lunes, 15 de diciembre de 2014

NUESTRAS MASCOTAS, AL MORIR, SE VAN AL CIELO



Queridos amigos y lectores:

Hace poco, nuevamente, una frase del Papa Francisco causó revuelo y controversia en la opinión pública.
Debo aclarar enseguida que este papa nunca ha dicho nada nuevo en lo referente a la doctrina de la Iglesia católica, sino que sus expresiones han causado sorpresa y hasta polémica, incluso entre altos dignatarios eclesiásticos, por alguno de estos motivos:
  • 1. Por referirse a un tema poco tratado anteriormente, como el de los homosexuales.
  • 2. Por la forma de exponer una doctrina antigua, como lo de la Misericordia de Dios.
  • 3. Por manipulación de la prensa, que le "hace decir" lo que no dijo, como lo de Adán y Eva.
La frase que hace pocos días impactó en la opinión pública fue la siguiente: que los animales van al Cielo al igual que los seres humanos.
Pero, ¿realmente dijo eso el Papa Francisco?
El diario italiano Corriere della Sera fue el que inició el aluvión mediático con una nota publicada el 27 de noviembre –sobre la audiencia general del Santo Padre del día 26– titulada “El Papa y los animales: ´El Paraíso está abierto a todas las criaturas´”. 
El mismo 27 de noviembre el diario inglés The Guardian publicó una noticia en la que se señala, citando al Corriere della Sera, que “los animales también van al cielo". 
Días después, el 11 de diciembre fue Rick Gladstone de The New York Times de Estados Unidos, informó que el Papa, en una de sus habituales recorridas entre la multitud en la Plaza de San Pedro, se habría encontrado con un pequeño niño que perdió a su perro a quien el Papa le habría dicho que “el Paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios”.

INTRODUCCIÓN AL TEMA
Antes de abordar tan interesante cuestión  debemos responder a esta pregunta:

¿EXISTE EL CIELO?
Obviamente que no es este el lugar para demostrar su existencia, y lo coherente y lógico que es aceptar tan radiante verdad.
Me limitaré a citar la experiencia de dos científicos de la Medicina acerca de tan compleja realidad: Elizabeth Kübler Ross, y Eben Alexander.
Basta poner estos nombre en Internet para encontrar suficiente información.
  • La Dra.Elizabeth Kübler Ross, Médica Psiquiatra. Docente. Investigadora. Pionera de la tanatología a nivel mundial. Doctora Honoris Causa de 28 Universidades. Autora de varias obras de su especialidad. Ella sostiene que se encuentra en condiciones de demostrar científicamente la existencia del Cielo. Aquí les entrego un emotivo pps. en el cual, con un sublime fondo musical, encontrarán el resumen de los hallazgos científicos de esta intrépida luchadora.
  • Elisabeth_Kubler_1.pps
    1289 kb   Ver  
  • El Dr. Eben Alexander, en su libro "La prueba del cielo", ha revolucionado el eterno conflicto entre ciencia y fe, describiendo su viaje de neurocirujano a la vida después de la muerte: una historia real que nos ayudará a comprender qué nos espera más allá de la vida.
  • En el siguiente enlace, que dura dos minutos, podemos formarnos una idea de lo que trata su obra basada en su propia muerte cerebral: http://youtu.be/gVitACcoJJE
Admitir o rechazar la existencia del Cielo, es cosa de cada uno.
Yo me limité a acercarles algunas pistas importantes y seriamente atendibles, por provenir de científicos que trataron, de primera mano, este tema, es decir, basándose solamente en experiencias reales, no en disquisiciones espirituales ni místicas que no son aceptadas por muchos..
Lo que escribiré a continuación, va dirigido, obviamente, a todos aquellos que creen en la vida después de esta vida, y la magnífica y maravillosa experiencia de llegar al Cielo para vivir en ese estado de paz, de armonía, y de felicidad indescriptibles cuya consecuencia es el disfrute de la plenitud de la felicidad eterna.
Yo, personalmente, creo en la vida eterna y en el Cielo.

No es mi propósito extenderme en el tema de la existencia del Cielo, su naturaleza, ni de las condiciones necesarias para alcanzar tan jubiloso estado.

