miércoles, 24 de noviembre de 2010

(parte 1) Preguntas de respuesta imposible..., para los creadores del “Marco Rector de la Educación sexual” del MEC.

I. Aclaración inicial.

Toda persona responsable de gerenciar algún emprendimiento, administrando los recursos monetarios y humanos disponibles para llevar a cabo dicha función, debe trazar, como primera medida, un riguroso plan de prioridades: es decir, determinar cuáles son las necesidades más importantes, para ocuparse de ellas con la máxima urgencia, y luego atender las demás, según su grado de importancia.
Eso no sucedió con el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el cual, después de décadas de mantenerse abocado estrictamente a cuestiones curriculares referentes a la carga horaria, al sistema de evaluación y promoción, al calendario escolar, y a los días de preclases, entre otras tantas cuestiones académicas, sorpresivamente, “cayó en la cuenta” de que el objetivo urgentísimo y prioritario de este Ministerio debía ser, sin discusión ni dilación alguna, el abordaje del tema Sida y de los embarazos no deseados o abortos mal realizados, atribuidos por estos funcionarios, erradamente por supuesto, a que los padres no les hablan de sexo a sus hijos. Entonces el Estado – siguen diciendo - al darse cuenta de esta falla de las familias, toma esta responsabilidad en sus manos, con altruismo y patriotismo, para salvaguardar el derecho de los alumnos a la salud y al disfrute sexual que sus padres descuidaron. “Previniendo con educación” es el lema de la campaña ministerial, que nos informa que se empleará la educación como herramienta de lucha preventiva contra el Sida, los embarazos no deseados, o los abortos mal realizados.
Esto nos emociona hasta las “lágrimas”: ¡Cuánta “responsabilidad” e “idealismo” se aprecia en estos ejemplares ministros, cuyo patriotismo, digno de nuestros próceres, demuestra que son sinceros cuando dicen que llevan en su corazón el insólito deseo de dar la felicidad sexual a todos los niños y jóvenes, cuyos padres les negaron ese derecho.

Lamentablemente no se ocupan, con igual “generosidad, patriotismo y altruismo” de darles la felicidad estomacal a todos los niños y jóvenes, cuyos padres les negaron ese derecho.

Tampoco se ocupa, el “patriótico” MEC, de darles “a niños, niñas, adolescentes y mujeres” (según su ridícula expresión tipo “cliché” - como si en niñas y adolescentes ya no entraran “mujeres”-), tan siquiera, la felicidad intelectual, es decir, una formación académica de calidad, en lugar de esa repugnante “información genital” que pretenden darles; o de ofrecerles escuelas que no se caigan a pedazos, o un techo digno para no tener que recibir clases a la intemperie y con los deditos duros, por estar soportando, bajo “el árbol de clase”, 4 grados de frío; o de brindarles recursos para evitar tanta deserción escolar, o de actualizar sus programas de la “Reforma Educativa” fracasada, que solo sirvió para arrojar a la sociedad una enorme cantidad de jóvenes bachilleres a los que alguien, con justeza, calificó de “minusválidos intelectuales”, porque les caracteriza la ignorancia y la discapacitación para trabajar en nada: Bachilleres que ignoran lo que son los puntos cardinales, o quién fue Homero, o Lutero; incapaces de aplicar la regla de tres simple, o decir qué es la aorta, o la reforestación, entre tantísimas otras preguntas cuyas respuestas debieran conocer.

Y sus padres, sacándose el pan de la boca, para que sus hijos se pudieran nutrir de conocimientos. ¡Vergüenza, cúbrete el rostro!

Y los del MEC, alegremente, y muy sueltos de cuerpo, pretenden enseñarles ahora ¡“Educación sexual”! Van a sumar, a toda la tragedia de la ignorancia de nuestros maltratados hijos, la cuestión de la educación sexual, tan intrincada e improcedente, en el contexto de la mencionada tragedia académica, con el propósito explícito de adoctrinarles sobre el placer y el aborto, y que somos “diversos” y “diversas”, y que “la homosexualidad es normal”…etc.

¡¡Por favor!! No son capaces de cumplir con su obligación de enseñarles aquello por lo que los padres y los contribuyentes pagan, con el sudor de su frente, y pretenden ahora destruirles ideológicamente, enseñándoles una antigualla, como lo es la fracasada, arcaica y errada ideología marxista de los “géneros”, y de la situación “igualitaria” dentro de la “multiculturalidad”, y otras tonterías anticientíficas, inventadas por políticos vencidos y caducos.

