jueves, 12 de enero de 2012

PAPÁ, LLEVAME A UN COLEGIO NORMAL.

 

 

Muy queridos amigos:

Estamos a un mes de reiniciar las clases. Por disposición del MEC comenzarán el viernes 10 de febrero. 
Se pretende, con este "adelanto", aumentar inútilmente las horas de clase, pero sin preocuparse en absoluto, por aumentar la calidad de los programas, ya obsoletos e inservibles, la capacidad de los nuevos docentes, que cada año dan el bochornoso espectáculo de aplazarse en su totalidad, en materias básicas como castellano y aritmética. 
Tampoco el MEC se preocupara por aumentar las comodidades (¡qué digo!) ni siquiera la higiene y la seguridad edilicia de las escuelas destartaladas, o de las que funcionan debajo de los mangos...

¿De qué sirve, entonces, aumentar la agonía de los más de dos millones de alumnos, obligados a permanecer por más tiempo y soportando hasta 40 grados de calor en insalubres recintos, para no aprender nada? 
¿Y cuál es el provecho que obtendrán sus padres, pagando las jugosas mensualidades, a sabiendas de que el resultado de tan inútil inversión monetaria, será el de seguir informándose a través de la prensa, como todos los años, de que Paraguay continúa ocupando el último lugar en educación, y también en competencias y destrezas? 
Es que la formación intelectiva y la capacitación excelente, solo pueden adquirirse cuando se toma la educación en serio, y se respeta el sacrificio económico de las familias, que siempre esperan, obviamente, lo mejor para sus hijos, por los cuales muchos se someten a severas privaciones.

Pero les enseñarán ¡eso sí!, a manera de educación "progresista" y "laica", y repudiando el "dogmatismo religioso medieval y oscurantista", según dicen los "expertos" del MEC, la importancia del ano en las relaciones sexuales, y la existencia de muchos "géneros",como les denominan ellos a todas las perversiones sexuales, especialmente el valor "científico" de la homosexualidad en todas sus formas, como si fuera normal dicha anormalidad sexual, y el derecho al aborto, y al placer sexual sin más límites que el de cuidarse para no enfermar de sida o quedarse embararazada.


Tan desesperado empeño por implantar, a guisa de "Educación sexual integral", esta inmoralidad, a través de programas escolares violatorios de la Constitución Nacional, es de vieja data, y sobre el mismo nos puso en guardia, a partir del 8 de julio de 2010, el periodista Gustavo Olmedo, el cual, en su columna "En perspectiva", del diario Última Hora, escribió esta terrorífica información:


"A espaldas de la gente, rechazando todo tipo de participación real, principalmente de aquellos que piensan distinto.    De esta forma el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) viene terminando el llamado "Marco rector pedagógico para la educación de la sexualidad integral", que impondrá ya desde el preescolar nuevos conceptos con relación a temas sensibles y complejos como la anticoncepción, la homosexualidad o la diversidad sexual, e incluyendo además aspectos que desprecian la realidad natural del cuerpo humano, como es el planteamiento de que el ano deja de ser considerado un órgano del aparato digestivo para convertirse en órgano sexual. Usted ya se imaginará por qué y para qué.
Pero lo más terrible de esto es que quieren evitar el debate y la participación ciudadana de padres y docentes que sí tienen mucho que decir ante un proyecto de semejante envergadura e impacto, pues se busca que su aplicación sea obligatoria en todas las instituciones públicas y privadas." (Última Hora-8 de julio-2010).

Desde el momento en que leí aquél artículo, arrancó mi lucha fervorosa y resuelta en favor de la conservación de ese tesoro inapreciable que es la fragante inocencia de nuestros niños, por los cuales estamos dispuestos a pelear en las calles, cuerpo a cuerpo, si fuera necesario, hasta dar la vida por ellos.
Se sale a las calles por temas de salarios, y otras reivindicaciones justas, lo cual está muy bien, ¿y no vamos a salir a defender la vida misma de los compatriotas más indefensos, que son los niños paraguayos, en peligro de quedar en manos de canallas? 

En algunos países, como Canadá, Noruega, España, Argentina, y seis territorios de los Estados Unidos, ya han implantado esta pesadilla; ya han instalado este cáncer de naturaleza irreversible y progresiva. Y los padres que se oponen, van presos o son multados. A esos extremos se pretende llegar en Paraguay, bajo presiones de la ONU.

