar
entre
todos, dentro de la pluralidad religiosa, por el engradecimiento de la Patria.


Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

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