jueves, 18 de noviembre de 2010

(parte 4) LA RELACIÓN SEXUAL: UNA FUSIÓN PSICOSOMÁTICA

IV. La educación sexual “integral” verdadera, y la del Marco Rector del MEC.

Recordemos, entonces, que esas tres dimensiones existenciales de la persona humana: la física, la psíquica, y la espiritual, con sus respectivas riquezas, tal como lo acabamos de exponer, con objetividad profesional en los títulos anteriores, deben atenderse cuando de una seria y responsable orientación pedagógica para la educación sexual integral se trata. Las tres constituyen esa realidad integral, es decir, total, porque son inseparables.
De ahí que todo proyecto educativo, para tener la pretensión de ser integral, es decir holístico, total, completo, necesariamente debe abarcar esas tres dimensiones. De lo contrario ya no será “educación integral”, sino “parcial”.
Esto es una evidencia. De ahí que todas las consideraciones que expuse hasta aquí, y que pueden hallarse en todo tratado científico sobre la educación sexual realmente integral, deben figurar en todo Marco Rector Pedagógico sobre la educación en la sexualidad integral, PERO NO FIGURAN en el Marco Rector del MEC, porque es un proyecto puramente “GENITAL”, que solo proclama el placer, a condición de “cuidarse” de las ITS, el VIH Sida, y los embarazos, usando condones o practicando abortos, definidos modernamente como supuestos “derechos sexuales”. Y promueve letales antivalores, tales como el derecho a ejercer la sexualidad desde los 15 años, con quienquiera, del mismo sexo incluso, sin intervención de los padres, quienes para ese momento ya quedarán sin el derecho de la patria potestad, y de educar a sus hijos en la moral y religión que ellos deseen, justo en la pubertad, edad hormonalmente turbulenta, de indefinición sexual, pero con sobre-estimulación genital, causada por el ambiente nudista, hedonista, exhibicionista y sin pudor en el que vivimos.
Ese Marco Rector es, entonces, un documento genitalista, que promociona una supuesta campaña, contra una supuesta pandemia de SIDA, siendo que su objetivo directo es destruir la familia. y los valores de la sexualidad: todo con miras a lograr lo que ellos llaman “un sostenido decrecimiento de la tasa de natalidad global”, con el objetivo final de aumentar ellos sus riquezas y tener menos problemas que atender, porque los pobres son “la piedra en sus zapatos”, ¡tanto peor cuanto que los desocupados están emigrando a los países del primer mundo!
Ese Marco Rector, tampoco atiende problemas educativos prioritarios, como la nula preparación de los docentes, el analfabetismo, las escuelas que caen a pedazos…
Ni qué decir del alcoholismo en púberes, adolescentes y “mujeres” -como dice el estribillo que ellos usan- y que lo quieren imponer también; el creciente consumo de drogas peligrosas, los homicidios, los asaltos violentos a bancos y financieras, la violencia entre barras bravas, la feroz discriminación, dentro del mismo colegio y del mismo curso, hacia los compañeros de clase social inferior, por parte de los de clase alta, etc.: todo eso perpetrado por jóvenes educandos, fenómenos terribles que son también “construcciones sociales”, como dicen ellos, o también, como lo repiten “todo eso educa”: de esas verdaderas pandemias, frutos de la pésima educación en los “no-valores”, no se habla en el Marco Rector, ni tampoco invita a “de-construir” dichas construcciones sociales violentas y delictivas. Para ellos, entonces, lo moral hay que deconstruir, lo delictual, no. Tal parece que solo desean de-construir las notmas morales tradicionales que se refieren al amor, no solo a los genitales y a la “diversidad de géneros”. El MEC debe ocuparse de la Educación académica. Es sospechoso su “profundo y sincero interés”, surgido intempestivamente, por suplir a los padres que no dan educación sexual a sus hijos, y ocuparse “como Estado” del tema sexual, el cual “casualmente” obedece a Agendas Internacionales. Nunca se les ocurrió suplir a los padres que no dan alimentación a sus hijos, tomando ellos, como Estado, la responsabilidad de darles asistencia nutricional.
Es que dar asistencia sexual no cuesta plata, en cambio la nutricional, sí cuesta, y mucho.
De donde se deduce que lo del SIDA, lo de la prevención de muertes por ITS, por abortos, etc. es solo un pretexto para poder sembrar una ideología que apunta a otros fines, ajenos a los de la verdadera educación integral. Pese a que el Marco Rector cita, como fríos clichés, y sin ningún entusiasmo, simples “palabras como “familia”, “amor”, “espiritual”, “valores”, etc., no demuestra coherencia. En efecto:
¿cómo puede uno creer que dicho Marco diga “promover a la familia”, cuando le secuestra el derecho de educar a sus hijos en los principios rectores de cada hogar, cuya dignidad soberana es inviolable por mandato de la Constitución Nacional?
