sábado, 2 de marzo de 2013

LOS QUE ENSUCIAN EL ROSTRO DE LA IGLESIA



Queridos amigos y lectores:


Con motivo de la dolorosa renuncia del hoy "Papa Emérito" Benedicto XVI, yo había escrito varios artículos tendientes a iluminar un poco más este hecho que nos sorprendió a todo el mundo, incluyendo a los que no pertenecen a la Iglesia Católica.

Recibí muchos comentarios, por el mail o por teléfono, agradeciéndome este servicio, ya que la prensa trivial presentaba esta noticia como una derrota del Papa y una victoria de la masonería o del lobby gay.

Nadie duda de que ambos colectivos, fanáticamente anticatólicos, hacen lo imposible, incluyendo calumnioas y mentiras, para enlodar la imagen de la Iglesia, como el invento de la supuesta red de pornografía instalada en el Vaticano, sin arrimar prueba alguna, que mencioné en uno de mis recientes artículos.
La verdad es que muchísimos persiguen a la Iglesia Católica, de mil maneras diferentes, incluyendo la tortura y la muerte en el martirio a quienes profesan la Fe de Jesucristo, sin que la ONU, tan ferviente defensora de los supuestos e inventados derechos humanos sexuales de homosexuales, haga algo para detener este genocidio un millón de veces más agresivo a los verdaderos derechos humanos, porque incluye la tortura y el genocidio (http://youtu.be/l85pzgMEF48).

Los cristianos ya estamos prevenidos por Jesús mismo, acerca de estas crueles persecuciones :"Entonces os entregarán a los tormentos y os matarán, y seréis aborrecidos de todos los pueblos a causa de mi nombre"(Mateo 24, 9).
Pero, como ciudadanos del mundo, debemos recordar que los Derechos Humanos fueron proclamados un 10 de diciembre de 1948, al finalizar la horrorosa Guerra Mundial que incluyó el Holocausto de 6 millones de judíos, para que crímenes como los cometidos en esa guerra genocida no se volvieran a repetir.

Sin embargo, a vista y paciencia de la ONU, estos incalificables tormentos genocidas se repiten en varios lugares del Planeta, como lo hemos comprobado en el video señalado más arriba.

Pero la ONU, sin importarle este salvaje atropello a la vida humana, por discriminación de credos, no de sexos, se sigue ocupando de la "Equidad e Igualdad de Género" ("Gender Equity y Gender Equality"), para que cada cual tenga la libertad, amparada por leyes contra natura, de elegir el sexo al cual libremente desea pertenecer, sin ser discriminado por ello con burlas u ofensas.
¡Toda una bofetada a la Humanidad y a la solemne Declaración de los Derechos Humanos!

Por algo la ONU, para no desaparecer como Organismo irrelevante, como ya está ocurriendo, ha comenzado a replantearse sus objetivos legítimos y originales, sin meterse más en la ideología sexual marxista que propone el absoluto libertinaje sexual, tema que abordaré en otro artículo.

Pido disculpas por esta digresión y vuelvo al tema de la renuncia del Papa Benedicto XVI: Ninguna de estas fuerzas criminales intervinieron en su renuncia presionándole o infundiéndole miedo.
Los cristianos sabemos que contamos con la posibilidad del martirio.

