lunes, 21 de octubre de 2013

LA IRRACIONALIDAD DE LOS RACIONALISTAS


Queridos amigos y lectores:


Mario Bunge es un filósofo argentino que, días pasados,  visitó nuestro país.

Los señores del APRA (Asociación Paraguaya de Racionalistas), SIEMPRE AGRESIVOS PARA CON LA IGLESIA CATÓLICA, sea en sus escritos, sea en sus audiciones radiales o televisivas, promovió la realización de conferencias y entrevistas con este filósofo, por simpatizar con la postura, también racionalista del mismo, si bien este señor Bunge no es iconoclasta como los del APRA.

Leí la noticia y sus declaraciones en Última Hora de hoy, 21 de octubre, y le puse un extenso comentario.
Lastimosamente aparecía una advertencia en la pantalla diciendo que "este comentario no podía publicarse en ese muro". Tal vez por causa de la extensión.
Entonces puse un "Me gusta", para acercarles la noticia, y les añado aquí esa noticia y todo mi comentario.
ÚltimaHora.com ‎- hace 8 horas


¡LA VETUSTA IRRACIONALIDAD DE LOS RACIONALISTAS!

La mayoría de los racionalistas, llámense ateos, agnósticos, anticlericales o filósofos, como Mario Bunge, personaje al que se refiere el artículo de Última Hora que comento, combaten asidua y fervorosamente toda clase de "dogmas", es decir afirmaciones no demostradas, sustentados ya sea por el psicoanálisis, la medicina homeopática, la parapsicología y, fundamentalmente, por el catolicismo, pero lo hacen atrincherándose en los dogmas racionalistas. 

Ahora bien: combatir dogmas con dogmas es un absurdo, porque es darle valor demostrativo a una figura del pensamiento que se está dando de baja.
Es como decirnos: "tus dogmas, no; pero mis dogmas, sí".

Me limitaré a señalar cuatro, entre tantas, de las irracionalidades en las que incurren los defensores de la "diosa" Razón.

La primera irracionalidad de los racionalistas es la soberbia.
Los visualizamos siempre empinándose como los dueños de la verdad, pontificando con el ridículo eslógan: "Solo es verdad lo que está científicamente demostrado".  

Y desde ese pináculo propalan, alegre y autosuficientemente, sus disparates, casi siempre despectivos y ofensivos, contra los que no pertenecen a su rebaño, muy especialmente contra los católicos.
Dicha postura, amén de ser, ella también, dogmática, es torpe y errada, porque, como todos sabemos, lo que hace siglos era "una verdad científicamente demostrada", hoy es "un error científicamente demostrado", como lo del número de los genes humanos, que bajó, de los millones pregonados por la antigua ciencia, a poco más o menos de treinta mil, en la ciencia actual.

La segunda irracionalidad de los racionalistas es la de discutir sin definir.
Los antiguos filósofos decían "primum defínere", primero definir, sabia norma filosófica que nos ayuda a evitar la "ignorantia terminorum" (desconocimiento de los términos), y la consecuente pérdida de tiempo, aconsejándonos no discutir sin antes definir el objeto o el término en discusión.
Mario Bunge y, como él, muchos otros filósofos, racionalistas o de otra corriente, pasan por alto tan indispensable requisito, que evita la aparición del feo vicio de las "afirmaciones a priori", es decir, aquellas que el filósofo las da por evidentes, sin tomarse la molestia de demostrarlas.
Es así como Bunge suelta disparates de este calibre:  

"El misticismo solo genera falsa ciencia (pseudociencia, en la jerga de ellos), y mesianismos en política". 

 No demuestra la falsedad de la supuesta ciencia generada por el misticismo, ni explica qué se entiende por misticismo, quiénes los místicos que generaron falsas ciencias, y en qué reside tal falsedad.

Tampoco aclara si otros líderes, también mesiánicos, como Hitler, Castro, Chávez, Lugo, etc. pueden salir de otras sentinas, y no del misticismo.
Tampoco aclara en dónde reside la diferencia entre ciencia y pseudociencia.