¿Cómo puede uno creer que dice la verdad sobre el amor, cuando promociona formas desviadas del mismo, como las que señala, con aires de verdad científica, en su descaminada teoría ridícula de la “perspectiva de género”, absolutamente opuesta a la ciencia, y a la vivencia realista, no extravagante, del amor humano?
¿Cómo creer que van a dar importancia a los padres, de los cuales dicen que son los principales educadores, y por otro lado le arrebatan la patria potestad, derecho también consagrado por nuestra Carta Magna?
No: ese marco es, simplemente, repulsivo, plagiado, extranjerizante, violatorio de la Constitución y opuesto a nuestra soberanía educativa y cultural, porque pretende implantar en nuestra querida Patria ideologías cadavéricas traídas del “primer mundo”, cuya mira está puesta en nuestras riquezas, tales como los acuíferos y los alimentos.
Es un documento falaz, es decir, mentiroso y tramposo, con pretensiones de atrapar a incautos, con burdas mentiras que ya no las pueden ocultar.
No contempla en sus formulaciones , la sexualidad integral, sino la genitalidad, tampoco integral, pues consideran de ella, solamente una parte: La anticoncepción y la homosexualidad. Este Marco Rector Pedagógico, que, como vimos no puede regir nada, ni es pedagógico, se constituye en un proyecto que promociona solamente antivalores, bajo el pretexto de salvarnos de la pandemia del Sida. MILES de jóvenes mueren al año, y otros miles forman ya una generación de inválidos, como consecuencia de los accidentes de motos, pero al MEC, Salud, Mujer, etc., les preocupa más los cien o doscientos que mueren de sida. ¡Qué hipocresía! Lo de las motos es una verdadera pandemia nacional, y nadie apenas si se ocupa de esto. El hambre de millones de paraguayo, tampoco llama la atención de ningún Ministerio. La corrupción, cáncer nacional, no tiene un solo renglón en los programas curriculares, siendo un tema ético, verdaderamente patriótico y educativo, para prevenirnos de esta enfermedad moralmente infecciosa, mucho más dañina y mortal que el SIDA.
Solamente insiste, de manera machacona, en un supuesto afán de otorgar a todos, especialmente a las mujeres y a los homosexuales, una “visibilización”, como dicen ellos, bien explícita, en la sociedad, expresándose, de una manera gramaticalmente incorrecta, repugnante y condenable: “los niños, las niñas, los adolescentes”; “las y los maestras y maestros”, y promocionando inventos extravagantes y sin valor como “la diversidad”, “la multiculturalidad”, “la perspectiva de género”, sin ninguna intención de traer la verdadera igualdad y equidad ante la ley, sino solamente entre los sexos, porque su objetivo apunta al matrimonio gay y al aborto, porque ambas cosas no reproducen sino que contribuyen al plan del “sostenido decrecimiento poblacional”, exacerbando los instintos biológicos en personas jóvenes, aún no del todo definidas sexualmente, como lo dijimos anteriormente, conduciéndolas a la muerte corporal y mental, de maneras “diversas” también.
En ningún momento “se acuerdan” de hablar de amor, fidelidad, sacrificio, etc., que son valores indispensables en toda pareja, y en la sociedad.
Tampoco promocionan el Método ABC, hoy ya preferido en los EE.UU., como el más eficaz método de prevención del sida y del embarazo, ya que los condones, muchísimas veces en manos de parejas borrachas o drogadas, o comprados después de su fecha de vencimiento, o con defectos de fábrica, ya no son tenidos en cuenta como eficaces preventivos contra nada, en los principales Centros de Salud estadounidenses. Solo dan ganancias a las industrias que los producen, llevando la muerte a quienes los usan. El método ABC, por el contrario, consiste, como suelo decir yo cuando hablo en público, en “ponerse el condón en el cerebro”, para protegerlo de las ideologías neocolonialistas, marxistas, materialistas y criminales, de manera que podamos, entonces, desarrollar el señorío sobre nuestros instintos, lo cual nos permitirá administrar con absoluta seguridad y responsabilidad, nuestras relaciones sexuales. Esas letras significan: la “A”, es la Abstinencia; la “B” es la Fidelidad (Be Faitful, en iglés), y la “C”, el uso del Condón, si lo otro no resulta aplicable. Es decir, el condón, como último, no como primer recurso.
¡Cuánta mentira se esconde detrás del citado Marco Rector! Y ¡cuánto dinero de “premio” (¡$!) les esperará a quienes logren imponerlo en el Paraguay!
Existen Fundaciones que se encargan de promover estos proyectos necrofílicos.
Y a las autoridades de los distintos países, muchísimas veces, les interesa más llenar sus bolsillos con dólares malhabidos porque vendieron su conciencia para recibir ese dinero, que promover salud y educación para sus compatriotas, de quienes reciben su sueldo, y ante quienes juraron respetar y hacer respetar la Constitución.
Mañana les entregaré la quinta y última parte de este artículo.

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