sábado, 28 de agosto de 2021

EL HOMENAJE A NUESTROS SERES QUERIDOS QUE PARTIERON, ES QUE APRENDAMOS A SUFRIR EN PAZ

 


Queridos amigos y lectores:

Mi último libro, dedicado a mi hija Gina, que partió junto a Dios en el 2019, 
de un súbito paro cardio-respiratorio, YA ESTÁ IMPRESO Y LISTO PARA SALIR A RECORRER EL MUNDO.

Aparecerá a la vista del público, en el momento menos pensado, 
y de la forma menos imaginada. Su título es: Lo que hay después de la muerte.

En él demuestro que existe la vida después de esta vida, y desarrollo, con suma claridad, otros importantísimos asuntos relacionados con nuestra vida futura. 
Tres de tales asuntos son: 
  • LA INTELIGENCIA RACIONAL, por la cual razonamos.
  • LA INTELIGENCIA EMOCIONAL, por la cual manejamos las emociones, y 
  • LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL, por la cual percibimos la presencia del Ser Supremo.
En la Universidad de Harvard, a finales del siglo XX, han descubierto que tenemos varias Inteligencias, nueve en total, entre las cuales están la Emocional y la Espiritual.

Cuando fallece un ser querido actúan, muy especialmente, la Inteligencia Emocional, y la Espiritual, gracias a las cuales podemos trascender, es decir, elevarnos y verlo a Dios en todos los acontecimientos, y actuar en base a principios elevados, lo cual nos permite superar la desesperación, sufriendo siempre, ciertamente, pero en paz.

Transcribo aquí, como demostración de que en las guerras hay anécdotas en las que nos percatamos, con gran sorpresa, que, al enemigo se lo trata NO YA COMO A ENEMIGO, SINO COMO a HERMANO, LO CUAL ES EL RESULTADO DE QUE 
EN DICHAS OCASIONES ACTUÓ LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL.

Transcribo dos de esas anécdotas: 
  • Una, real, relatada por mí en mi poema "También la arena estaba sedienta", 
  • y otra, tal vez legendaria, ocurrida en la guerra de Secesión de los EE.UU. a raíz de la cual se creó la solemne e impactante melodía titulada "Toque de Silencio".
* MI POEMA. 
En las estrofas finales, donde describo cómo mueren de sed los bolivianos, digo: 

Las tropas paraguayas que los iban siguiendo, 
con máxima cautela, acaban de llegar. 
Y mudos se detienen al ver aquel desastre 
que, más que la metralla, la sed vino a causar.

Prodigan atenciones a los que aún respiran,
y cierran sus oídos, no quieren escuchar
el coro terrorífico de los que, agonizantes,
"¡agüita, paraguayo!" reclaman sin cesar.

Los férreos choferes del Chaco no se atreven,
sobre los que han quedado, sus ruedas a pasar,
ni a los que, débilmente, con ojos extraviados,
llegábanles de frente, queriéndolos parar.

¡No son, ya no, enemigos! Son seres en pedazos,
que el duro paraguayo, "hermano", llamará.
Y, en gesto de nobleza, trescientos zapadores,
en sus treinta camiones les ceden su lugar.

Cerca de mil soldados levantan de esta forma,
mientras ellos prosiguen a pie en el arenal:
La Historia, que es justicia, grabó esta noble hazaña
que, en letras de oro y fuego, por siempre quedará.

ESTA ANÉCDOTA ME FUE CONTADA POR MI TÍO RAMÓN CÉSAR BEJARANO, HERMANO DE MI MADRE.
ÉL COMBATIÓ EN AQUELLA TREMENDA CONTIENDA ABSURDA.
EN ESTE SUCESO ESTÁ PATENTE LA INTELIGENCIA ESPIRITUAL DE LOS SOLDADOS PARAGUAYOS QUE TRATARON COMO HERMANOS A SUS ENEMIGOS.
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HISTORIA DEL TOQUE DE SILENCIO, TAPS.

PorLuis Castellanos

 JUL 17, 2012  

Si alguien ha estado en un entierro militar donde se tocó este silencio, ahora conocerá su significado. Este toque de queda TAPS, nos hace un nudo en la garganta y usualmente nos trae lágrimas en los ojos.

En caso que no la sepan, seguramente estarán interesados en saber su humilde origen.

Se reporta, que todo comenzó en 1862 durante la Guerra Civil cuando el Capitán del Ejército de la Unión Robert Elly estaba con sus hombres cerca de Harrison’s Landing en Virginia.  El Ejército Confederado estaba al otro lado del angosto terreno.

Durante la noche, el Capitán Elly escuchó los quejidos de un soldado que estaba mal herido en el campo. Sin saber si se trataba de un soldado de la Unión, o de la Confederación, el Capitán decidió arriesgar su vida y traer al hombre herido para la atención médica. Arrastrándose de vientre a través de los disparos, el capitán llegó al soldado herido y empezó a tirar de él hacia su campamento.  Cuando el Capitán llegó finalmente a sus propias líneas, descubrió que en realidad era un soldado confederado, pero el soldado estaba muerto.

El capitán encendió una linterna y, de repente se quedó sin aliento y  se paralizó por el shock. En la penumbra, vio el rostro del soldado.  Se trataba de su propio hijo. El chico estaba estudiando música en el Sur cuando estalló la guerra. Sin decirle nada a su padre, el muchacho se alistó en el ejército confederado.

A la mañana siguiente y con el corazón destrozado, el padre pidió permiso a sus superiores para dar a su hijo un entierro con honores militares a pesar de estar en el bando enemigo. Su pedido fue parcialmente aprobado.

El Capitán pidió si podría tener un grupo de los miembros de la banda de músicos que tocaran en el funeral de su hijo.  La solicitud fue negada en vista que el soldado pertenecía al ejército de la Confederación. Pero, por respeto al padre, le dijeron que solo podían únicamente darle un solo músico.

El Capitán escogió a un cornetero para que tocara una serie de notas musicales que encontró en el bolsillo del uniforme del joven fallecido.  Esta solicitud fue otorgada.

Nació así la melodía inolvidable que ahora conocemos como Taps.

https://youtu.be/EV_Q03zvtkM

La letra de esta angustiosa melodía que se toca en los entierros militares es:

El día ha terminado.   Se fue el sol,
de los lagos, de las colinas,
de los cielos. Todo está bien.
Descansa protegido.  Dios está cerca.
La luz tenue, oscurece la vista
y la estrella, embellece el cielo
Brillando luminosa, desde lejos
Acercándose, cae la noche.

Agradecimientos y alabanzas
para nuestros días
debajo del sol, debajo de las estrellas
debajo del cielo.
Así vamos.
Esto sabemos. Dios está cerca.

TENEMOS OTRA PRUEBA DE INTELIGENCIA ESPIRITUAL. 
EL CAPITÁN, ARRIESGANDO SU VIDA, SALIÓ A AUXILIAR AL SOLDADO HERIDO,
SIN SABER SI ERA O NO ENEMIGO.
ESCUCHEN ESTA HERMOSA Y CONMOVEDORA MELODÍA. PODEMOS DEDICÁRSELA A NUESTROS SERES QUERIDOS QUE PARTIERON A LA DIVINA DIMENSIÓN.


Cordiales saludos:

Dr. Francisco Oliveira y Silva

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