domingo, 29 de mayo de 2016

CORPUS CHRISTI: POR AMOR DIOS SE FUSIONA CON EL SER HUMANO



Queridos amigos y lectores:



Los católicos hoy celebramos el Día de Corpus Christi. Esa expresión latina significa: El Cuerpo de Cristo.
Es esta la ocasión más propicia para adorar y recibir su Divino Cuerpo resucitado, que Él nos dejó como el más fúlgido e inconmensurable regalo, antes de volver al Padre.

Por medio de la Eucaristía, Jesús, nuestro Divino Salvador, se ha quedado con nosotros, no ya como un lejano recuerdo histórico, sino como una Persona viva y realmente presente, dispuesto a morar junto a nosotros y dentro de nuestros corazones, con su Cuerpo, Sangre. Alma, y Divinidad.
Ese insondable Misterio es el que hoy celebramos.

Es, por lo tanto, un día muy propicio para meditar en este Misterio de su Amor, recordando las frases más sublimes pronunciadas por Él mismo, y recogidas por San Juan en su Evangelio:

"Yo soy el pan de vida que baja del cielo, para que todo el que coma de él no muera. 
Yo soy el pan vivo bajado del cielo; si alguno come de este pan, vivirá eternamente, 
y  el pan  que yo le daré es mi carnevida del mundo.
Si  no coméis la carne del Hijo del Hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros. 
El que come mi carne y bebe mi sangre tiene la vida eterna, y yo le resucitaré el último día. 
Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida
El que come mi carne y bebe mi sangre está en mi y yo en él". (San Juan, Cap. 6 versos:48 al 56)

Jesús se expresa con extrema claridad. 
Él habla, reiteradas veces de comer: lo repite cinco veces. Y habla también de beber: lo repite tres veces.
Dice también muy claramente que el pan al cual se refiere es su cuerpo, y es su sangre.

¿Se necesita alguna demostración especial para entender que, en estas palabras pronunciadas por el más sublime de los Maestros, se encierra la enseñanza diamantina del Misterio más inimaginable de la Creación? 

¡Todo un Dios se hace hombre, y un hombre se hace pan, para poder ser comido! 
Es un Misterio infinito.

LES ACERCO ALGUNOS PENSAMIENTOS RELACIONADOS CON ESTA ASOMBROSA REALIDAD:

1. Santo Tomás de Aquino, uno de los filósofos y teólogos más ilustres de la humanidad, compuso varios himnos dedicados a este santo Misterio. 

En uno de ellos cantamos la siguiente estrofa::

Visus, tactus, gustus in te fallitur,
Sed auditu solo tuto creditur.
Credo quidquid dixit Dei Filius:
Nil hoc verbo Veritatis verius
.

Traducido:
La vista, el tacto y el gusto, en ti fallan,
Pero el oído solo, cree con seguridad,
Creo cuanto dijo el Hijo de Dios:
Nada hay más verdadero que esta palabra.

En otro de sus himnos se canta:

Verbum caro, panem verum
Verbo carnem éfficit,
Fitque Sanguis Christi merum,
Et, si sensus déficit,
Ad firmandum cor sincerum
Sola fides súfficit.

Traducido:
El Verbo-carne, pan verdadero,
Con su verbo en carne lo convierte,
Y se hace Sangre de Cristo el vino.
Y si los sentidos fallan,
Para afirmarlo el corazón sincero,
La sola fe es suficiente.

2. Un antiguo himno medieval expresa: 

Ave, Sanctum viaticum,
Agnus Dei velatum.
Ave solamen cordium
Fons pacis consecratus.
Ad Te, o Jesu, sitio
Te quaero, te esurio,
Qui sum in Te renatus.

Traducción:
¡Salve, oh Santo viático!
Cordero de Dios escondido.
¡Salve, solaz de los corazones!
consagrada fuente de paz.
De Ti, oh Señor, sed tengo:
Te deseo, tengo hambre de Ti,
porque en Ti he renacido.

