viernes, 20 de marzo de 2020

EL PAPA DESEA QUE LOS SACERDOTES MANTENGAN CERCANÍA CON LOS QUE SUFREN



Queridos amigos y lectores:


El padre Gaetán junto a Iñaki Gallego, ambos capellanes
El padre Gaetán junto a Iñaki Gallego, ambos capellanes - ABC

Capellanes en los hospitales: «Lo más duro es el aislamiento que sufren los enfermos de coronavirus»


Es conmovedor y sorprendente verlo al Papa Francisco sufriendo, sin estar infectado, esta pandemia del coronavirus.
Es que ante el dolor de los millares de infectados, de los fallecidos, y la angustia de sus preocupados familiares, el Papa los hace suyos, sí: los sufre como si fueran sus propios familiares y amigos. O como si fuera él mismo el enfermo.

Ha tenido muchos gestos y acciones que descubren lo más íntimo de su alma: Ser "Pastor con olor a oveja", manteniéndose siempre muy cerca de ellas, para vigilarlas, y curarlas de sus dolencias.
Hay algunos sacerdotes en nuestro país, que ya han tomado iniciativas personales parecidas a las del papa. 
Pero dichas iniciativas debieran ser colectivas, es decir, emprendidas por todo el Clero paraguayo, dirigido y orientado por sus obispos. Los feligreses siempre esperan la cercanía de sus pastores.
Seguiremos aguardando ese momento.

Mientras tanto, nosotros mismos, debemos inventar qué podemos organizar, desde nuestros hogares, y respetando la cuarentena, 
  • para acompañar a nuestro querido Padre y Pastor en su dolor, 
  • rezando por él, 
  • e implorando la misericordia de Dios, 
  • para que detenga el terrible flagelo mortal de esta pandemia.

LES ACERCO FRAGMENTOS DE ALGUNOS ARTÍCULOS:

Vaticano

Francisco, un Papa en la crisis del coronavirus

Francisco, un papa en la crisis del coronavirusEl papa Francisco, rezando en la iglesia San Marcello de Roma, el 15 de marzo de 2020. /AFP

Obispo de una ciudad confinada, primado de una Italia que sufre una crisis sanitaria sin precedentes y Papa de un mundo en plena pandemia, Francisco desea que la Iglesia se mantenga cerca de los más necesitados.

La imagen es impactante. El papa Francisco, solo el domingo por la tarde en la acera de la Via del Corso, una de las arterias normalmente más animadas del centro de Roma, pero casi vacía debido al confinamiento generalizado.
Un Papa en peregrinación, cojeando ligeramente, antes de entrar en la iglesia de San Marcello para rezar ante un crucifijo muy conocido por los romanos, quienes saben que, en 1522, recorrió las calles de la ciudad durante dos semanas, en plena epidemia de peste.
Un poco antes, a mediodía, Francisco se dirigió a Santa Maria Maggiore, para una “intensa oración” ante la imagen de la Virgen Salus Populi Romani, ya invocada contra las epidemias por sus predecesores, Gregorio I, en el año 593, y Gregorio XVI, en 1837.
“Quisiera agradecer la creatividad de los sacerdotes”  
“Querría dar las gracias a todos los sacerdotes, la creatividad de los sacerdotes. Hay sacerdotes que piensan en mil maneras de estar cerca del pueblo para que el pueblo no se sienta abandonado; sacerdotes con el celo apostólico que han entendido bien que en este tiempo de pandemia no se puede ser como don Abundio”, decía, refiriéndose al sacerdote de la novela romana Los Novios de Alessandro Manzoni (1827), paralizado por el miedo durante una epidemia de peste.
Manifestar su cercanía
En Roma, donde el Vaticano ha tenido que aceptar las peticiones de las autoridades italianas y evitar cualquier aglomeración, la plaza de San Pedro está vacía y Francisco ya solo habla a la Ciudad y al mundo por la radio, la televisión o Internet.
RECEMOS POR EL PAPA: ¡HAGAMOS ESO, QUE TANTO ÉL NOS PIDE!
Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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