Por suerte los Artículos 137 y 138 de nuestra Constitución Nacional, tantas veces violada por gobernantes impostores y usurpadores, nos autorizan a desobedecer sus leyes y decretos, así ya viciados de nulidad, aunque nos vengan con el cuento de que "Paraguay ha firmado Tratados Internacionales sobre Educación Sexual Integral, que debemos respetar", porque eso es mentira: ninguno de dichos documentos es vinculante, es decir, no son obligatorios, porque no han sido aprobados y ratificados por nuestro Congreso y, además, porque ningún tratado ni convenio internacional estará jamás por encima de los mandatos Constitucionales.
 
Y nuestra Constitución nos permite valernos de todo lo que decidamos usar para ofrecerles resistencia a estos miserables.
 
Varios amigos me pidieron la cita textual de dichos artículos, y muy gustoso lo haré. En ellos leemos:

Art. 137. De la supremacía de la Constitución. La ley suprema de la República es la Constitución. Esta, los tratados, convenios y acuerdos internacionales aprobados y ratificados, las leyes dictadas por el Congreso, y otras disposiciones jurídicas de inferior jerarquía, sancionadas en su consecuencia, integran el derecho positivo nacional en el orden de prelación enunciado. Quienquiera que intente cambiar dicho orden, al margen de los procedimientos previstos en esta Constitución, incurrirá en los delitos que se tipificarán y penarán en la ley.
Esta Constitución no perderá su vigencia si dejara de observarse por actos de fuerza o fuera derogada por cualquier otro medio distinto del que ella dispone.
Carecen de validez todas las disposiciones y los actos de autoridad opuestos a lo establecido en esta Constitución.   
     
Art. 138. De la validez del orden jurídico. SE AUTORIZA A LOS CIUDADANOS A RESISTIR A DICHOS USURPADORES, POR TODOS LOS MEDIOS A SU ALCANCE. En la hipótesis de que una persona o grupo de personas, invocando cualquier principio o representación contraria a esta Constitución, detenten el poder público, SUS ACTOS SE DECLARAN NULOS Y SIN NINGÚN VALOR, NO VINCULANTES Y, POR LO MISMO, EL PUEBLO, EN EJERCICIO DE SU DERECHO DE RESISTENCIA A LA OPRESIÓN, QUEDA DISPENSADO DE SU CUMPLIMIENTO.

Está demasiado claro lo que disponen estos dos artículos, tan importantes, que nos autorizan a desobedecer las disposiciones anticonstitucionales del MEC, que enseña cosas no admitidas en la Constitución, tales como lo del Matrimonio homosexual, las varias formas de familia, la pérdida de la patria potestad, los ocho sexos, etc. etc.
 
Como ciudadanos paraguayos, en uso de nuestros derechos, vamos a salir a las calles por tiempo indefinido, padres, profesores, directores y alumnos, dejando vacíos colegios y escuelas, hasta que el MEC elimine, definitivamente, su descaminado y dañino Marco Rector Sexual, y deje a cargo de los padres y educadores de verdad, la enseñanza realmente científica, no la perversa y mentirosa, con respecto a ese tema tan importante en la vida humana, que es la sexualidad en sus tres dimensiones, no solo en la dimensión genital, que promociona la homosexualidad, el libertinaje sexual y el aborto, bajo presiones de Organismos Internacionales anti-vida y anti-familia.

Como colofón de estas reflexiones, les envío unos versitos algo humorísticos, que pretenden criticar la demencial actitud de estos FALSOS EDUCADORES, que se empeñan en meter, a toda costa, y por dinero de afuera, su basura contaminante en escuelas y colegios de nuestro Paraguay libre y soberano.

Cordiales saludos:
Dr.Francisco Oliveiray Silva.

