domingo, 13 de enero de 2013

CANSADOS DE MOVER MONTAÑAS



Queridos amigos y lectores:


La Psicología nos enseña que TODA ACCIÓN CONDUCTUAL DE UNA PERSONA, GENERA EN OTRA UNA REACCIÓN CONDUCTUAL CORRESPONDIENTE A LA MISMA.

Esto significa que todo comportamiento humano, de niños y de adultos, si recibe algún premio o aprobación, se mantiene; si, por el contrario, no recibe respuesta alguna, o acarrea algún castigo, dicho comportamiento tiende a desaparecer o se extingue.

En el ámbito del amor esto puede aplicarse diciendo que
"las acciones favorables de la persona que ama, se mantienen si reciben estímulos positivos de la persona amada; pero se terminan, cuando se terminan dichos estímulos ".
Hasta el amor más firme y fiel puede declinar y morir a causa de dicha carencia.

Desgraciadamente algunas personas, después de algún tiempo, dejan de valorar el comportamiento excelente y extraordinario de su pareja, y comienzan a tomarlo como si el mismo fuera lo más normal, o como una obligación, incluso, y ya no retribuyen tan valiosa conducta con algún tipo de reconocimiento, que antes le brindaban, como el cariño, los besos, la ternura, o la sincera expresión de alegría por las pruebas de amor recibidas. 
¿Será que están enfermas psicológicamente? ¿O están soportando una gran preocupación? ¿O quizá haya surgido otra persona más interesante a sus afectos?
Todo eso es posible: pero guardan el más rotundo silencio al respecto, e inexplicablemente devuelven, "como recompensa", solamente expresiones de mal humor o de desinterés por esas demostraciones de afecto, fruto de muchísimo sacrificio algunas veces.

Lo mínimo que puede hacerse entonces, como estímulo, eficaz aún, para mantener viva la llama de ese amor desfalleciente, es valorar tan generosos gestos de amor, con expresiones de reconocimiento.

Eso no significa prodigar elogios y aplausos, o pancartas de gratitud por las demostraciones de amor: ¡Nooo!   
¡Nadie espera ningún "monumento" por ello!

Significa, simplemente, que se mantenga un trato cariñoso y cordial , con algunas atenciones o delicadezas PARA CON ESA PERSONA QUE VIVE SACRIFICÁNDOSE EJEMPLARMENTE, Y AL LÍMITE EN CIERTAS OCASIONES, PARA LLEVAR TANTA ALEGRÍA Y BIENESTAR A LA PERSONA AMADA.

MUCHAS VECES, POR DESGRACIA, ESTE COMPORTAMIENTO DIGNO DE APLAUSOS, Y ENVIDIADO POR MILLONES DE PERSONAS QUE DESEARÍAN CONTAR CON UNA PERSONA TAN BUENA A SU LADO, ES TOMADO POR LA PERSONA FAVORECIDA, "como si eso fuera lo más natural y rutinario, sin valor alguno".
 

Yo escribí, alguna vez, en un artículo, que "LO EXTRAORDINARIO, CUANDO SE REPITE DEMASIADO, SE VUELVE ORDINARIO, Y YA NO SE VALORA".

En este importantísimo fenómeno radica la causa de muchas rupturas de parejas, y de divorcios matrimoniales.

Escribí este comentario a raíz de haber atendido en el Consultorio, después de las celebraciones Navideñas y de Fin de Año, numerosos casos de personas que estaban por tomar la decisión de separarse, porque, según ellas, su pareja YA NO RECONOCÍA LOS SACRIFICIOS realizados en beneficio del hogar y de la pareja, consistentes en trabajos muy pesados, regalos y atenciones especiales por estas Fiestas, recibiendo, a cambio, tratos duros y descorteses.

Una de estas personas me hizo llegar el cartelito que pongo más abajo.

En el siguiente artículo volveré a tocar este fenómeno afectivo que, curiosamente, se presenta con mayor frecuencia, dolor e intensidad, en las Fiestas de Navidad y Año Nuevo.


Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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