Queridos amigos y lectores:
Años atrás (2014-2015), se me ocurrió la idea de escribirles una carta a dos exalumnos míos, hoy en el poder:
Añado, al final, una composicón mía, en letra y música: "MI PATRIA DOLIENTE", inspirada en el dolor que sentimos los paraguayos por la absoluta impotencia ante las graves injusticias que nos vemos obligados a sufrir, por culpa de malos gobernantes, que solo piensan en su beneficio personal, olvidándose del pueblo que los eligió.
Queridos exalumnos Horacio y Carlos:
ESCUCHAR:- HORACIO CARTES, y
- CARLOS FILIZZOLA.
Añado, al final, una composicón mía, en letra y música: "MI PATRIA DOLIENTE", inspirada en el dolor que sentimos los paraguayos por la absoluta impotencia ante las graves injusticias que nos vemos obligados a sufrir, por culpa de malos gobernantes, que solo piensan en su beneficio personal, olvidándose del pueblo que los eligió.
Queridos exalumnos Horacio y Carlos:
Yo les conocí a ustedes hace muchos años, cuando eran estudiantes secundarios, en el colegio Goethe. Fui su profesor de Psicología y Literatura.
¡Cuánto idealismo había en sus corazones!
¡Cuántas actividades tendientes a promover los más altos valores
emprendieron ustedes en las aulas, durante su permanencia en el Colegio!
- Horacio, como alumno aplicado,
- Carlos, como Presidente del Centro de Estudiantes.
Yo les hablaba en mis clases de planes para el futuro de nuestra Patria.
Y he podido ver a mis alumnos, a Carlos entre ellos, enfrentando en las calles a la policía, para protestar contra injustas acciones gubernamentales de aquella época.
Y he podido ver a mis alumnos, a Carlos entre ellos, enfrentando en las calles a la policía, para protestar contra injustas acciones gubernamentales de aquella época.
¡Cuan diferentes los veo ahora!
¿Qué pasó de todo el idealismo que bullía en sus almas juveniles?
¿Qué pasó de todo el idealismo que bullía en sus almas juveniles?
Mirándoles hoy, llegué a pensar que, en ciertos jóvenes, EL IDEALISMO ES SOLO UNA "ENFERMEDAD" EMOCIONAL PASAJERA QUE "SE CURA" CUANDO SE ACCEDE AL PODER. ¡LAMENTABLE!
No
tengo hoy ningún ascendiente ni autoridad académica sobre ustedes: pero
sí tengo autoridad moral, ya como simple ciudadano honesto, para
decirles, con mi incurable idealismo de educador: ¡QUÉ MAL ESTÁN ACTUANDO LOS DOS!
No
creo necesario ni posible realizar aquí un análisis de sus malas
acciones como autoridades en el poder legislativo y ejecutivo.Pero no
puedo dejar de decirles, como antiguo profesor de ustedes: ¡QUÉ MAL SE ESTÁN PORTANDO!
Les ruego que reflexionen, si todavía les queda algo de patriotismo, mirando al Paraguay sufrir tanto, y escuhando esta triste Guarania que compuse pensando en nuestra Patria, ya demasiado ultrajada y herida en la carne y en la muerte de sus hijos patriotas e idealistas, que se han levantado y lo seguirán haciendo, contra toda forma de injusticia.
¡LES SUPLICO QUE HAGAN ALGO BUENO PARA NUESTRO QUERIDO PARAGUAY!
Su Prof.: Francisco Oliveira y Silva
Asunción, 9 de abril, de 2017
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Su Prof.: Francisco Oliveira y Silva
Asunción, 9 de abril, de 2017
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Aquí van las copias de las dos cartas y, al final, mi guarania a la Patria
jueves, 12 de marzo de 2015
UNA CARTA PARA HORACIO CARTES
Queridos amigos y lectores:
Hago mías las palabras de tu mensaje del 16 de junio de 2013, Día del padre, a todos los padres del Paraguay. Dijiste:
Prof. Francisco Oliveira y Silva.
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miércoles, 12 de noviembre de 2014
LA LEY "CONTRA LA DISCRIMINACIÓN" TRAE VIOLENCIA Y SANGRE ESCONDIDAS
Querido exalumno Carlos:
Soy Francisco Oliveira y Silva. Fui tu profesor de Psicología y Literatura en el Colegio Goethe.
Hemos organizado juntos actividades culturales, cuando fuiste presidente del Centro de Estudiantes y soñabas con una Patria Nueva, libre de la dictadura...
Prof. Francisco Oliveira y Silva.
