lunes, 3 de junio de 2013

HAY HOMOSEXUALES QUE DEBEN SER DISCRIMINADOS



Queridos amigos y lectores:


Me acaban de enviar un enlace referente al nombramiento de un  obispo homosexual perteneciente a la iglesia luterana.
Muchos se alejaron de dicha iglesia por ese motivo. Me propuse comentar esta noticia.
Pero les pido, por favor, que lean primero el enlace que les copio aquí, y después mi comentario.
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Elegido el primer obispo luterano abiertamente gay en EE UU
sociedad.elpais.com
Guy Erwin estará en el cargo seis años y es, además, el primer nativo americano en acceder a este puesto
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Debemos considerar, madura y desenfadadamente, las siguientes aclaraciones:
  1. Una cosa es la homosexualidad.
  2. Otra, es el ser homosexual.
  3. Otra, es la conducta sexual privada y discreta del homosexual.
  4. Y otra, muy distinta, es el "activismo" homosexual, que es un lobby destructivo.
1.Es absolutamente injusto DISCRIMINAR, estigmatizar, es decir, señalar como  infame, deshonroso y repudiable:

  • la homosexualidad,
  • al homosexual,
  • y la conducta homosexual privada y discreta.
En efecto, no debe repudiarse:

  • la homosexualidad  porque, contrariamente a lo que propalan los políticos promotores de la "Ideología de Género", la homosexualidad NO ES UN GÉNERO, NI ES UNA OPCIÓN.   La razón es muy sencilla: LOS GÉNEROS NO EXISTEN, y NADIE OPTA O ELIGE SER HOMOSEXUAL, tal como se elige un calzado, un hotel, o un modelo de auto.                    La homosexualidad es, ciertamente, UNA TENDENCIA sexual anormal, que surge en la persona como consecuencia de traumas relativos las pésimas experiencias sufridas en la infancia siendo testigos de la caótica relación hombre-mujer, especialmente de sus padres.  Y nadie puede ser condenado por estar pagando las consecuencias de traumas que le han afectado en la vida.
Por dicho motivo:

  • el homosexual no debe ser estigmatizado, ya que él no elige ser homosexual, y solamente debemos estigmatizar o condenar las cosas malas que, libremente, una persona elige y decide realizar, tales como robar, matar, ser corrupta o calumniar.
Consecuentemente:
  • tampoco debe repudiarse la vida sexual privada y discreta del homosexual, así como no repudiamos la vida sexual privada y discreta de cualquier otra persona, siempre que la misma no cause daños a terceros.
En tal sentido, la infidelidad matrimonial, el sexo con prostitutas, el cambio de parejas sexuales, o las diversiones eróticas, pertenecen a la vida sexual privada y discreta, como lo de tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo. 
 

Podemos, ciertamente, no aplaudir actividades como las citadas, y ayudar a esas personas a que abandonen dichas prácticas.  

Pero nadie podrá emitir un juicio de valor acerca de si el sexo entre dos personas homosexuales, es más grave que las orgías heterosexuales, o la infidelidad matrimonial, o la práctica sexual ocasional entre personas solteras.


No tenemos por qué ensañarnos solamente contra la práctica privada y discreta de la actividad homosexual.

Pero: tanto las tendencias homosexuales, como las tendencias heterosexuales, PUEDEN DOMINARSE, ya sea por algún tiempo, o por toda la vida, sin correr riesgo alguno, físico ni psicológico, como lo demuestra la vida de muchísimos religiosos y religiosas, que cumplen fielmente su voto de castidad. Es la castidad absoluta.
Y como ocurre también con las personas casadas que guardan fidelidad total en el matrimonio, manteniendo bajo control el impulso sexual normal de tener sexo con otra persona. Es la castidad relativa. 

El gran psiquiatra vienés, Sigmund Freud, padre del Psicoanálisis, sostiene que, mediante el Mecanismo defensivo de la Sublimación, el ser humano puede dominar, POR TODA LA VIDA INCLUSO, los impulsos sexuales, manteniendo la castidad absoluta, o la relativa.