El peso más grande sobre las espaldas del Pontífice, su dolor moral y físico, su tortura verdadera era, entre otras tantas preocupaciones, LA TRAICIÓN A CRISTO DE MUCHOS SACERDOTES Y RELIGIOSOS QUE, POR SU INVESTIDURA DEBÍAN SER LUZ DEL MUNDO Y SAL DE LA TIERRA, PERO SE CONVIRTIERON EN EXCREMENTO ARROJADO AL ROSTRO DE LA ESPOSA DE CRISTO, QUE ES LA IGLESIA.
Con su renuncia,ciertamente, no mermará su dolor: por eso dijo: "no he bajado de la cruz", porque tampoco mermará la demoledora actividad de estos traidores ante la renuncia de Benedicto XVI.
Pero permitirá que otro hombre más joven y saludable se haga cargo de la conducción de la Iglesia,
como para poder hacer frente, con éxito, a esta lacra que carcome las entrañas mismas del cristianismo católico.
En este motivo estriba la razón más sólida de su renuncia, que él mismo la explicó, lacónicamente, en esta frase: "Por el bien de la Iglesia".Escribí todo este artículo por un simple motivo: Uno de los comentarios que me llegó, se refería, justamente, a esta lacra de sacerdotes infieles al voto hecho a Dios, cuando, LIBREMENTE, se comprometieron a renunciar al don divino del sexo y de la paternidad carnal, para entregarse, de manera total y sin reservas al minsterio del sacerdocio célibe, como el de Cristo.

Transcribo el comentario y la inquietud expresada en él, así como la detenida respuesta que le envié a este amigo del mail.
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Dice así el mensaje que me hizo llegar:


Hola Dr. Soy uno de los tantos a quién copias tus correos.
Son largos, pero cuando tengo tiempo los leo.
Que sabes del famoso Padre Alberto de Miami. Al que fotografíaron con su "novia" y el cual se cambió de religión para poder casarse.
Era una persona querida como quizás, Fernando Lugo, pero no dio el paso al costado antes de cometer la traición.
Mi teoría con ambos es que iban a seguir escondidos si es que no tenían una opción de seguir viviendo bien sin mucho esfuerzo y haciendo lo que realmente querían.

Esto le respondí:

Muy apreciado amigo:
Me alegro de que te lleguen mis correos, un poco extensos, es cierto, pero me dices que los lees cuando tienes tiempo.

Con respecto al ex sacerdote católico Alberto Cutié, apóstata, malagradecido y dañino a la Iglesia por sus escándalos y su comportamiento errático, propio de personas inmaduras y emocionalmente conflictuadas, las cuales tienden a echar a otros la culpa de sus vergonzosos actos, te puedo decir que en una de mis conferencias hablé de él, porque mi tema era disertar sobre el "Celibato: ¿represión o decisión?"

Fue a mediados del 2009, unas semanas después de haber sido sorprendido este cura "in fraganti", y fotografiado pisoteando su voto de castidad, a escondidas, en una playa, donde se creía que nadie lo iba a ver.
Atrapado por la prensa que le preguntó por qué hacía eso siendo cura, y otras preguntas más, en lugar de asumir su pecado, intentó justificarse, involucrando a Dios mismo como causante de sus fechorías.

En tal sentido salió con respuestas más tontas que él, de las cuales recuerdo dos.
Te transcribo parte de mi conferencia.
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Este mal sacerdote intentó justificarse respondiendo a los periodistas, con altanería y caradurez:
"Dios me hizo hombre, antes que sacerdote":
con esto lo ponía a Dios como metido en el pecado de él, porque fue Dios quien le dio los impulsos sexuales, antes de que él decidiera ingresar al sacerdocio.
Es como decir: "pregúntenle a Dios, ya que Él me hizo así"

La otra estupidez que contestó fue:

"Jamás me voy a arrepentir de amar a una mujer": dando a entender que lo que él hacía era una conducta normal, elogiable, de la cual sería absurdo arrepentirse, y que él era un gran tipo.

Yo le respondí lo siguiente a esta sanguijuela disfrazada de cura, ante el público que seguía mi conferencia:
Alberto: no nos tomes por tontos. Sabemos que Dios nos hizo varones o mujeres, con tendencias sexuales muy fuertes, de lo cual, lejos de arrepentirnos, debemos ufanarnos y estar agradecidos por habernos regalado la maravilla del disfrute sexual, y convertirla después en Sacramento.
No somos necios; lo sabemos. Hasta un adolescente lo sabe. No hace falta llegar a cura para descubrir que eso es lo más normal.

