martes, 1 de febrero de 2011

(parte 5) Preguntas de respuesta imposible..., para los creadores del “Marco Rector de la Educación sexual” del MEC.

5. ¿Por qué se eliminaron materias que son esenciales para el desarrollo del pensamiento lógico, coherente y crítico, como el latín (nuestra lengua madre), Filosofía, Lógica y Psicología? ¿Cómo pretenden los educadores del MEC formar seres humanos amputando de la currícula materias netamente humanísticas?

Algunos de los “responsables” (o irresponsables) de este atropello al humanismo, con fines que apuntan a idiotizar al educando, y pagados con dinero extranjero para llevar a cabo esa masacre intelectual, intentan esgrimir el necio argumento de que lo hicieron porque esas materias “no ayudan a conseguir trabajo”. Entonces debieran eliminar otras materias también, como música, historia, gimnasia, dibujo, física, etc., porque ninguna de ellas ayuda a conseguir trabajo. De lo contrario, la mayoría de los bachilleres estarían ya trabajando, y no es así: hay cerca de 3.000.000 de egresados sin trabajo. Y los que tienen la suerte de encontrar alguno, con ayuda de alguna amistad, aprenden las habilidades requeridas, ¡practicando y aprendiendo en dicho puesto! Lo mismo dígase de la posibilidad de ingresar en la Universidad: lo dado en el colegio, no les sirve. Deben hacer el famoso y costoso “cursillo de ingreso”, para adquirir, como dice una propaganda “lo que la ‘fábrica’ no te dio”.
¡Todo el sistema educativo del MEC es absolutamente ineficiente para prepararle al alumno para la vida laboral y la universitaria!
Y vienen ahora a ocuparse en hacerles perder más tiempo, con lo de “la transversalidad del género”, es decir, hablar, en todos los cursos y materias, desde el Preescolar, sobre la homosexualidad, el aborto, los derechos sexuales, y toda esa retahíla de basura tóxica del Marco Rector, pretendiendo hacernos creer que eso nos librará de “catástrofes epidémicas”, sin arrimar un solo fundamento serio en sus pobres “discursos”, carentes de sustancia intelectual. ¿Ven? Nunca tienen validez sus pretendidos “fundamentos científicos” a favor de esos cambios destructivos.


Ellos creen que somos tontos, y que sus palabras de “expertos” (improvisados y superficiales) nos van a convencer, gracias al tono dogmatista que asumen, como demostrando extrañeza de que no podamos entender sus estériles explicaciones descaminadas e infundadas, y sin asidero alguno en ninguna ciencia afín con la educación.

Les hacemos notar, de paso, que las materias que secuestraron de la currícula sirven para formar el intelecto, el espíritu crítico, el dominio de los impulsos temperamentales, y para desarrollar la inteligencia racional, la emocional, la espiritual y la intrapersonal (Harvard. Inteligencias múltiples), hoy ya ausentes, por desgracia, en muchísimos jóvenes, víctimas de tan cruel amputación a la que les sometieron con su ridícula e ineficaz “Reforma educativa” idiotizante, durante todos esos años perdidos, en todo sentido, perjudicándoles moral, académica, y económicamente. Curiosamente, todas esas capacidades que les impidieron desarrollar, sirven muchísimo al educando, no solo para “conseguir trabajo”, sino para hacer frente a los problemas de la vida, incluyendo los sexuales (que tanto “les preocupa”). Los que se enferman de Sida y afrontan embarazos no deseados (con sexo deseado), incurren en eso por otras razones, que no contempla el “erudito” Marco Rector genital, entre ellas: el alcoholismo y la droga que les impiden usar bien el condón, o la incontenible excitación sexual para cuyo autocontrol no fueron educados con la “Reforma”, ni lo serán con el “Marco”, y entonces, sin formación, ceden, sin importarles usar el preservativo ni las pastillas “del día después”, o “del mes antes”. Comparando esto con las dietas: todos saben lo que no deben hacer, pero lo hacen porque no se saben dominar. Y el Marco Rector no educa, ni de lejos, para el autocontrol.
Entonces les decimos:

“¡Basta!”. Ya no les vamos a dejar que sigan manipulando criminalmente a nuestros hijos, pagando nosotros, para colmo, a las instituciones donde se está perpetrando este delito impunemente, bajo los auspicios del MEC, que es el destruir lo más sagrado que toda familia tiene: los hijos, su sexualidad, sus derechos, y los valores de la familia, cuya integridad está garantizada por la Constitución Nacional.

6. ¿Analizaron ya las causas por las que se aplazan tantos postulantes al tan delicado cargo de asumir, como maestros, la educación de nuestros niños?

Si las conocen: ¿por qué no les ponen el remedio?; y si no las conocen: ¿por qué siguen “preparándoles”, para fracasar cada año? En el primer caso: ustedes pecan de negligentes y dejados; en el segundo: pecan de osados, superficiales e irresponsables. En ambos casos, ustedes deben ser declarados incompetentes para la educación.

7. No contando el MEC con personal capacitado para enseñar ni tan siquiera las materias corrientes, ¿de dónde va a sacar los instructores para dar Educación sexual, delicada materia cuyo abordaje requiere de una profunda capacitación multidisciplinaria?

En el folleto del Marco Rector se menciona, a cada paso, lo del respeto a la “diversidad” de las perspectivas sexuales, a la “multiculturalidad”, y a la “pluralidad de opciones”, dentro de la filosofía marxista de la “igualdad” de todos, o situación “igualitaria” para todos. Invocando esas mismas premisas, yo les digo que ustedes deben respetar la naturaleza de “multidisciplinariedad” en el abordaje de la Educación sexual, y el respeto por la “diversidad” de enfoques o perspectivas, que cada uno tiene de la misma, lo cual está garantizado por los Derechos Humanos y la Constitución Nacional.
No es lo mismo enseñar música que Educación sexual. Para enseñar música se requiere solamente conocer el arte de los sonidos; para la Educación sexual, se requieren conocimientos de varias disciplinas: Filosofía, Antropología, Psicología, Biología, Medicina, Ética, Moral, entre las principales, y, fundamentalmente, testimonio de vida: el educador debe dar ejemplo. ¿Con qué criterio, o con qué cabeza, se imaginan que cualquier adulto podrá hacerse cargo de esa enseñanza, impuesta por el Marco Rector, si desconoce esas disciplinas y no cuenta con una bien ganada autoridad moral? Hay una “educadora” que propala por la tele: “Yo ya hice un aborto, ¿y qué tiene?”
¿Y por qué le dan el carácter de “transversalidad”, es decir, que se deba tratar el tema en todos los cursos, y en todas las materias, con el mismo enfoque dogmático y obligatorio, sin respetar la “diversidad” de las éticas sexuales, fenómeno legítimo dentro de la “multiculturalidad” de toda sociedad?

¿Por qué la inmoralidad de ustedes sí, y nuestra moralidad, no?

Las supuestas exigencias que postulan, como pilares de su Marco Rector, las pisotean cuando se trata de la libertad de opción de moral sexual que la persona quiera adoptar. Estamos ante un Marco que da “licencia para destruir”, o ante una locura.

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