miércoles, 15 de febrero de 2012

SER PRUDENTE EN INTERNET




Queridos amigos y lectores:

Siempre me encuentro animado por el afán de "Iluminar con conocimiento", como reza el lema de mi blog.

Mi vocación de docente, me llevó a enseñar a jóvenes de la secundaria y de la universidad por más de 30 años.
Ahora estoy jubilado en dicha actividad, pero no me jubilaré jamás en mi incorregible tendencia de enseñar lo que conozco.

Uno de los objetivos esenciales de mi trabajo docente es el de desarrollar el espíritu crítico en mis alumnos. Ahora, en mis amigos y lectores.

No debemos aceptar de entrada, sin analizarlo siquiera, todo lo que leemos o escuchamos, como si todo lo que se escribe o se cuenta, fuese una verdad objetiva, comprobada y válida.

No: hay mucha información errónea, e incluso falsa, especialmente en ciertos datos a los que accedemos cuando utilizamos la deslumbrante tecnología de Internet. Dicha tecnología es deslumbrante: pero no todo lo que aparece ahí es cierto.

Les envío una demostración de lo que digo, con el objeto de ayudarles a ser cautos, especialmente a los más jóvenes, cuando reciben algún mail impactante, ya sea sobre medicamentos "venenosos", bebidas peligrosas, dietas milagrosas, vegetales que curan el cáncer, o increíbles noticias históricas, como la que les estoy enviando para ilustrar mi comentario.
 

"Cuando la limosna es grande, hasta el Santo desconfía" es una sentencia que solemos escuchar. Aplicando la misma a este tema, podemos decir. "Cuando la noticia es maravillosa, el Intelignte desconfía".

Si no lo hiciéramos así, estaríamos asumiendo una actitud peligrosa, conocida con el nombre de "acrítica", es decir, "sin crítica", sin razonar, para poder asegurarnos de su veracidad.

Yendo al grano: la noticia "maravillosa y conmovedora" que me llegó en un pps., la estoy reenviando en el link de abajo.

Les invito a mirar ese pps. enseguida, y después de verlo íntegramente, leer la noticia histórica que les pongo a continuación, tomada de la Página TecnoPLOF de la empresaria Ana María Méndez, referente a ese prodigioso acontecimiento y, por último, leer MI COMENTARIO FINAL  que aparece después de la noticia.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.


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ESTE INTERESANTE ARTÍCULO ENCONTRADO EN INTERNET ESTÁ TOMADO DE LA PÁGINA TECNOPLOF, DE LA EMPRESARIA ANA MARÍA MÉNDEZ.

 

