lunes, 7 de diciembre de 2015

MAÑANA 8 DE DICIEMBRE DE 2015, SE INICIA EL AÑO DE LA MISERICORDIA



Queridos amigos y lectores:

Estamos a minutos de un gran acontecimiento: el comienzo del Año Santo Extraordinario que se inaugura este 8 de diciembre de 2015, y terminará el 20 de noviembre de 2016.
 


En una entrevista exclusiva realizada por la revista Credere al papa Francisco, el mismo explica los motivos del Jubileo de la Misericordia, decretado por él.
Ver:
(Francisco: "Soy un hombre perdonado" | ZENIT - El mundo ...www.zenit.org/es/articles/francisco-soy-un-hombre-perdonado).


¿Qué significa "jubileo" o "año santo"?
El término viene del latín "jubilum", que significa júbilo, alegría.


La costumbre de celebrar, cada cierto tiempo, un año jubilar o de jubileo, viene del pueblo judío.
En el Antiguo Testamento se cuenta que cada 50 años, se perdonaban al pueblo ciertas deudas, y se concedían favores especiales, por lo cual se le llamaba también Año de Gracia.

La Iglesia católica mantuvo esa costumbre, y declara, cada 25 años, un Año de Gracia o Jubileo, para poner de relieve ciertos aspectos esenciales de la espiritualidad del Evangelio.
Este año el Papa Francisco pone de relieve LA MISERICORDIA, y se perdonarán los pecados más graves, como el del aborto, cuya absolución está reservada al Obispo, pero este año cualquier sacerdote podrá absolver dicho pecado.
 
Las personas que lo cometieron, así como las que colaboraron en ese acto horrendo, si se arrepienten de corazón y se comprometen a no volver a cometerlo, podrán ser absueltas.

TRANSCRIBO AQUÍ LA PARTE ESENCIAL DE LA ENTREVISTA(Francisco: "Soy un hombre perdonado" | ZENIT - El mundo ...www.zenit.org/es/articles/francisco-soy-un-hombre-perdonado).


"Es obvio que el mundo de hoy tiene necesidad de misericordia, tiene necesidad de compasión, o de sufir con", prosigue el Pontífice. "Estamos habituados a las malas noticias, a las noticias crueles y a las atrocidades más grandes que ofenden el nombre y la vida de Dios", lamenta. "El mundo tiene necesidad de descubrir que Dios es Padre, que tiene misericordia, que la crueldad no es el camino, se cae en la tentación de seguir una línea dura, en la tentación de subrayar solo las normas morales, pero cuánta gente se queda fuera", enfatiza.

"Me ha venido a la mente esa imagen de la Iglesia como un hospital de campaña después de la batalla; es la verdad, ¡cuánta gente herida y destruida! Los heridos son curados, ayudados a sanar, no sometidos a los análisis para el colesterol. Creo que este es el momento de la misericordia", asegura el Papa.

"Todos nosotros somos pecadores, todos llevamos pesos interiores. He sentido que Jesús quiere abrir la puerta de Su corazón, que el Padre quiere mostrar sus entrañas de misericordia, y por eso nos manda el Espíritu: para moverse y para movernos. Es el año del perdón, el año de la reconciliación", reitera.

Preguntado por su experiencia personal de la misericordia divina, Francisco reconoce: "Soy pecador, me siento pecador, estoy seguro de serlo; soy un pecador al cual el Señor ha mirado con misericordia. Soy, como he dicho a los encarcelados en Bolivia, un hombre perdonado. Soy un hombre perdonado, Dios me ha mirado con misericordia y me ha perdonado. Todavía ahora cometo errores y pecados, y me confieso cada quince o veinte días. Y si me confieso es porque tengo necesidad de sentir que la misericordia de Dios todavía está en mí".

El Santo Padre recuerda además que tuvo esa sensación de forma especial el 21 de septiembre de 1953, cuando sintió la necesidad de entrar en una iglesia y confesarse con un sacerdote que no conocía y a partir de entonces su vida fue diferente; decidió hacerse sacerdote y aquel confesor, enfermo de leucemia, lo acompañó durante un año. "Murió al año siguiente --relata--. Después del funeral lloré amargamente, me sentí totalmente perdido, como con el temor de que Dios me hubiese abandonado.  

