jueves, 21 de abril de 2016

"SOLO TÚ, Y SOLAMENTE TÚ": UNA HERMOSA CANCIÓN A LA MUJER (The Platters)



Queridos amigos y lectores:

La mujer: novia, amiga o hermana, esposa, madre o compañera, 
es un destello de la perfección de Dios.


Amo profundamente a mi madre, a mi esposa, y a mis tres hijas, que son modelos de mujeres humanamente cultivadas.

Como una lluvia mansa para la tierra seca, 
o como un suave bálsamo para la dolorosa herida, 
les hago llegar esta dulcísima canción a la mujer.

Lo hago con la intención de contraponer las gratas expresiones de esta feliz composición musical, al estridente chirrido doloroso salido de las palabras blasfemas contra la mujer, excretadas, hace un tiempo, por el cerebro de un conocido senador paraguayo, las cuales están recorriendo ahora las redes sociales.

Este bellaco, en sospechosa actitud de "verdadera hombría", la trató de "mascota", "perrita fiel", hecha para "atender solo al hombre". 

En la canción, cuyo título es Only you, escuchamos lo que realmente es una mujer humanamente cultivada: es una mágica realidad, una compañera dotada de indescriptibles valores.

Destaco, al final, la letra y la música de esa hermosa canción, muy de moda en los años '60, pero cuyo contenido expresa la más absoluta y eterna verdad acerca del esplendor de la personalidad femenina. 

Y me permito añadir una Guarania que compuse, en letra y música, recién casados, a mi esposa Sylvia, y que la volví a recitar delante de ella, en la fiesta de nuestras Bodas de Oro, cumplidas el 5 de octubre de 2016.

SERENATA A SYLVIA
         (Guarania) 
Letra y música: Francisco Oliveira y Silva

Claridad de luna moja cada verso de mi poesía.
Las estrellas altas hablan con la suaves flores del jardín, 
y mi amor ardiente vibra en este canto, por ti, amada mía,
formando un racimo de flores y estrellas que son para ti.

Buscando en la vida la mujer que es fuente de paz y ternura,
recorrí caminos oscuros soñando con la claridad,
y llegué a tu puerta con la noche inmensa de mis amarguras,
y tú me enseñaste la ruta dichosa de felicidad.

Eres tú la estrella que, desde entonces, brilla en mi canto:
ya no habrá tristeza, mientras ardiente me des tu luz.
Cuando en mi camino, tristes las nubes, me den su llanto,
han de ser tus manos que me devuelvan un cielo azul.


ESCUCHARLA AQUÍ:

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