O este otro disparate pronunciado por Bunge en otra entrevista: 
"¿Por qué el pie humnano es tan ridículo con diez dedos que no sirven para escribir ni para tocar el piano?".
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Esa entrevista la encontré en:

GRUPOBUNGE

Filosofía y Ciencia

5 PREGUNTAS A MARIO BUNGE

1- ¿Cuáles son los temas más conflictivos entre ciencia y religión?

La naturaleza, origen y evolución de la vida, que la biología explica en términos puramente naturalistas; la naturaleza de la mente, que la neurociencia cognitiva muestra que es un conjunto de procesos cerebrales; y la función social y política de las religiones, que no son sólo cosmovisiones sino también herramientas de control social, esencialmente conservadoras porque se atienen a presuntas escrituras sagradas, que de hecho no son sino documentos históricos de tiempos bárbaros. 

2- Cuando un científico firmemente creyente en Dios afirma que sus creencias no afectan en sus investigaciones, ¿le cree?

Le creo si lo que hace no toca a ninguno de los tres temas mencionados; o sea, si el investigador no se plantea ninguno de los grandes problemas que se presentan en la intersección entre la ciencia y la religión. 

3-¿Alguna vez percibió en colegas “cortocircuitos” entre su profesión de fe y su profesión científica, o en su por lo menos en su aplicación del método científico?

Si, en el caso de la psicología y de la historia de ciencia. En el primer caso, la negativa a investigar los mecanismos neurales de los procesos mentales; en el segundo, la distorsión deliberada del pensamiento de grandes científicos, tales como Galileo y Einstein, y la tentativa de ignorar la existencia de los grandes filósofos materialistas. 

4- ¿Por qué “es mejor” ser ateo que agnóstico o teísta?

Porque deja libertad para investigar, porque no acobarda a la gente con amenazas de castigo eterno por impiedad o pecado, y porque no obliga a contemporizar o aplazar la solución de cuestiones fundamentales, como es el caso de los agnósticos. 

5- ¿Qué idea le resultó más eficaz para hacer dudar a un religioso? 

Pedirle que me explique por qué el pie humano es tan ridículo, con diez dedos que no sirven para escribir ni para tocar el piano; o que me diga por qué Dios, si es tan bueno, inventó la lombriz solitaria, el piojo y el bacilo de la tuberculosis.
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No sé por qué, en el criterio de Bunge, un religioso tendría que saber de ecosistemas, o de medicina, para poder explicar lo de la lombriz solitaria, la tuberculosis o los piojos.
Pero sin falta encontrará algún experto en esa ciencia que le explique cuál es la función de cada ser vivo, incluyendo las garrapatas, los mosquitos y las pulgas.
Preguntarle eso a un religioso es como que yo le pregunte a Bunge sobre cosmetología de las actrices de cine, y sus contraidicaciones dermatológicas. Bunge tampoco podrá responder a esa pregunta, pero no por eso se va a quedar "paralizado" o dubitante, como quedaron, según él, los religiosos por él abordados sobre el tema de los parásitos.

Desconozco también el criterio de belleza, o el conocimiento de las fórmulas de la ingeniería del esqueleto humano que maneja Bunge, para hablar así de los pies y sus diez dedos. Yo nunca escuché que alguien dijera semejante barbaridad: no sé qué de ridículo o de inútil encuentra este filósofo en los pies
Le invito a señalarme, en esta foto u otras similares, en qué se encuentra tal ridiculez. 
Un traumatólogo podrá explicarle, detalladamente, la función de cada dedo del pie.
 
¡NO VEO QUÉ TIENEN DE RIDÍCULOS LOS PIES!
Pero Bunge suelta ese disparate desconociendo la realidad, por muchos comprobada, de la belleza de los pies, enaltecida incluso en la Biblia y en la poesía erótica, y demostrando ignorar que hay gente que escribe, o pinta, o toca el piano, con los dedos de los pies, como lo ilustro más abajo:


Toca el piano con los pies


Hablar de lo que uno ignora es ponerse en el tobogán del disparate, actitud muy frecuente en los racionalistas.