Ni saben nuestros alumnos cuáles son las principales etnias del Paraguay, y se les va a enseñar los derechos sexuales de las etnias, en un país “multicultural”, y “plurilingüe”, términos distractores que utilizan para camuflar sus reales propósitos. Además, no somos un país “plurilingüe”, ya que no hablamos muchas lenguas, sino solamente el castellano, y muy pocos ya el guaraní, y no se considera plurilingüe a un país por el hecho de que vivan en él muchos extranjeros que hablan su propio idioma.

Merecerían una demanda, o un juicio penal, o una huelga general en protesta contra este gravísimo atropello a los Derechos Humanos, por empeñarse en seguir cobrándonos para darles de comer basura curricular a nuestros hijos, cada vez más ignorantes, y académicamente minusválidos por la tragedia educativa causada por el MEC.

Es que darles calidad educativa cuesta mucho dinero; en cambio darles la información genital de la ideología marxista, no cuesta un peso, y el gobierno sale ganando votos.


Hay que tomar en cuenta que tantos jóvenes “premiados” con el placer del sexo libre, PUEDEN VOLCAR ELECCIONES. Eso es lo que le interesa al gobierno: no el sexo.

Además, meter la ideología genital en las escuelas, es un logro internacionalmente planeado y, por lo tanto generosamente pagado a los operadores de la burocracia (los Ministerios), por los Organismos Internacionales y Fundaciones que se proponen destruir la moral tradicional y las familias.

Los otros objetivos, en cambio, serios y realmente urgentes, no tienen “sponsor” en ninguna parte del mundo. ¡Allí está el gato encerrado! Y ese gato es muy bien conocido por nuestras autoridades corruptas, cuyas faltriqueras, llenas de dólares sucios, les importan más que la educación real de nuestros “niños, niñas, adolescentes, jóvenes y mujeres”, como incorrectamente reza el cliché de estos corruptos.

Pero esos dos problemas sanitarios: el Sida y los abortos, amén de no constituir cuestiones urgentes para el país, ni para la escuela, son problemas ubicados más en el campo del Ministerio de Salud que en el de Educación.

En efecto: la falta de Educación Vial, por citar un ejemplo, produce tantos accidentes fatales de motos, provocando ¡diariamente! un número alarmante de muertes y de discapacitados, que supera de lejos a las que ocasionan el Sida y los abortos.

Existen, además, otros asuntos sumamente graves, y por ende prioritarios, ¡en el área específica de la educación!, los cuales son desatendidos, como el paupérrimo nivel de conocimientos de los egresados de secundaria, o la miserable “capacitación” de los actuales y futuros docentes, que nos brinda la vergüenza nacional del aplazo masivo, cada año, de los postulantes al magisterio.
El Sida y los embarazos, lo repetimos, le corresponde más específicamente al ministerio de Salud que al de Educación.

Que el MEC se ocupe, como lo proclama su lema “Prevenir con educación”, de los problemas sanitarios, resulta tan chocante, como que el Ministerio de Salud se ocupe de “Prevenir con salud” los problemas del analfabetismo, y de la ignorancia supina de los egresados del sistema educativo. No hay lógica. Y cuando no hay lógica, el planteamiento de cualquier Proyecto absurdo puede atribuirse a una de estas dos causas: el desconocimiento de la realidad; o la ocultación de otros fines detrás de dicho Proyecto.

En el primer caso, se es víctima de la ignorancia; en el segundo se está incurriendo en el fraude y la mentira. En ambos casos, los citados funcionarios del MEC, por causa tan graves faltas, quedan definitivamente inhabilitados para gerenciar proyectos que requieren estar libre de esas culpas, porque deben ser conocedores y honestos.

Demostraré la ausencia de ambas virtudes en los impulsores de este Proyecto, pretendidamente educativo.
A los efectos, les formularé algunas preguntas, que no las podrán responder, honestamente, ninguno de ellos. Fingirán hacerlo, pero no convencerán, demostrando así su ignorancia.

Cada pregunta irá acompañada de un comentario mío, más o menos extenso, cuya finalidad es “ilustrarles mejor” a los “proyectistas” del Marco, acerca de la gravedad de cada asunto planteado en las preguntas; y, sobre todo, alertar a los lectores –padres o educadores preocupados- acerca de la catástrofe que nos afectará si no les decimos:

“¡Basta, señores: no les permitiremos destruir a nuestros hijos!”

En la próxima entrega comenzaré con: Las preguntas para los del MEC.

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