domingo, 7 de diciembre de 2014

¿POR QUÉ HAY GENTE QUE SOLO COME Y BEBE EN NAVIDAD?






Queridos amigos y lectores:



¡La Noche más grande de la Humanidad!
La feliz Noche cuyos resplandores superaron a los de la luz del día.
La Noche en la que la verdadera Luz bajó a la Tierra.

Les hago llegar esta bellísima interpretación de uno de los mejoras músicos de hoy, y les invito a sentir cómo se conmueven las fibras más profundas de nuestro ser, al escuchar tan antigua como actual canción navideña: "Noche de paz, noche de amor".
Mirando a todas esas personas que, con prodigiosa sencillez y perfección artística, interpretan esa sentida canción dedicada a nuestro Salvador, yo me hago estas preguntas, y se las propongo también a ustedes:

  • ¿Es posible que tantos millones de personas, del pasado y del presente, como las de este imponente coro y magistral orquesta, estén erradas, al admitir la tan deslumbrante verdad de la Encarnación de Dios en la Historia humana, convicción que se encuentra firmemente arraigada en nuestros corazones?
  • ¿Es posible que esos pocos no creyentes, del pasado y del presente, estén en la verdad, solo comiendo y bebiendo en Navidad, ignorando  la existencia de Dios, y sosteniendo que el Nacimiento de Jesús y todo lo que rodeó tan transcendental acontecimiento, son solo un cuentito de criaturas?

Como músico, poeta y compositor, a mí me sorprende que, en toda la historia de la Humanidad, jamás los ateos hayan compuesto ni la más pequeña obra musical dedicada al ateísmo. ¿Por qué será?
Creo que daría risa.


Sigmund Freud decía que en el fondo de toda persona mentalmente perturbada, subyace el impulso sexual inconcientemente reprimido.
 

Yo, parodiando dicha afirmación, he escrito, cuando preparaba mi tesis doctoral, que en el fondo de toda persona mentalmente perturbada, subyace el impulso de creer en Dios, inconcientemente reprimido.


Debo aclarar, honestamente, que interrumpí el desarrollo de mi tesis, porque me encontré, mientras la iba elaborando, con un libro escrito por el monumental Psiquiatra vienés, Viktor Frankl, titulado "La presencia ignorada de Dios", que ya demuestra lo que yo pretendía demostrar: que sin Dios es imposible encontrar el sentido de la vida, y sin encontrar el sentido de la vida, se cae en la angustia, la depresión y otras perturbaciones mentales.
Recomiendo la lectura de ese libro a creyentes y a ateos.


Llegué a escribir, ya en aquella ocasión,  que toda persona atea lo es por conveniencia, por ignorancia, por soberbia, o por algún trauma.
  • Por conveniencia, porque no les será posible aceptar la existencia de Dios y continuar llevando la vida descaminada y disoluta que están llevando.
  • Por ignorancia, porque no tuvieron la oportunidad de ser convenientemente instruidas acerca de las verdades divinas.
  • Por soberbia, pues se sienten los más capaces y listos del planeta. Se mofan de los que profesamos alguna Fe. Hablan como dueños absolutos y perpetuos de la verdad, sosteniendo, erróneamente, que solo la razón y la ciencia son las únicas fuentes del conocimiento, sin advertir  que cada persona razona de manera diferente, y  que la razón y la ciencia, muchas veces se han equivocado, y se seguirán equivocando.
  • Por algún trauma, porque han sido dañadas por alguna dolorosa experiencia causada por alguien que se decía creyente, pero que se comportó como una bestia, causando así su alejamiento de Dios.

Les invito a reflexionar en estos pensamientos mientras escuchan tan encantadora melodía:
Cordiales saludos, y un abrazo:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

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