martes, 1 de noviembre de 2011

DIALOGAR SIN OFENDER

Muy queridos amigos y lectores:

¡Por fin un artículo clarísimo del sacerdote jesuita Padre Jesús Montero Tirado!
¡Por fin este sacerdote expone, con meridiana transparencia, sus hondas raíces espirituales, alimentadas a lo largo de los muchos años de formación en Filosofía, Antropología, Teología, Pedagogía y Psicología, entre otras tantas ciencias que integran los programas académicos del hombre que se está educando con miras al sacerdocio católico!

La bella realidad que subyace en la médula de este artículo que les estoy enviando, despierta una profunda alegría, y un respiro en medio del dolor que generó en muchos el "cambio" que sufrió la personalidad, también sacerdotal, del hoy Presidente Lugo, formado con iguales herramientas intelectuales, pero con tan dispar resultado.

He criticado, es cierto, en alguna ocasión, ciertos artículos del Padre Montero, por su ambigüedad, que me impactaba como un deseo de complacer a tirios y a troyanos.
Pero este, que con sincero júbilo lo acabo de leer y lo reenvío, pinta de cuerpo entero al Montero Tirado que lo tuve como Director del Colegio Cristo Rey, en mis años de docente en dicha Institución, académica y socialmente siempre bien cotizada.
Aquí se presenta como sacerdote y como intelectual de quilates.

Este hombre, al margen de sus méritos logrados para estar al frente de la CONEC, del Ministerio de Educación y Cultura, hoy en profundo desacuerdo con el famoso Marco Rector Sexual, se muestra, en estas invalorables líneas, como hombre prudente y educador de impecable calidad, haciendo gala de la riqueza científica que posee.
Lejos de mí toda pretensión adulatoria. No tendría finalidad alguna.

En efecto: él sostiene que es imposible diseñar un Marco Rector Pedagógico, sin profesar y declarar una determinada Antropología, que es la Ciencia que profundiza y responde las interrogantes referentes al ser humano, como: ¿qué es el hombre?¿cuál es su destino?¿cómo ayudar al educando a lograr ese destino?, entre tantas otras cuestiones que deben resolverse antes de trazar, no digo ya un "marco rector", sino tan siquiera un "programa curricular", para cuya fundamentación y trazado de objetivos, necesitamos responder las citadas interrogantes.

Ponerse a dictar normas para educar, sin saber qué queremos lograr del educando, es como ponerse a cocinar sin saber qué comida vamos a hacer, o ponerse a construir un edificio sin saber para qué lo vamos a edificar.

Un fraterno abrazo al Padre Montero por este material sin desperdicios, y por su llamada de atendión al MEC hecha al final: que no se puede pretender dialogar cuando se descalifica, de entrada, con ofensas, a las personas que disienten con la postura oficial.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.
PD: Agradezco al amigo Wolfgang por el envío de este valioso material.

http://www.abc.com.py/nota/antropologia-y-educacion-de-la-sexualidad/

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