Y para la Iglesia católica, tanto las que observan la castidad absoluta, como las que observan la castidad relativa, se hallan llevando una vida virginal, es decir, son personas vírgenes mientras mantengan dicha observancia.

En efecto:
  • Las personas casadas, siguen teniendo la tendencia sexual instintiva y normal, producto de la poligamia natural, que les lleva a desear tener sexo fuera del matrimonio. Es una tendencia instintiva, pero puede dominarse y vivir en fidelidad o castidad matrimonial.
  • Así también ocurre con los homosexuales: la tendencia sexual  instintiva, no normal sino producto de traumas, que les lleva a querer tener intimidad sexual con personas del mismo sexo, puede también dominarse, y vivir, también ellos, en castidad.
Les copio lo que dice al respecto el Catecismo de la Iglesia Católica, firmado por el Papa Juan Pablo II en el año  1992.
Me he permitido resaltar algunos puntos:

"Un número apreciable de hombres y mujeres presentan tendencias homosexuales instintivas. No eligen su condición homosexual; ésta constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que pueden encontrar a causa de su condición" (Art.2.358) .

"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana" (Art.2.359.

Estas son las orientaciones, tanto desde el punto de vista psicológico, como desde el espiritual, que les hago llegar como Psicoterapeuta.

Ahora bien: cada persona llevará la condición de vida que le sea posible.
Nosotros no somos quién para juzgar a nadie en estos asuntos relativos a la moralidad.
A Dios le corresponde el juicio.

Por eso, con respecto a la noticia del Obispo luterano: en dicho artículo solo se dice que es gay, lo cual, como vimos, no es reprochable. Nada sabemos de su vida privada.
Si vive en castidad, su condición homosexual no es traba alguna para poder servir a Dios desde su actividad pastoral.

2.Pero es absolutamente justo DISCRIMINAR, estigmatizar y denunciar ante la Fiscalía, a los homosexuales activistas, es decir, a los violentos y destructivos.

El activismo homosexual destructivo, es absolutamente estigmatizable, repudiable y condenable, porque los que forman parte de este poderoso lobby, o grupo de presión, tienen como objetivo fundamental la destrucción de la familia, la banalización de la sexualidad matrimonial, y la aniquilación de los valores cristianos. Y lo hacen profanando imágenes o símbolos religiosos, burlándose hasta del Papa, publicando calendarios obscenos con imágenes de la Virgen ridiculizada, organizando manifestaciones a las que van semidesnudos, o realizando besatones repulsivos en la vía pública, delante de todo público, etc.

A esta gente la debemos discriminar con absoluta firmeza porque, en este caso, se trata de una discriminación justa, dado que el objetivo de ellos es hacer el mal a la sociedad en general y al cristianismo en particular, destruyendo impunemente su valores y hasta sus símbolos y patrimonios culturales. 

El Catecismo de la Iglesia católica, refiriéndose a las personas homosexuales, dice: "Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta". Pero, obviamente, no prohibe la discriminación cuando esta es justa.

Ahora bien: yo estoy seguro de que el obispo luterano
Guy Erwin , a juzgar por los datos que encuentro en el artículo que estoy comentando, NO ES UN ACTIVISTA que pretende destruir la familia, el matrimonio normal, ni los valores cristianos.

Podemos no estar de acuerdo con su designación, pero, si somos realistas y honestos, debemos admitir que también en el clero católico hay personas homosexuales, incluyendo obispos y cardenales.
No se los consagró, ciertamente, conociendo que eran homosexuales. 
La misma se descubrió después de haber sido consagrados.  
Pero si ellos guardan una vida de castidad, acorde con el voto que hicieron, "están llamados a realizar la voluntad de Dios en su vida", como leemos en el Catecismo de la Iglesia.


Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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