___________________________________

Llévame a un cole normal

A las 11:22 AM, por Bruno
Categorías : Moral, Humor, Familia
Autobús escolar banderaAcabo de leer en un periódico no religioso que, en la provincia de Ontario, en Canadá, el programa de educación para los niños a partir de ocho años de edad enseña que existen seis géneros: hombre, mujer, transgénero, transexual, dos espíritus e intersexual. ¡Tantos años estudiando y yo nunca me enteré de algo tan importante! Está claro que soy un ignorante.
Además, el programa incluye actividades en las que los niños representen papeles del género opuesto, escriban cuentos tradicionales “cambiando los géneros”, hagan dibujos para la cabalgata del Orgullo Gay, busquen imágenes de esta última en Internet o lean libros como “¿Eres un niño o una niña?”, “Gloria va al Orgullo Gay” o “Hacerlo bien” (este último trata temas como el sexo anal y la masturbación). Como posibilidad opcional, se plantea la celebración de una cabalgata del Orgullo Gay en el propio colegio. Por supuesto, el programa es obligatorio, sin ninguna notificación a los padres ni la posibilidad de retirar a los niños del mismo.
Lo más curioso es que el tolerante Ministerio de Educación aconseja a los profesores que traten “estos temas polémicos” aunque haya “una respuesta negativa por parte de los padres”. Y, por si acaso algún profesor se atreviera a escuchar al sentido común en lugar de al Gran Hermano ministerial, se le advierte que si omitiese cualquier parte del programa, estarían “promoviendo un entorno venenoso”. ¿Cuánto tardaremos en ser acusados de hacer lo mismo en nuestras familias si nuestros hijos son educados como cristianos o, simplemente, como personas sensatas?
Me he imaginado a los pobres niños y, para desesperación de mis lectores, he compuesto un breve romance con lo que le cuenta a su padre un niño de un colegio español similar a uno de los canadienses:
Romance del alumno de una escuela moderna y avanzada
Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.

Que este colegio de ahora
Me está empezando a asustar.
Me dicen que lo moderno,
Es ser experimental,
Que lo único importante
Siempre es la diversidad,
Con libertad creativa
Y autonomía moral
(Y si el maestro lo dice,
Tendrá que ser la verdad).
GénerosDe los niños de mi clase
No hay dos que sean igual,
Porque aquí los profes quieren
Mucha originalidad:
A Juan le gustan las niñas
Igual que a ti mi mamá,
A Curro, niñas y niños,
Para mayor variedad;
A Pedro sólo los niños
Que al fútbol saben jugar;
Vicente no se decide,
prefiere experimentar;
Mari tiene dos espíritus
En lucha trascendental;
Estela quiere operarse
Y ser por fin como Juan;
Santi dice, muy contento,
que él siempre está más allá
de los roles que ha creado
la sociedad patriarcal;
Y yo tengo un lío grande
De tanto hablar y pensar,
No sé si soy L, G
T, B, Y, Z o K.
Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.

Yago, además de su padre,
Tiene también dos mamás
Y Javi, cada semana,
Estrena un nuevo papá;
A Yennifer la ha criado
Una comuna ilegal
Y no conoce a su padre
Ni a su madre, ¡qué más da!
El padre de Alba se llama
“Insemin. Artificial”,
Porque su madre pensaba
Que así se iba a realizar;
Hay familias numerosas
Como la de Maripaz,
Porque suman cuatro “hermanos”
(Ella, dos gatos y un can)
Y, según dicen sus padres,
Quieren a todos igual.
Joaquín es niño probeta
Y cuando se va a acostar
Le da siempre un par de besos
A su tubo de cristal,
Porque sus padres trabajan
Día y noche sin parar.
Yo los quiero mucho a todos,
Como amigos de verdad,
pero me siento muy raro
Por tener mamá y papá.
Los otros niños se ríen
Hasta que me hacen llorar
Y dicen que somos pobres
Y no podemos pagar
Un divorcio en condiciones
Como hacen los demás.
Otros piensan que es un virus
Que se puede contagiar
Y que los médicos llaman
“Familia tradicional”.
Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal.

Es que, en éste, no me dejan
Estar ni vivir en paz
Y en cuanto abro la boca
siempre termino fatal,
Pues si le respondo al profe
Que algo está bien o está mal,
O defiendo el matrimonio
(Salvo el homosexual),
Hablo de amor para siempre,
Respeto y fidelidad,
O pienso que mis hermanos
Valen más que un animal,
Me castiga por listillo
Y por ser un radical.
Papá, por favor, escucha:
Llévame a un cole normal,

Que aquí lo raro es la norma
Y no existe la verdad.
Para evitar malentendidos, quiero dejar muy claro que no es mi intención burlarme en absoluto de los niños cuyas familias se aparten de la norma. Bastantes problemas tienen ya. Ni tampoco pretendo reírme de los adultos que componen esas familias y que, a menudo, se limitan a intentar ser felices como mejor saben. Para todos ellos, nuestra sinceridad y también nuestro cariño, como dice el propio niño del romance.

De lo que sí me burlo es de los colegios/ministerios/ambientes en los que se intenta hacer creer que todo da igual, que es lo mismo tener un novio distinto cada semana que estar casado, que la realidad está al servicio de lo que me apetezca cada mañana o cualquiera de los otros dogmas absurdos e irreales de la ideología de género.
235 comentarios »

No hay comentarios:

Publicar un comentario