La tercera irracionalidad de los racionalistas es la de creer que las únicas verdades son las que se pueden demostrar por medio de los métodos científicos.
Estos métodos, como es sabido, tienen fecha de vencimiento, y van quedando en la obsolescencia, como ocurrió con los métodos "científicos" del siglo XIII, por ejemplo, y como ocurrirá, sin duda alguna, con los del siglo XXI.: hoy valen. Después pasan a retiro.
Sin embargo los racionalistas se aferran a los "métodos científicos de su época", sin definir lo que debe entenderse por ciencia ni por método científico.

Ciencia, del latín "scire", conocer, es el estudio de la realidad, para conocerla y analizarla en todas sus dimensiones posibles. 
Pero tampoco definen qué se entiende por "realidad", limitándose a admitir, acríticamente, que la realidad es lo que la ciencia ha demostrado (?), cayendo así en este círculo vicioso: 
es real lo que se demuestra, y es demostrable porque es real. 

Pero como la realidad es "todo lo que existe o puede existir", ¿qué pasa si una realidad, como Dios, cuya existencia los racionalistas atacan implacables, y hasta con socarronería y burlas, no pudiera ser captada con los métodos científicos hoy disponibles? 
Ellos, sencillamente, la niegan. 

Su axioma es: "Lo que no puede demostrarse con métodos científicos, no es real". 
 O, más groseramente: "Lo que no cabe en mi cabeza, no existe".
 
Sería más prudente manejar este otro axioma:

"Si la realidad no es demostrable con los métodos científicos hoy disponibles, hay que agrandar los métodos, no achicar la realidad". Son los métodos los que deben adaptarse al objeto, no el objeto a los métodos.
Diciendo eso mismo toscamente: "Si la realidad no cabe en tu cabeza, agranda tu cabeza, no achiques la realidad". 

Blas Pascal, más científico que los del APRA, decía que "el corazón tiene razones que la razón no entiende". Larga fue la disputa que tal sentencia suscitó entre los científicos de su época.

Pero ¿quién sabe si, dentro de 100 años, la humanidad estará ya disponiendo de la fuerza de los "razonamientos del corazón", o de los poderes mentales, negados hoy por Bunge y los racionalistas, para acceder al estudio de las realidades científicas del siglo XXII, inalcanzables por los científicos del siglo XX o XXI?.
Tal vez será posible, para ese entonces, contar ya con el "Telescopio de Dios", como hoy se está analizando la existencia de la mal llamada "Partícula de Dios" o las características de los hadrones.

La cuarta irracionalidad de los racionalistas es la de ignorar un principio filosófico fundamental, que yo enuncio de la siguiente manera:
  
"El mayor logro de la Razón, es el de haber descubierto que no es ella la única fuente del conocimiento en la búsqueda de la verdad". 

Cuántos ateos, agnósticos, y racionalistas, sean estos filósofos, como Jean Paul Sartre, o políticos, como Antonio Gramsci, o historiadores, como Voltaire, o científicos, como Alexis Carrel, por citar algunos entre muchos, han bebido, al final de sus días, de otra fuente de conocimientos, ajenas a la de la "diosa" Razón, y han llegado a admitir, conmovidos, la existencia de Dios. Hay testigos de dicho fenómeno.

Pero  tan brillantes personajes, mucho más grandes que los racionalistas cerriles de hoy día, que nos aburren repitiendo siempre la misma cantinela y los mismos ejemplos, o los de "cafetín", como yo los denomino, porque hacen del debate un pasatiempo,  no pasan de ser, para estos filósofos actuales, como Bunge, o para los "filosofitos", semejantes a los del APRA,  "pobres hermanos desviados del recto camino de la razón".

