Queridos amigos y lectores:
La felicidad y la prosperidad: dos situaciones diferentes, pero igualmente deseables para todo ser humano. Pero ninguna de las dos deben entenderse simplemente como alegría y ausencia de problemas. Eso sería un augurio tan superficial como irreal.
La felicidad es el resultado de la paz que reina en el corazón de las personas. Si bien no son pocos los que confunden este bellísimo estado espiritual, con un estado de bullicio, algazara, fiesta y alegría, la felicidad es mucho más que eso. Es sinónimo de tranquilidad, no solo porque nos encontramos satisfechos con la vida honesta y honrada que estamos llevando, sino porque de ese estilo de vida surge la paz, la cual posibilita la presencia del amor, que es el sentimiento más puro, hondo y deseable para todo ser humano.
La prosperidad, muchas veces usada como sinónimo de progreso material, es mucho más que eso. Se refiere al crecimiento de nuestra capacidad de realizar buenas obras, hermosos proyectos, planes cada vez mejores, destinados, no solo a logros personales, sino a hacer el bien a todos los que necesitan de nosotros, y a quienes nos encontramos unidos por la responsabilidad, o por la projimidad.
Los primeros, son los integrantes de nuestra familia, nuestros seres más queridos.
Los segundos son las personas que, por alguna circunstancia, no buscada sino surgida de improviso, nos expresan necesidades que podemos aliviar.
Servir al necesitado según nuestros propios talentos y posibilidades, es el deber más sublime que trae todo ser humano cuando viene a la vida.
mis augurios de un feliz y próspero 2014.
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