EL 8 DE DICIEMBRE ES LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

 

Queridos amigos y lectores:

María, mujer escogida por Dios para ser madre del Verbo, ha sido concebida 

sin pecado original: ese acontecimiento lleva el nombre de "La Inmaculada Concepción".

EL 8 DE DICIEMBRE ES LA SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN.

1. El 8 de diciembre de 1854, el Papa Pío IX, Declaró: 
2. “Para honra de la Santísima Trinidad, para la alegría de la Iglesia católica,con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo y con la nuestra:
3. Definimos, afirmamos y pronunciamos que la doctrina que sostiene que la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original desde el primer instante de su concepción, por singular privilegio y gracia de Dios Omnipotente, en atención a los méritos de Cristo-Jesús, Salvador del género humano, ha sido revelada por Dios y por tanto debe ser firme y constantemente creída por todos los fieles".

El primer Año Mariano fue convocado por el Papa Pío XII con motivo del centenario de la proclamación del Dogma de la Inmaculada Concepción por el Papa Pío IX.

Comenzó el 8 de diciembre de 1953 y fue clausurado el 8 de diciembre de 1954.

Con tal motivo se entonó el Himno del Año Mariano, cuya letra es del sacerdote salesiano Arturo Mossman Gross, y la música es del Hermano salesiano Alberto González.

Antes que los cielos,

antes que la tierra,

antes que los astros 

y la luz del día, 

fue en en la oscura noche,

tu Nombre, María,

palabra primera

del Verbo Creador.

Hizo con su plata

tu escabel la luna,

con sus hilos de oro

tejió el sol tu veste,

y con las estrellas

de luz más celeste,

tu imperial diadema

tejió el mismo Dios

"Eres toda hermosa"

dijo la alborada;

"No hay en ti una sombra",

cantó el mediodía;

y en coro de estrellas,

la noche sombría

hizo con tu Nombre

un salmo de amor.

Los días de un siglo

fueron, cada uno,

repitiendo el eco

de tu profecía:
Bienaventurada

te dirán, María,

la sola sin mancha

purísima flor.

Llegue este sentido y amoroso recuerdo, hasta los pies de la Divina Madre de Dios y Madre nuestra, en esta gratísima solemnidad, en la que conmemoramos tan estupendo misterio.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva