viernes, 8 de julio de 2011

¿DENUNCIAR LOS HECHOS DE VIOLENCIA?




Es muy frecuente escuchar, por los medios, recomendaciones para denunciar la violencia intrafamiliar, suministrando, para tal efecto, direcciones y teléfonos donde se pueden realizar dichas denuncias.
Casi siempre aparecen estas advertencias después de ocurridos los hechos luctuosos, a veces ya irreparables, como el recientemente protagonizado por Adolfo Trotte.

Creer que así se conseguirá eliminar o, tan siquiera, disminuir los actos de violencia, sean estos del varón a la mujer, o de la mujer al varón; o los que ocurren en los colegios, filmación incluida, o en las calles, o en las canchas, etc., es transitar por un camino errado: se pretende atacar los efectos, sin erradicar las causas.

Un artículo leído en Última Hora, me dio la idea de escribir el siguiente comentario.
____________________________________________________


Más que tener a mano los números telefónicos o las direcciones donde denunciar los actos de violencia, sean estos intrafamiliares, intracolegiales, o de cualquier otra índole, como las violencias callejeras, las intercolegiales, las de las barras bravas, y otras, será mucho más producente que nos ocupemos de la verdadera Educación Integral, es decir de aquella que forma ciudadanos honestos, responsables, capaces de dignificar a sus semejantes y de honrar a la Patria, sometida también a la violencia por ciertos ciudadanos, atropellando nuestra Constitución Nacional que se ha jurado "respetar y hacer respetar".

Lo demás es como cargar agua en un canasto: eternamente se estará denunciando, o callando, los interminables hechos de violencia. No lograremos acabar con la violencia, mientras en los Ministerios encargados de tan importante asunto, se continúe figureteando con esa tontería de destruir el lenguaje para "visibilizar" a la mujer, enseñando el disparate de que la mujer es igual al varón en todo, expresándose entonces, como perfectos ignorantes del idioma, diciendo "las miembras", "los/las niños/as", "estimad@ amig@", y otras aberraciones idiomáticas, inservibles para lo que dicen proponerse; ni tampoco se conseguirá fomentar de veras la dignidad femenina, organizando, a través de la Secretaría de la Mujer, encuentros mediáticos en lujosos hoteles, proclamando que "si sos lesbiana, tenés derechos", o la repugnante afirmación de una necia que dijo: "el feto de 13 semanas no es un ser humano", consagrando en derecho el aborto, cuando antes era penado como delito; y aduciendo el fantasioso "argumento" de la inexistente cuestión de "los muchos géneros" inventada por un desequilibrado mental de nombre John W. Money, negando la evidente realidad de "los dos sexos" inscrita, desde siempre, en nuestra multimilenaria naturaleza humana.

Debemos tocar tierra: ¡la violencia seguirá existiendo, pese a las promocionadas denuncias, mientras no eliminemos sus causas!

Seguirá habiendo madres que asesinan a sus hijos, dentro o fuera del vientre, mutilan a sus maridos, y varones que torturan o matan a las mujeres, mientras absurdamente sigamos empecinados en generar esa violencia a través de una pésima educación en las escuelas en las cuales el MEC patentiza la inutilidad destructiva de su paupérrima gestión.
Esta cartera de Estado, no queriendo "ver la evidencia" de que muchos docentes están fracasando en su desempeño en la enseñanza de las asignaturas corrientes, ahora les encomendará, a esos mismos ciudadanos impreparados para la docencia, la tan delicada responsabilidad de impartir una educación sexual "integral" ( ! ), la cual, además, se limita, para el MEC, a enseñar el uso del condón, de las pastillas del día después, y del derecho al aborto, promocionando así, desde la escuela misma, el recurso a LA VIOLENCIA, que enseñan a ejercerla COMO DERECHO, contra el ser más indefenso, que es el niño en gestación.
Las otras violencias son ya los frutos de tan criminal educación.

Para decir "NO A LA VIOLENCIA" debemos decir, ante todo: "¡NO AL MARCO RECTOR SEXUAL DEL MEC!"


No hay comentarios:

Publicar un comentario