domingo, 3 de julio de 2011

EL IDEAL DE LA ETERNA JUVENTUD


La Humanidad siempre ha buscado
"LA ETERNA JUVENTUD".
Algunos querían lograr eso por medio de alguna sustancia, como el "elixir de la vida", que impidiera el envejecimiento; otros, por medio de algún otro recurso que permitiera "volver a rejuvenecer", como son las centenares de técnicas para estirar la piel, aumentar el volumen del busto, o de los músculos, en fin: todo con el propósito de "verse más joven".

Pareciera que a muchos no les gusta envejecer, ni pueden admitir tan siquiera la idea de que todo cuerpo humano se irá deteriorando con el paso de los años.

La vejez es una etapa del ciclo vital que a muy pocos atrae. Por eso muchos no cuentan su edad, o se disminuyen algunos años cuando la cuentan.

No me refiero aquí al afán de sentirse con entusiasmo y gozar del vigor físico aunque los años vayan pasando: eso es un deseo normal, que nos lleva a cuidar nuestra alimentación, no caer en los vicios, descansar adecuadamente, y todos los demás cuidados que debemos prodigar a nuestro cuerpo para mantenerlo saludable. Hacer esto es un deber, incluso.

Me refiero a aquellos que solo buscan recuperar el aspecto externo de la juventud, sin darse cuenta de que los órganos internos, igualmente, seguirán envejeciendo, tanto más rápido si no se les prodigan los cuidados necesarios, como los citados más arriba.

Pero, suponiendo que se descubra, como lo intentaron los antiguos, alguna sustancia "mágica", como la "piedra filosofal", el "elixir de la inmortalidad" , o la "panacea", que nos permita, al solo contacto con ella, retornar a la edad del pasado que uno prefiera, tal vez los quince, o los veinte años, ¿valdría la pena tocarla y volver a esas edades del pasado? En caso de respuesta afirmativa, surge otra pregunta: ¿para qué?

Psicológicamente hablando, les revelo la existencia un fenómeno que muchos han conocido al llegar a su vejez, o lo están experimentando gozosos ahora, cuando se encuentran ingresando en ella, ya rodeados de nietos o biznietos.
El fenómeno es el siguiente:

¡PODEMOS SEGUIR SIENDO NIÑOS EN NUESTRO CORAZÓN!

El corazón tiene la edad de lo que lleva adentro: y la psicología ha descubierto que es posible conservar activo, dentro de él, el niño que todos fuimos alguna vez.

Muchísimos ancianos tienen un espíritu definitivamente más juvenil que ciertos jóvenes cuyo espíritu ya declina, porque no le encuentran sentido a su vida, pese a ser poseedores de una gran belleza física y abundantes riquezas monetarias.

Hay en la Biblia, libro de eterna Sabiduría, varios pasajes referentes a la vejez, considerada allí como una riqueza, por el hecho de poder gozar, gracias a ella, de la sabiduría, del entendimiento, de la fortaleza, y de muchas otras virtudes que le hacen al anciano capaz de transmitir energía vital a los más jóvenes o niños.

EL SECRETO RADICA EN HABER ALCANZADO ESA HONDA SABIDURÍA QUE, NORMALMENTE, FLORECE EN LA VEJEZ, MANTENIENDO INTACTAS LA SENCILLEZ, EL CANDOR, Y LA ALEGRÍA QUE CARACTERIZAN AL NIÑO. Y a esto se refiere uno de esos pasajes, donde leemos:

* "Si no os hiciereis como niños, no entraréis en el reino de los Cielos", entendiendo por dicho "reino", el disfrute de la paz, la armonía del espíritu y la alegría serena resultante de ese estado psicológico, que son el preludio de nuestro ingreso a la vida inmortal.
Muchos ancianos, por ello, se encuentran más cerca del cielo que de la tierra.

* "Entonad al Señor un cántico nuevo", leemos en otro pasaje, cuya enseñanza es revelarnos que somos capaces de darle la vitalidad profunda de la sabiduría de las edades más avanzadas, a los viejos recuerdos de la infancia, de modo que éstos sean revividos, pero COMO ALGO NUEVO, es decir,percibidos ya desde la perspectiva de la madurez adquirida con el correr de los años.

Podemos, entonces, de esa forma, y no de ninguna otra, VOLVER A LAS GRATAS VIVENCIAS DEL PASADO, pero MIRÁNDOLO CON LAS LUCES DEL PRESENTE.
Gracias a esa nueva forma de mirar, se tornarán comprensibles, por fin, HASTA LAS MÁS DESAFORTUNADAS SITUACIONES POR LAS CUALES NOS TOCÓ ATRAVESAR EN LA NIÑEZ Y EN LA JUVENTUD. Y todo se vuelve riqueza: todo cobra sentido.
Y AHÍ SE PRODUCE EL BÍBLICO "CÁNTICO NUEVO".

Espero que estas reflexiones les ayuden a disfrutar DE LA EDAD MADURA, para alegrarse por la riqueza que significa el poder mirarla y vivirla, no como un declinar, sino como un elevarse a una meta absolutamente hermosa.

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