______________________________ ______
Horacio y Carlos:
Este es el tema que compuse, en letra y música, con la esperanza de que, escuchándola, puedan ustedes rever un poco sus inflexibles posturas:
UNA CARTA PARA HORACIO CARTES
Queridos amigos y lectores:
Hay nubarrones en el horizonte de la Patria.
Están sucediendo cosas muy extrañas y peligrosas en nuestro amado país.
Están sucediendo cosas muy extrañas y peligrosas en nuestro amado país.
Pensando
en qué puedo aportar yo de positivo, como ciudadano, ante esta
situación, surgió en mí la idea de escribir una carta, la cual me brotó en el alma: esta vez para el Presidente de la República Horacio Cartes, exalumno mío del Colegio Goethe.
Sé
que no es fácil acceder a su correo, pero estoy seguro de que alguno de
ustedes, excompañeros de curso o amigos, me ayudarán a que este escrito
llegue a sus manos.
Mi
única finalidad es manifestarle lo que, como educador, necesito decirle
ante la delicada situación que se cierne sobre nuestro país.
Soy Francisco Oliveira y Silva. Fui tu profesor de Psicología y Literatura en el colegio Goethe.
Te recuerdo como un adolescente más bien taciturno, pensativo y buen compañero.
Nunca hemos conversado sobre algún tema en especial, pero sé que seguías con interés mis clases.
Estudiabas mis materias, y te consideraba un buen alumno.
Recuerdo que siempre solía aconsejarles estudiar mucho, y dedicarse con responsabilidad al cumplimiento de sus deberes, porque "entre ustedes -les decía- se encuentran los futuros Ministros, los Legisladores y las autoridades del Paraguay, y hasta algún presidente de la república".
Y eso ocurrió.
Del estudiantado del colegio Goethe han salido Ministros de la talla de Germán Rojas, y otras autoridades de nuestro país. Ese amado Colegio ha sido siempre un semillero de notables personalidades.
Y a vos te tocó ser el Presidente de la República.
Esos pronósticos no eran profecías, sino deducciones del sentido común, porque era lógico suponer que los mejores estudiantes llegarían a ser personalidades importantes en nuestra sociedad.
Te recuerdo como un adolescente más bien taciturno, pensativo y buen compañero.
Nunca hemos conversado sobre algún tema en especial, pero sé que seguías con interés mis clases.
Estudiabas mis materias, y te consideraba un buen alumno.
Recuerdo que siempre solía aconsejarles estudiar mucho, y dedicarse con responsabilidad al cumplimiento de sus deberes, porque "entre ustedes -les decía- se encuentran los futuros Ministros, los Legisladores y las autoridades del Paraguay, y hasta algún presidente de la república".
Y eso ocurrió.
Del estudiantado del colegio Goethe han salido Ministros de la talla de Germán Rojas, y otras autoridades de nuestro país. Ese amado Colegio ha sido siempre un semillero de notables personalidades.
Y a vos te tocó ser el Presidente de la República.
Esos pronósticos no eran profecías, sino deducciones del sentido común, porque era lógico suponer que los mejores estudiantes llegarían a ser personalidades importantes en nuestra sociedad.
Fue muy grande mi alegría cuando fuiste electo Presidente.
Me encantó tu discurso inaugural, porque en él mencionabas muchos proyectos indispensables para forjar la Patria Nueva con la que todos seguimos soñando, ya libre de las cadenas opresoras de la injusticia y de la pobreza, implacables látigos que la humillan y mancillan su dignidad y su resplandor de Patria libre y soberana.
Me emocioné cuando comenzaste a hablar invocando a Dios y a la Virgen de Caacupe, expresando tu dolor por la pobreza que tortura a tantos compatriotas, y tu decisión de propulsar el imperio de la justicia, y de los derechos a la educación, a la salud, a la seguridad, y al trabajo digno, anunciando tu firme decisión de no dejar que los marginales te marquen la hoja de ruta.
Me encantó tu discurso inaugural, porque en él mencionabas muchos proyectos indispensables para forjar la Patria Nueva con la que todos seguimos soñando, ya libre de las cadenas opresoras de la injusticia y de la pobreza, implacables látigos que la humillan y mancillan su dignidad y su resplandor de Patria libre y soberana.
Me emocioné cuando comenzaste a hablar invocando a Dios y a la Virgen de Caacupe, expresando tu dolor por la pobreza que tortura a tantos compatriotas, y tu decisión de propulsar el imperio de la justicia, y de los derechos a la educación, a la salud, a la seguridad, y al trabajo digno, anunciando tu firme decisión de no dejar que los marginales te marquen la hoja de ruta.
