miércoles, 9 de febrero de 2011

10. ¿Qué postura pedagógica asume el Marco Rector sobre las orgías en el cerro Lambaré, en Villa florida, en Ñu Guasú, bajo efectos etílicos y de otras drogas, y del abuso de las mismas en las discotecas, donde ya se practican extralimitaciones nudistas-sexuales, y que son frecuentadas por menores, cuyo ingreso el MEC, ni “Salud”, “Mujer”, “Adolescencia”, ni la Fiscalía pueden detener?

Tal vez, por ese motivo, Paraguay firmó, en el 2005, la “Convención Iberoamericana de los Derechos de los Jóvenes”, en Badajoz, España que considera ya mayoría de edad a partir de los 15 años. El Presidente Lugo, por medio de su Ministro de Relaciones exteriores Héctor Lacognata, lo presentó al Senado, para ser refrendado tal disparate, el 10 de setiembre del 2009. Lamentablemente, quizá porque no lo analizaron en profundidad, OBTUVO MEDIA SANCION, y pasó a Diputados. El Documento contiene propuestas espantosas: Reducir la mayoría de edad a los 15 años, como lo dijimos más arriba. Perder los padres la patria potestad, al cumplir dicha edad sus hijos, que pasaban a denominarse “jóvenes”. Tener, entonces, como mayores de edad, libertad para beber, fumar, consumir drogas, manejar vehículos, elegir su opción sexual y casarse con alguien de su mismo sexo, y todo lo que implica ser “mayor de edad” ¡a esa edad!
No es difícil adivinar que este proyecto, también acorde con el de destruir la familia, es muy útil a ciertos Gobiernos que se ganan así la simpatía de los nuevos “jóvenes mayores de edad”, los cuales, lo repetimos, en gratitud al gobernante benefactor, PUEDEN VOLCAR ELECCIONES A FAVOR DEL GOBIERNO QUE LES DIO ESE PREMIO. La patria ya no les importaría a esos políticos demagogos, capaces de todo para conseguir votos. Lo peor del caso es que existen otros Convenios Internacionales ratificados por Paraguay que deberían ser modificados, porque ninguno considera mayoría de edad a los 15 años, tales como: el Pacto de San José de Costa Rica, el Código de los Derechos Humanos promulgados por la misma ONU en 1948, y ahora se contradice a ella misma con esta Convención de Badajoz. Además nuestra Constitución Nacional, el Código electoral, el Código civil y penal, etc., consideran la mayoría de edad a los 18 años, al igual que el Código de la Niñez y de la Adolescencia. Es decir: se produce un caos legislativo.

El proyecto pasó a Diputados, el 8 de noviembre de 2010. Cuando se lo llevó a votación, FUE RECHAZADO POR 52 VOTOS EN CONTRA, y solo 2 a favor. ¡Grave derrota!
Ahora pasó de nuevo a Senadores, donde ya necesita de dos tercios para su aceptación, lo cual se ve muy poco probable.
Habiendo ya tanto desmán callejero de alcohol, sexo y droga, al reducir a 15 años la mayoría de edad, ese caos aumentaría exponencialmente.

11. ¿Qué postura asume el Marco Rector ante la prensa amarilla en cuyas tapas aparecen desnudos, y cadáveres horripilantes, expuestos a la vista de menores? ¿Qué harán con respecto a las telenovelas exhibidas o promocionadas en “horario de protección al menor”, con escenas de sexo poco menos que explícito? ¿Qué piensan de los “juegos” triviales de la televisión, donde más se muestra sexo que juego, cuyo efecto idiotizante sobre el niño y el joven ha sido demostrado por la Psicología? ¿Tomarán alguna medida para que no se promocione en las radios el consumo de marihuana, o la homosexualidad, cuando emplean la burla contra valores sexuales normales, como la fidelidad o la virginidad? En pocas palabras: ¿Qué harán con los medios que maleducan al menor, y trivializa la sexualidad?

12. ¿Qué prevé el Marco Rector contra la vagancia juvenil, de adolescentes y mujeres que se desnudan en la vía pública, y que llegan a la violencia criminal, como suele ocurrir en San Bernardino, como consecuencia de problemas de sexo o droga?