Por eso resulta imposible dialogar con los racionalistas. 
Pero, por lo menos, debemos señalarles sus grandes metidas de pata.
Los pies, "tan ridículos", según Bunge, también sirven para meter la pata.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

Cel.:0985 24 26 01

6 comentarios:

  1. Respeto tú blog, y tú opinión, pero lamento decirte que tú forma cuadrada de pensamientos que tienen no se iguala al mío y mucho menos al distinguido físico, filósofo y humanista argentino; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta Mario Augusto Bunge .

    http://es.wikipedia.org/wiki/Mario_Bunge

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    1. Señor desconocido: eres un estupendo monumento a la "irracionalidad racionalista", como lo son muchos de ustedes. Ni siquiera saben escribir o expresarse correctamente, y pretenden enfrentarse a quienes esgrimimos poderosas demostraciones. Ustedes, en su mayoría, desconocen el arte de la refutación lógica y argumental, prefiriendo el camino fácil de la agresión y la burla, demostrando así, como en esos tus cuatro lamentables renglones que escribiste para ofender, no para pensar ni para demostrar nada, la real cuadratura de tu mente, semejante a los de tu rebaño. Con gente así no tiene sentido dialogar.

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  2. Excelente, criticar los "dioses inventados por las religiones" (como lo dice Bunge) es como criticar a los personajes del teatro griego o a los de Shakespeare. Es desconocer la función de la catarsis y tal vez en eso tengan la culpa los propios religiosos que también desconocen el método de como re-ligar el cuerpo con el espíritu usando el Puente de Arco Iris señalado por Wagner en su obra el Oro del Rhin, el alma humana, gráfica religiosa de la Voluntad.

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    1. Señor Unknown: hablas de dioses inventados, del teatro griego, de la función de la catarsis (la del psicoanálisis, supongo), y lo de re-ligar el cuerpo con el espíritu... etc., todo eso de una manera inconexa, como si se tratase de una experiencia onírica, razón por la cual no he llegado a entender lo que quisiste comunicar.
      Pero publico tu comentario, como un ejemplo más del lenguaje incomprensible de esas personas que, por falta de lecturas y de formación filosófica, tienen extrema dificultad para expresarse con claridad y corrección. Lo lamento.

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  3. Mario Bunge se refiere sarcásticamente al hecho de que los dedos de los pies son una reminiscencia evolutiva de los dedos de nuestros antepasados, los simios, que los utilizaban para aferrarse de los arboles y sostener objetos.
    Obviamente con muchísima practica nos podemos entrenar para usarlos de la forma que muestras en el vídeo y foto,,pero no de la misma manera que lo hacían nuestros antepasados.
    Lo hermoso que tiene la ciencia es que no pretende tener todas las respuestas,no hay vergüenza en la ignorancia, es por eso que funciona y mejora día a día, diferente a la religión que clama tener todas las respuestas sin poseer una sola evidencia y que a lo largo de la historia se encargo de dar caza y "silenciar" a aquellos que por medio del método científico brindaban respuestas que contradecían las "sagradas" escrituras.

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    1. Rodrigo: Bunge no demuestra "científicamente" que los pies son ridículos. Y lo dijo muy en serio, no como "un sarcasmo".
      Y no podrá demostrar la tontería que dijo, porque esa es una simple apreciación suya, tan vulgar como la de quienes dicen que las orejas son feas, o que los pelos debajo de las axilas son ridículos como los pies de Bunge.
      Esas sí son ridículas apreciaciones vulgares, que no caben en quien es considerdo "científico" y "filósofo".
      Yo le demostré también que está equivocado al decir que no sirven para escribir ni para tocar el piano, pues ambas actividades son posibles hacerlas con los dedos de los pies.
      Ahora: que requieran entrenamiento, como dices tú, yo te respondo que hasta las manos necesitan entrenamientos para escribir y tocar el piano.
      De modo que tu "defensa" a estra pifiada del señor Bunge, esa sí que es ridícula porque no sirve para nada.

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