Muchos mandatarios dicen eso mismo en sus discursos, pero el énfasis expresivo que vos ponías en cada
una de tus palabras, denotaba mucha sinceridad y la decisión
innegociable de llevar a feliz término cada uno de esos propósitos, enriquecidos por la virtud del patriotismo que en ellos palpitaba.
Poco después declaraste: “No voy a desaprovechar esta gran oportunidad de progreso que tiene el país, quiero ser un Carlos Antonio López”.
Y también: “Quiero paraguayos con becas, quiero la vuelta de los ferrocarriles, quiero que vuelva la honorabilidad, quiero que el patriotismo vuelva a sentirse en el corazón de los paraguayos, tengo la certeza de que se puede”.
¡Todo un proyecto de vida!¡Todo un Programa de Gobierno!
Poco después declaraste: “No voy a desaprovechar esta gran oportunidad de progreso que tiene el país, quiero ser un Carlos Antonio López”.
Y también: “Quiero paraguayos con becas, quiero la vuelta de los ferrocarriles, quiero que vuelva la honorabilidad, quiero que el patriotismo vuelva a sentirse en el corazón de los paraguayos, tengo la certeza de que se puede”.
¡Todo un proyecto de vida!¡Todo un Programa de Gobierno!
Pero,
desgraciadamente, las esperanzas que empezaron a brotar en nuestros
corazones ante tan promisorios horizontes de un Paraguay soñado, se
han ido diluyendo paulatinamente con el correr del tiempo, como si
alguna fuerza desconocida y contraria a tu voluntad, estuviera poniendo
frenos a tus altos propósitos patrióticos.
¿Qué está pasando, Horacio?
Solo vos podés responder, objetiva y honestamente, a esta pregunta.
Solo vos podés responder, objetiva y honestamente, a esta pregunta.
No
estoy seguro de que mis palabras hoy tengan para vos la misma
importancia que tuvieron en tus años de estudiante del colegio Goethe.
La vida nos va cambiando, y no pocas veces las personas cambian su filosofía y hasta sus valores.
Pero necesitaba escribirte esta carta.
Te soy sincero: en ningún momento pensé que podrías desilusionarnos como Mandatario.
Sin embargo la desilusión se hizo presente: comenzó a surgir el desaliento en millares de compatriotas que te hemos dado sin vacilar nuestro voto en las urnas, convencidos de que, por fin, surgía un paraguayo con valentía y fe en la Patria, decidido a imprimir ese Nuevo Rumbo al Paraguay.
Pero necesitaba escribirte esta carta.
Te soy sincero: en ningún momento pensé que podrías desilusionarnos como Mandatario.
Sin embargo la desilusión se hizo presente: comenzó a surgir el desaliento en millares de compatriotas que te hemos dado sin vacilar nuestro voto en las urnas, convencidos de que, por fin, surgía un paraguayo con valentía y fe en la Patria, decidido a imprimir ese Nuevo Rumbo al Paraguay.
Todos
sabemos, inclusive vos mismo, que todavía no se logró casi nada de
cuanto esperábamos alcanzar de tu desempeño como Presidente de la
República.
Siguen rondando aterradores los fantasmas de la inseguridad, especialmente en el Norte, con sus secuelas de sangre y luto, el hambre y la pobreza; y nos aprietan el alma los tentáculos enormes de la corrupción inveterada, el decadente sistema de salud, y la ya casi inexistente educación paraguaya, ubicada hoy en su peor nivel, por citar solo algunos aspectos de nuestra sombría realidad.
Todo eso habla a las claras de que aún no estamos encontrando el rumbo como Nación: menos aún, el Nuevo Rumbo que nos prometiste.
Siguen rondando aterradores los fantasmas de la inseguridad, especialmente en el Norte, con sus secuelas de sangre y luto, el hambre y la pobreza; y nos aprietan el alma los tentáculos enormes de la corrupción inveterada, el decadente sistema de salud, y la ya casi inexistente educación paraguaya, ubicada hoy en su peor nivel, por citar solo algunos aspectos de nuestra sombría realidad.
Todo eso habla a las claras de que aún no estamos encontrando el rumbo como Nación: menos aún, el Nuevo Rumbo que nos prometiste.
Te
quedan aún tres años de Gobierno. Todavía hay tiempo para generar
esperanza, y para hacer florecer la posibilidad de volver a soñar con
ese porvenir venturoso que nos merecemos los paraguayos.
Crece también mi fervoroso anhelo de que puedas dar ese golpe de timón, que te permita alcanzar los objetivos que te propusiste cuando el Pueblo te entregó el bastón presidencial.
Crece también mi fervoroso anhelo de que puedas dar ese golpe de timón, que te permita alcanzar los objetivos que te propusiste cuando el Pueblo te entregó el bastón presidencial.