Historia de la Universidad de Stanford: leyenda, ‘meme’ y realidad

Jueves, 17 de febrero de 2011
Familia Stanford (vía stanford.edu) Familia Stanford (vía stanford.edu)
Leland Stanford y su mujer Jane fueron los fundadores, el 1 de octubre de 1891, de la hoy prestigiosa Universidad de Stanford. Alrededor de esta sucinta información han corrido ríos de tinta mecanográfica, y de tinta china también. La creación de la Universidad de Stanford tiene tanto de leyenda, como tan poco de realidad, que la fábula supera a la verdad en más de una ocasión. Y es que nos gustan tanto los bulos románticos que no se ajustan a la objetividad, que daríamos un brazo porque aquello que nos han contando fuera lo que pasó. Pero no, I’m sorry.   Comencemos por lo que no es verdad, sino mito. Una mujer y su esposo, vestidos ambos con trajes de algodón barato, bajaron del tren un día de 1891 en Boston, Massachusetts. Caminaron lentamente hacia la Universidad de Harvard (en Cambridge), con la intención de hablar con su presidente.
Al llegar, la secretaria de dirección les comentó que aquello era una misión imposible, que su jefe no recibía a cualquier persona que en la puerta se presentara y que tenía menos tiempo que perder que el necesario. Pero aquella respuesta no desanimó a la pareja, que contestaron que se quedarían allí sentados, sin prisa, hasta que el hombre pudiera recibirlos.
La pretendida arrogancia del matrimonio intimidó a la muchacha que, después de comprobar que las personas no tenían intención alguna de marcharse, decidió hablar con su superior. Hay ahí un par de pordioseros que desean parlamentar con usted, alguien que no merece su tiempo, pero es que no se van ni con agua hirviendo. Tal vez, si conversa usted con ellos unos minutos y les agrada, entonces, y sólo entonces, es posible que abandonen el campus y se vayan contentos. El presidente, con mohín adusto, asintió y aceptó recibir a los mendigos.
Jane Stanford se dirigió al importante hombre, comentándole su propósito de ellos. El caso es que teníamos un hijo estudiando en esta universidad, pero lamentablemente murió hace unos días en un accidente. Él amaba Harvard, y mi esposo y yo desearíamos levantar algo en su memoria en algún lugar del campus, si es posible.
El director de la universidad recorrió con sus ojos a aquella pareja y esbozó una taimada sonrisa. No me interesa en absoluto, señora. No podemos erigir una estatua por cada persona que haya estudiado en Harvard y posteriormente haya fallecido. Leland Stanford, el marido, le comunicó a su interlocutor que su intención no era la de levantar una estatua, lo que ellos deseaban era donar un edificio al centro que llevara el nombre de su hijo, honrando así su memoria.
¿Un edificio? ¿Tienen la más remota idea de cuánto cuesta un edificio? Nosotros hemos invertido hasta ahora más de siete millones y medio de dólares en la construcción de todos los edificios que componen la universidad.
Los extraños visitantes quedaron en silencio, intercambiaron miradas durante unos segundos y exhalaron un pequeño suspiro al unísono. ¿Siete millones y medio de dólares? ¿Tan poco cuesta iniciar una universidad? No se preocupe, señor presidente, ya no robaremos más de su precioso tiempo. Levantaremos una universidad nueva en memoria de nuestro difunto hijo. Y abandonaron el lugar dejando al hombre en un estado de confusión y desconcierto.
Esta es la leyenda que, con la ayuda de Internet, se convirtió en meme y viajó de correo electrónico en correo electrónico en forma de PPS. Varios blog y páginas web lo recogieron en su haber, difundiendo la falsa noticia a una velocidad de vértigo.
Sin embargo, la realidad es mucho menos sensiblera. La verdad es que Leland Stanford era, en 1876, gobernador de California. En aquella época compró 650 hectáreas de terreno con el fin de construir una enorme granja de caballos, a la que llamaría Palo Alto Stock Farm. Más tarde adquirió las propiedades colindantes, llegando a juntar más de 8.000 hectáreas en total. La pequeña ciudad que iba emergiendo tomó el nombre de Palo Alto por cuenta de una gran secuoya que había en la zona, junto al arroyo de San Francisquito.
Leland Stanford se crió y estudió derecho en Nueva York para, posteriormente, mudarse al oeste del país llamado por la fiebre del oro. Como muchos de sus contemporáneos ricos, hizo su fortuna en el mundo de los ferrocarriles. Era el líder del Partido Republicano, gobernador de California y, más tarde, senador de los EE. UU. Él y su mujer, Jane, tuvieron un hijo, Leland Stanford Junior, que murió de fiebre tifoidea con quince años, en 1884, cuando la familia estaba de viaje por Italia. Pocas semanas después de su muerte, los Stanford decidieron que, debido a que ya no podían hacer nada por su propio hijo, “los hijos de California serán nuestros hijos“. Y rápidamente se dispusieron a encontrar una manera duradera para recordar y honrar la memoria a su amado y difunto retoño.
Universidad de Stanford Universidad de Stanford
Barajaron varias posibilidades, como un museo o una escuela técnica, pero al final se decidieron por una universidad en California (aunque, finalmente, también crearon un museo). Sí que es cierto que visitaron al presidente de la Universidad de Harvard, a la sazón Charles William Eliot, pero fue únicamente para recibir consejos y recomendaciones a la hora de iniciar el proyecto. La verdad es que estuvieron reunidos también con el director de la Universidad Cornell de Nueva York, con los responsables del MIT (el Instituto Tecnológico de Massachusetts) y con el director de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore. De todos ellos se llevaron ideas para fundar su institución, y la Universidad de Stanford abrió sus puertas el 1 de octubre de 1891. Realmente, su nombre original es Universidad Leland Stanford Junior.
Sería interesante estudiar la manera en la que se forma un bulo. Como, de una historia original, nace una leyenda que cautiva a propios y a extraños solapando la verdad y decorando los hechos primigenios. Internet es, además, el medio actual más propio para la difusión de estas fábulas en forma de meme de fenómeno mundial. Hay que tener cuidado con lo que leemos en la Red, porque no siempre puede ser toda la verdad.
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COMENTARIO FINAL del Dr. Francisco Oliveira y Silva:


Uno de los profesionales que más utiliza el razonamiento crítico es el detective, porque él debe investigar, haciéndose preguntas y preguntando, hasta llegar a la verdad.

Portándonos un poco como detectives, en el caso que estamos analizando, pudimos habernos hecho las siguientes preguntas:

1. ¿Por qué el Matrimonio Stanford, teniendo tantas riquezas, vestían tan pobremente, tanto que se asemejaban a dos pordioseros, sabiendo que eso les dificultaría su relacionamiento social? Esa conducta denota poca inteligencia, lo cual es incompatible con la capacidad de manejar empresas.

2. ¿Por qué esperaron tantas horas, siendo que la gente de empresa siempre dispone de un tiempo muy limitado para esperar?

3. ¿No les hubiera resultado más lógico ir vestidos como convenía a su nivel social para ser recibidos inmediatamente?

4. ¿Cómo es posible que, siendo personas de alto vuelo empresarial, desconocieran cuánto costaría edificar una Universidad, pequeña, mediana o grande?

5. ¿Por qué, como gente de negocios, no plantearon con total claridad al Director de la Universidad de Harvard, el proyecto que tenían de donar un edificio, en vez de usar ese lenguaje confuso diciendo "queremos levantar algo en el campus en memoria de nuestro hijo"? No se ajusta ese lenguaje a gente tan práctica y directa como son los empresarios.

6. ¿Será cierto que la Universidad de Stanford, en la actualidad, es superior a la de Harvard? ¿Será superior en todo? ¿O le supera solo en ciertos aspectos?

Si las respuestas que damos a esas preguntas, "no cierran" con lo que se lee en el relato, no deberíamos reenviar sin más el mail. Debemos investigar, primero, en una página seria, así aprenderemos más.

Espero que todas estas reflexiones les hayan servido para aumentar la actitud crítica ante noticas sensacionales o maravillosas y, en general, ante las situaciones complejas que nos toca enfrentar en la vida.

Un abrazo:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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