Este fue el momento en el que me sumergí en la misericordia de Dios y está muy unido a mi lema episcopal: el 21 de septiembre es el día de san Mateo, y Beda el Venerable, hablando de la conversión de Mateo, dice que Jesús miró a Mateo miserando atque eligendo".
 
"Se trata de una expresión que no se puede traducir, porque en italiano uno de los dos verbos no tiene gerundio, ni tampoco en español. La traducción literal sería misericordiando y eligiendo”, casi como un trabajo artesanal.
“Lo misericordió”: esta es la traducción literal del texto", indica.

"Cuando años después, recitando el breviario latino, descubrí esta lectura, me acordé de que el Señor me había modelado artesanalmente con Su misericordia. Cada vez que venía a Roma, porque me alojaba en Via della Scrofa, iba a la iglesia de San Luis de los Franceses a rezar delante del cuadro de Caravaggio, sobre la Vocación de san Mateo", refiere.

Para el Pontífice, el Jubileo de la Misericordia también puede ser una ocasión para redescubrir la “maternidad” de Dios: "Él mismo lo afirma cuando dice en Isaías que si una madre se olvidase de su hijo... “yo en cambio no te olvidaré jamás”. Aquí se ve la dimensión materna de Dios. No todos comprenden cuando se habla de la “maternidad de Dios”, no es un lenguaje popular --en el buen sentido de la palabra--, parece un lenguaje un poco elegido; por eso prefiero usar la ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura nace de las entrañas paternas. Dios es padre y madre".

Por último, el papa Francisco advierte de que el descubrimiento de un Dios misericordioso conlleva un cambio de actitud hacia los demás.

"Hoy la revolución es la de la ternura porque de aquí deriva la justicia y todo el resto", afirma.
"La revolución de la ternura es aquella que hoy tenemos que cultivar como fruto de este año de la misericordia: la ternura de Dios hacia cada uno de nosotros. Cada uno de nosotros debe decir: “Soy un desgraciado, pero Dios me ama así; entonces también yo debo amar a los otros del mismo modo”, aclara.

Este acontecimiento del inicio del Jubileo se realiza por medio de una solemne ceremonia muy significativa y tradicional en la Iglesia católica.


En Internet encontramos esta descripción: 


El papa se dirige a la basílica de San Pedro para abrir la llamada Puerta Santa, cerrada a cal y canto. Esta puerta solamente se abre para la ceremonia de apertura del jubileo y por este motivo. 

El sumo pontífice toma un martillo (el mismo que utilizó Pío XI en 1933) y da tres golpes diciendo una fórmula que se inicia con las palabras: Aperite mihi portas justitiae, ingressus in eas confitebor Domino («Abridme las puertas de la justicia; entrando por ellas confesaré al Señor»). 

El simbolismo -abatir la puerta con el esfuerzo- significa la dificultad del camino cristiano pero, al mismo tiempo, subraya que una vez traspuesto el ingreso se encuentra la grandeza extraordinaria del amor y misericordia de Dios. 

Se derriba la mampostería que cierra la puerta y después el papa se arrodilla delante de la puerta, mientras los penitenciarios de San Pedro la lavan con agua bendita. Luego, tomando la cruz, se empieza el Te Deum y entra a la iglesia con el clero.

Posteriormente tres cardenales legados que ha enviado el Papa a las otras tres puertas santas las abren con la misma ceremonia. Estas tres puertas están en la iglesia de San Juan de Letrán, la iglesia de San Pablo y la iglesia de Santa María la Mayor
Todo esto se hace en vísperas de Navidad.

Al siguiente día por la mañana el papa imparte la bendición al pueblo en forma de jubileo. 

Expirado el Año Santo se vuelve a cerrar la puerta en la víspera de Navidad y el papa bendice las piedras y la argamasa, pone la primera piedra y doce cajetillas de monedas o medallas de plata y oro, lo cual se ejecuta con la misma ceremonia en las otras tres puertas santas.


LES AUGURO A TODOS UN FELIZ INICIO DE ESTE  NUEVO AÑO JUBILAR.


Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

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