PERO LO QUE CRITICAMOS EN VOS ES QUE SOS UN MENTIROSO, PORQUE NOS HICISTE CREER, A TUS FELIGRESES, Y A LOS QUE TE SEGUÍAMOS POR LA TELE, QUE HABÍAS RENUNCIADO AL SEXO Y AL AMOR A LA MUJER, COMO TODO SACERDOTE, PARA ENTREGARTE POR ENTERO AL AMOR DE CRISTO:
¡Y VOS SABÍAS QUE ESO ERA FALSO!, Y NOS QUERÍAS VENDER EL VERSO DE TU SUPUESTO CELIBATO, MIENTRAS LO ESTABAS PISOTEANDO A ESCONDIDAS.

Si no te hubieran pillado, quizá hasta cuándo ibas a seguir LLEVANDO ESA  DOBLE VIDA DE FARISEO HIPÓCRITA.
¡ESO ES LO QUE TE CRITICAMOS!:
¿POR QUÉ NOS MENTISTE, Y PRETENDISTE ENGAÑAR A DIOS MISMO INVOLUCRÁNDOLE EN TU APOSTASÍA?
A esa pregunta, jamás respondiste, porque no hay otra respuesta que no sea PEDIR PERDÓN POR TUS PECADOS DE ESCÁNDALO Y DE DAÑO A LA IMAGEN DE LA IGLESIA QUE TE LO DIO TODO PARA HACERTE SU SACERDOTE.

Pero tu soberbia y tu caradurez, te hace desviar el tema.
SÍ: SOS UN EVASIVO, TE ESCAPAS DE LA PRENSA y EVITAS RESPONDERLE, PORQUE NO TIENES RESPUESTAS".

Yo suelo repetir: El que abandona a Dios, ¿cómo no le va a abandonar a la mujer?
No me refiero a los que hacen las cosas en regla, dando un paso al costado, manifestando sus nuevos propósitos, de frente a la feligresía, y anunciando que ya han pedido la dispensa de sus votos adonde corresponde, para quedar habilitados para casarse.
Esos son verdaderos hombres, verdaderos "caraí" respetables, porque no se esconden para trampear.

Con Lugo pasó igual, exactamente igual.
Él hubiera seguido con la farsa de su poligamia y paternidad múltiple, si no hubiera sido descubierto.

Y no puede ser fiel a todo un Pueblo, o a la mujer, el que no ha sido capaz de serle fiel a Dios, Dueño de ese Pueblo y creador de la mujer.
(La conferencia fue larga, pero con esto te puse lo esencial)
Te hago llegar como complemento informativo otros datos más sobre Cutié: SIEMPRE EVASIVO, PORQUE NO SABE DAR LA CARA PARA RESPONDER POR SUS ACTOS.

TARDE O TEMPRANO TENDREMOS LA NOTICIA DE QUE ESTOS HOMBRES HAN TERMINADO MAL.
Ese es el triste final de todo mentiroso.

Un abrazo:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.
PD. Tardé para responderte, porque quería hacerlo con la extensión y la seriedad que amerita este tema.
Así lo dio a conocer la reportera Martha Vigil citando una fuente no identificada, que además reveló que la pareja podría estar también camino al divorcio. Vigil intentó hablar con el sacerdote a la salida del templo episcopal del norte de Miami donde ahora ofrece misa, para confirmar la información, pero frente a cámaras Cutié pidió respeto a su familia ydeclinó hacer comentario alguno.





Sin embargo, dio a entender que el rumor de la separación no era posible, puesto que Ruhama y el hijo de ella lo acompañaban al momento del encuentro con la prensa.

Martha Vigil asegura que dentro del recinto, fuera de cámaras, le comentó a Canelis sobre el rumor del embarazo y que esta se limitó a sonreír y alejarse.

Alberto Cutié y Ruhama Cannelis se casaron en junio del 2009 tras renunciar ambos al credo católico romano y consagrarse a la Iglesia Episcopal.



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