Si las tres preguntas precedentes no son adecuadamente respondidas, con miras a poner remedio a los citados obstáculos para la educación, dejando que todo siga igual: ¿de qué servirá enseñar “libertad de opción sexual”, “diversidad”, etc. y toda la ideología “igualitaria” del Marco Rector? Se mantendrán vigentes tales situaciones de desborde instintivo, que excitan sexualmente a “niños, niñas, púberes, adolescentes, mujeres y jóvenes” (en la jerga del MEC), y los propulsores del Marco Rector no podrán detener esa avalancha de violencia, causada por la sobre-estimulación sexual y de las drogas, con el facilón recurso de ir enseñando cómo usar condones y píldoras del día después, o del aborto del mes siguiente: eso será como echar nafta para apagar el fuego. Si al educando no se le motiva primero en los valores de la sexualidad, que son el cimiento para una vigorosa y eficaz educación en dicho campo, el enseñarle métodos anticonceptivos, masturbación, juguetes sexuales, y homosexualidad, será incrementar al máximo las ya equivocadas conductas sexuales de nuestros “niños, niñas, jóvenes, adultos y mujeres”(como se expresa el MEC): Es decir, se conseguirá, como en España, donde ya tienen estas “libertades” por Ley, aumentar el Sida y los embarazos “no deseados” seguidos de los abortos criminales, como consecuencia de irresponsables que practican “el sexo deseado”. Se agudizará así el problema que, supuestamente, se quería combatir. Ahora bien: si lo que quieren, realmente, es aumentar el número de fallecimientos, físicos y morales, el plan del Marco Rector es perfecto para esos fines.

13. ¿Por qué decae, de año en año, tan alarmantemente, el nivel educativo de nuestros estudiantes? En palabras groseras, usadas por antiguos educadores y por padres de familia: ¿Por qué son cada vez más “burros”? Y los docentes más jóvenes: ¿Por qué son tan ignorantes, comparándolos con los de antes? En Internet circulan chistes sobre tan supina ignorancia. Pareciera existir un plan conspiraticio contra la capacitación estudiantil, que está dando excelentes resultados.
¿Podrían mostrarnos los resultados de algún estudio serio que realizó el MEC para detectar las causas de esta tremenda enfermedad intelectual caracterizada por: la “marea de minusvalidos intelectuales”, caracterizados por la ignorancia, el desinterés por el estudio, la vagancia juvenil, y la inutilidad para todo trabajo? ¿Podría presentar el MEC el esbozo de algún “Marco Rector Pedagógico para la capacitación en la intelectualidad”, más apropiado para ese ministerio, que el de la genitalidad?

Estamos ubicados en uno de los últimos lugares del mundo en materia de conocimientos y de preparación académica. Obviamente, también estamos muy bajo en el índice de competitividad y en nivel de investigación científica. En el índice de “Competitividad global”: ranking 124 entre 133 países; en el índice de “Promotor de eficiencia”: penúltimo puesto en la región. (Fuente: Foro Económico Mundial, 2009-2010).
Somos el país más pobre de América Latina. Y, sabiendo que EL UNICO MEDIO para salir de la pobreza es la educación, nos indigna que el MEC se entretenga en extraños y erráticos artilugios sexuales, que nada tienen que ver con nuestra triste realidad en la región, ni con nuestra enfermedad intelectual, ocasionada por el MEC a nuestro estudiantado, como consecuencia de sus pésimos y obsoletos programas educativos, el agudo déficit en infraestructura edilicia (escuelas que se caen a pedazos, clases bajo un árbol), escasa o nula remuneración docente, y con la tara de tantos años de fracaso, de la tristemente célebre “Reforma educativa”. Por muchos años el Ministerio de Educación se convirtió en una Seccional Colorada más, y su ministro o ministra en operadores políticos, desatendiendo gravemente sus funciones específicas. ¿No les da vergüenza continuar embromando a la ciudadanía con “distractores sexuales”, de pretensiones “científicas” y de “avanzada”, pero, realmente aberrantes e inadecuados para enseñar algo sobre sexualidad, ni, mucho menos, para mejorar el pésimo nivel de la educación académica en el Paraguay.

Los padres podemos darles educación sexual a nuestros hijos, a la par que infundirles los principios morales acordes con la propia religión, en virtud de los derechos que nos confiere la Constitución Nacional y los Derechos Humanos: eso déjenlo a nuestro cargo.

Pero los padres no podemos construir escuelas, cambiar los obsoletos programas, formar educadores, o mejorar su salario: eso les toca a ustedes.


No pretendan eludir su patriótica responsabilidad con excusas baratas, simulando demostrar gran “responsabilidad” con necias y nocivas actividades improvisadas, de aparente aire científico: Paraguay no necesita eso.

Los contribuyentes, y los que pagamos mensualidades para la educación, no estamos dando el dinero para que ustedes hagan la tragicomedia de destruir a nuestros hijos: ¡eso es gravísimo!

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