Les invito a escuchar esta plegaria cantada, primero en latín, y luego en varios idiomas. 
(Copiar el enlace en Google)
  • En latín:................... https://youtu.be/2JAjCTpozLI (Primer título).
  • “Bana Ngayime”:....https://youtu.be/IzpS7AOx4kw   (Primer título).
    (¡Muy emotivo!)
    Es el coro de los Misioneros del Verbo Divino en el Congo. Cantan en: Lingala (lengua bantú), Latín, Alemán y Francés.
ES UNA PRUEBA DE QUE LA EUCARISTÍA ES ADORADA EN TODO EL MUNDO


¡EN TODO EL ORBE TE ADORAN, OH SEÑOR! 
¡PODRÁN SACARNOS LA VIDA, ANTES QUE ARREBATARNOS LA FE EN TU PALABRA!



3. Luis de Góngora, sacerdote español y famoso poeta, escribió la siguiente estrofa para el Día de Corpus Christi:

Oveja perdida, ven
hasta mis brazos, que hoy,
no solo tu Pastor soy, 
sino tu pasto también.

Pasto, al fin, hoy tuyo hecho:
¿Qué causará más asombro:
El traerte yo en mi hombro,
o el llevarme tú en tu pecho?

4. Un testimonio personalEl siguiente poema a la Eucaristía, extremadamente extenso, pero pleno de vivencias personales, lo escribí en Córdoba, siendo aún seminarista salesiano, en 1959, con ocasión del Congreso Eucarístico realizado en dicha ciudad. 
Tenía yo entonces 18 años. Desde mi Primera Comunión hasta hoy, guardo intacta mi fe en la Eucaristía.
Los versos son de 22 sílabas, métrica creada y usada por el poeta argentino Francisco Luis Bernárdez.

Se titula: 

C  O  M  U  N  I  Ó  N  

Arrodillados en el suelo, te bendecimos vivo Pan transubstanciado,
Y te ofrendamos conmovidos el nuevo albergue que hoy nos pides por Sagrario.
Porque tus carnes luminosas, en el Prodigio de tu amor quieres brindarnos,
Han de inundarse nuestras venas con fuego y sangre del Torrente inmaculado:
Un nuevo ritmo para el pecho renacerá, y un nuevo amor para los labios.
¡Así naufraguen tantas penas en tu hondo pecho que se abrió como un remanso!
Porque en la cruz donde sufriste, hoy quedará nuestro dolor transfigurado.
Y la esperanza de tu Cielo madurará como una fruta entre las manos.
El tenue zumo de esa fruta hoy jerarquiza en gotas místicas el llanto.
Y en nuestros ojos redimidos tiembla el dolor que nos libera del pecado.

El negro reino de la culpa desbaratóse por la luz de tu sonrisa:
Esa sonrisa que penetra como una espada luminosa nuestras vidas,
Y al señalarnos el camino de la Verdad y del Amor que santifican,
Deja su luz indeficiente sobre el clamor de nuestras almas doloridas.
Ya nuestros pechos te desean con el ardor del ciervo herido de la Biblia.
Tú eres la fuente que en silencio nos va ofreciendo su mirada cristalina.
Ya tu mirada con las nuestras, en una sola realidad se reconcilian,
Y la obsesión de tu presencia, como en un mar indescriptible nos abisma.
Como en la aurora cariñosa no se distingue de la luz, la tenue brisa.
Ya no sabemos si es tu amor, o nuestro afán quien nos conmueve y nos domina.

Para aliviar nuestras dolencias, para apagar la sed de amor que nos abruma;
Para inundarnos con tu lumbre los tristes ojos oprimidos por la angustia;
Para volcar en nuestras venas todo el torrente de tu amor y tu ternura;
Y para hablarnos en silencio con el calor de tus palabras más profundas,
te has encarnado en esa Hostia, que tu presencia irresistible nos oculta.
En esa Hostia que en la boca tiene el sabor de las espigas ya maduras...
Pero en el alma que ha llorado ¡todo el consuelo de la luz y su dulzura!
Por tu venida se transforman en nuevos gérmenes de vida nuestras culpas;
Y nuestro amor se dignifica, porque eres Tú quien nos persigues y nos buscas,
Para que brote nuevamente tu Amor que arraiga en nuestra glebas infecundas.