Hago mías las palabras de tu mensaje del 16 de junio de 2013, Día del padre, a todos los padres del Paraguay. Dijiste:
"Los padres trazan el Nuevo
Rumbo del Paraguay.
Como padre de tres hijos, pido a Dios que nos dé la sabiduría a cada
uno, para seguir sembrando en nuestros hijos lo mejor que queremos para
el país".
Espero que vos, como padre de tantos compatriotas huérfanos
ya de alegría, y carentes de todo, puedas lograr un feliz amanecer de
prosperidad para todos ellos, brindándoles la oportunidad de imprimir de verdad un nuevo rumbo en sus vidas.
Y que podamos verte, emocionados, cómo levantas nuestra sagrada enseña tricolor, hasta el sitial que le corresponde en el concierto de las Naciones.
Te mando un fuerte abrazo:
Prof. Francisco Oliveira y Silva.
______________________________
LA LEY "CONTRA LA DISCRIMINACIÓN" TRAE VIOLENCIA Y SANGRE ESCONDIDAS
Queridos amigos y lectores:
Si alguno de ustedes tiene el mail de Carlos Filizzola, le ruego reenviarle esta síntesis.
Querido exalumno Carlos:
Soy Francisco Oliveira y Silva. Fui tu profesor de Psicología y Literatura en el Colegio Goethe.
Hemos organizado juntos actividades culturales, cuando fuiste presidente del Centro de Estudiantes y soñabas con una Patria Nueva, libre de la dictadura...
Siempre fuiste un joven inquieto, idealista, y buscador de la justicia contra toda forma de opresión.
Pero
con esta Ley que promueves ahora, estás borrando todos los ideales que hemos
compartido en las aulas, con relación a la Libertad, a la Justicia, y al
valor para romper las cadenas liberticidas, entonces de moda.
¿Te acordás?
¿Te acordás?
Como
no tengo tu correo, me valgo de este medio para hacerte llegar el
último de mis numerosos comentarios sobre esa maldita Ley que estás
pretendiendo que se implante en nuestro país: los ciudadanos que aún
seguimos soñando con esa PATRIA NUEVA, te daremos la espalda, porque nos
estás queriendo convertir en víctimas de la misma opresión contra la
cual luchaste.
¡Cómo
me gustaría que vos o alguien promueva una Ley "contra toda forma de
opresión", en lugar del Proyecto liberticida disfrazado de Ley "contra
toda forma de discriminación".
Sos tan inteligente, que estoy seguro de que te das cuenta de la diferencia.
Sos tan inteligente, que estoy seguro de que te das cuenta de la diferencia.
Tu
Proyecto nos discrimina a los que no pensamos como vos, o como quienes
te infundieron tan perversa ideología: eso era lo que practicaba el
tirano contra el cual luchaste.
¡Qué ironía!: te has convertido ahora en la persona contra la que tanto combatiste.
¡Qué ironía!: te has convertido ahora en la persona contra la que tanto combatiste.
Es que la vida nos depara inescrutables sorpresas.
Te saludo:Prof. Francisco Oliveira y Silva.
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Horacio y Carlos:
Este es el tema que compuse, en letra y música, con la esperanza de que, escuchándola, puedan ustedes rever un poco sus inflexibles posturas:
MI PATRIA DOLIENTE
(Guarania)
Canta: Jesús Rafael Aguirre
Canta: Jesús Rafael Aguirre
(Compuse este tema después de mi carta a Cartes, el 12 de marzo de 2015,
donde lamento la deplorable situación por la que estaba atravesando el Paraguay.
Hoy eso se agravó al límite).
donde lamento la deplorable situación por la que estaba atravesando el Paraguay.
Hoy eso se agravó al límite).
El sol va cayendo, muere ya la tarde,
como la alegría de mi Praguay.
La Patria está triste, sollozan sus hijos,
porque no hay justicia, ni dicha, ni paz.
como la alegría de mi Praguay.
La Patria está triste, sollozan sus hijos,
porque no hay justicia, ni dicha, ni paz.
Esconden las sombras
la angustia y las penas:
las negras cadenas
que oprimen la paz.
la angustia y las penas:
las negras cadenas
que oprimen la paz.
Los pobres no tienen
sueños ni esperanzas,
sufriendo, indefensos,
la inseguridad.
sueños ni esperanzas,
sufriendo, indefensos,
la inseguridad.
Transita mi Patria
por caminos tristes:
ya sin esperanzas,
ya sin libertad.
por caminos tristes:
ya sin esperanzas,
ya sin libertad.
Pero sueña altiva
con una alborada
de Paz y Justicia,
¡y de Libertad!
con una alborada
de Paz y Justicia,
¡y de Libertad!
Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva
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