Y, pues que tienes en tu esencia gracia y poder sin dimensiones ni distancias,
De Ti esperamos el auxilio, y en Ti ponemos nuestros sueños del mañana.
Alza tu voz omnipotente, como lo hiciste aquella vez sobre las aguas,
Y así se callen las pasiones que dan su grito aterrador en nuestras almas.
Que resuciten como Lázaro, o que, otra vez, como Zaqueo, en Ti renazcan.
Danos el Agua de la Vida que prometiste a la mujer samaritana,
Porque una sed nos atormenta, negra y quemante, que sin ella no se apaga.
Que se transformen nuestras vidas y se iluminen con la luz de tu Palabra,
Para sufrir, pero en silencio; para aceptar con Fe y Amor cuanto te plazca, 
Peregrinando por la tierra, puesta en el Cielo, sin desmayos, la mirada.

Te quedarás en nuestras almas que se consumen de fervor en tu presencia.
Nada podrá ya separarnos, porque la fuerza de tu amor hoy nos estrecha.
Germinará en nuestro camino la flor del tiempo como un ánfora secreta,
Para brindarte en su corola la sencillez y la emoción de nuestra ofrenda.
Mas Tú has de ver nuestro cariño, y no el valor de su menguada consistencia:
Es la amargura silenciosa; la despiadada inmensidad de nuestras penas;
Es el anhelo de victoria en el ambiente derrotado que nos cerca.
Es nuestra vida que te damos, y que al Altar donde Tú moras hoy se eleva...
Y allí se trueca en alborada: como el milagro de ese pan en tu existencia.


5. Otra vivencia eucarística personal. 


En mi libro "Lo que no dice la Biblia", al tratar el tema de la Eucaristía, expreso cuanto sigue:
 

"Al respecto de la Eucaristía, se me ocurrió la siguiente reflexión: Jesús, en el acto de amor de la Última Cena, forjó la esencia misma del amor: Una suerte de fusión nupcial de dos (Jesús y yo) que forman "una sola carne". 



La figura del amor erótico es elegida por Yavé, para darnos a entender, a través de los Profetas, cuál es la naturaleza del amor de Dios por nosotros.
En el amor erótico, la fusión espiritual, que se da previamente, entre los enamorados, se expresa, se hace visible y se perfecciona, a través de la fusión carnal, que les permite llegar,  a esas dos personas, a la unidad: "una sola carne". 


En tal sentido, dicha fusión humana, no solo da entusiasmo y alegría a la pareja, sino también fuerza y dinamismo, como si la vitalidad del uno contribuyera a enriquecer y alimentar la vitalidad del otro, a través de esa doble fusión: la espiritual y la corporal.

Esa fusión humana tiene un sorprendente parecido con la fusión ideada por Dios para unirse con nosotros con su Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad.
Este fenómeno de inconmensurables dimensiones, puede llamarse "Hierogamia" (de "hiéros", sagrado; y"gamia", unión) por establecerse una fusión divina con el ser humano. Dios se hace comida" (Pág. 299).


Pero, 
  • a diferencia de la comida material, que se va convirtiendo en el cuerpo de quien la come, 
  • el que come la Comida Divina, él se va transformando en esa Comida. 
Y llegará un momento en el que, ya cristificado, podrá exclamar como San Pablo: "Ya no soy yo quien vive, es Cristo quien vive en mi".
Logo del Año de la Misericordia

El Papa Francisco, para este Año Jubilar de la Misericordia, rescata la imagen del Buen Pastor. 
La he he colocado en el encabezamiento de este artículo, y ahora la pongo acá, expresada en un logo.
Pero en  este logo la imagen de la oveja es reemplazada por la de una persona humana.

Es interesante el detalle de que esa persona, llevada al hombro por Jesús, 
tiene un rostro muy semejante al de Él.

Esto se refiere al relato de la Creación: cuando Dios se propuso crear al ser humano dijo: "Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza".

Pues bien: perdonados y rescatados por Dios, y alimentados con su Carne y su Sangre, iremos configurando en nuestra persona la identidad de Cristo.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

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