Me ceñiré exclusivamente a la cuestión de si podemos contar con la certeza de que los animalitos, especialmente los que han sido nuestras mascotas, podrán compartir el Cielo con nosotros.
En pocas palabras: si los animales también llegan al Cielo.
MI PRIMERA EXPERIENCIA EN ESTE TEMA

Como habrán podido leer en mi Biografía, me cupo la suerte de poder estudiar por muchos años en Vignaud, una Colonia de Córdoba, en la República Argentina. Era una Seminario menor de los Padres salesianos, adonde, por consejo de un ilustre sacerdote salesiano, mis padres me enviaron con la esperanza de que pudiera crecer en mí la vocación al sacerdocio.

Ésta creció y se desarrolló en mí a lo largo de toda mi vida, hasta hoy, pero ejerciendo otra suerte de sacerdocio, a través de la profesión de Psicoterapeuta, donde también se trabaja con el alma de las personas, iluminándoles el camino que la neurosis lo ha tornado opaco y sin sentido.

No llegué al sacerdocio sacramental, pero sí a esta otra forma de sacerdocio, ayudando también a sacerdotes y Hermanas religiosas.
Dios tiene sus caminos que, muchas veces, difieren de los nuestros.
Estando en aquel oasis de paz, estudios y espiritualidad del Seminario Salesiano en Córdoba, proseguí y finalicé mis estudios primarios, secundarios y terciarios, a partir del quinto grado.
Todos mis profesores eran sacerdotes, o seminaristas mayores, muy avanzados no solo en estudios sino también en formación religiosa.
Estando en sexto grado, el sacerdote que nos enseñaba Castellano, nos hizo conocer la obra literaria "Platero y yo", ese bellísimo libro de Juan Ramón Jiménez. Páginas de poesía impecable y de sublime lirismo, que sirven de cuento para niños, y de profunda reflexión y deleite para adultos.

Yo era niño, entonces y, como tal, aprecié tan bellos pasajes.
Aunque no lo leímos en su totalidad, me llamó muchísimo la atención lo que el autor expresa en los capítulos finales del libro, al describir la muerte de su querido Platero, y los profundos sentiminentos que embargaron su alma ante tan dolorosa situación.

No obstante su muy peculiar concepción de Dios y de la espiritualidad, distinta de la tradicional, y más próxima al inmanentismo que sostiene que "Dios es todo, y todo es Dios", este poeta le habla a su burrito ya muerto, asumiendo la existencia de la vida eterna, según la creencia católica tradicional ¡y que a esa vida también debió haber accedido su burrito Platero!, lo cual nunca se enseñó al explicar la doctrina católica.
Por haber impactado mucho en mi vida de niño, transcribo aquí algunos de esos pasajes.

* "Dulce Platero trotón, burrillo mío... a tí este libro que habla de ti ahora que puedes entenderlo.
 Va a tu alma, que ya pace en el Paraíso... "
*
"... tú, Platero, feliz en tu prado de rosas eternas, me verás detenerme entre los lirios amarillos..."
* "¡Platero, amigo!... si, como pienso, estás ahora en un prado del cielo y llevas sobre tu lomo peludo a los ángeles adolescentes, ¿me habrás, quizá, olvidado? ¿te acuerdas aún de mí?"
MI SEGUNDA EXPERIENCIA EN EL MISMO TEMA

Ya casado y con hijos me enfrenté otra vez al tema del duelo por la muerte de un animal muy querido. Se trataba de una hermosa y juguetona perra que se llevaba muy bien con mis hijos.
Cumplido su ciclo natural, enfermó, fue tratada por un buen Dr. Veterinario, pese a cuyos solícitos cuidados, y a la afanosa dedicación de mis hijos haciendo sus respectivas "guardias" nocturnas para atender al animal, éste murió con las primeras luces de un amanecer.
Mis hijos lloraban.
Yo, compartiendo con ellos tan amargo dolor, le fabriqué un pequeño ataúd y lo puse, bien adornado, sobre una mesita, donde estuvo a lo largo de todo el día. Al volver del colegio, pasaban mis hijos mirando a quien fuera la compañera de tantos juegos.
Entonces les dije que debíamos enterrarla en el fondo del patio, bajo un enorme árbol de aguacate.
Pero, antes de dicha ceremonia, les dirigí unas palabras diciéndoles: "Ella está ahora en el cielo. Allá nos vamos a encontrar nuevamente con ella algún día, cuando Dios decida que debemos morir también nosotros".
Confieso que lo dije sin pensar en ninguna doctrina religiosa o teológica del catolicismo, sino recordando aquellos tiernos pasajes de "Platero y yo", citados más arriba.
Pero días después me puse a pensar más a fondo en este asunto, tratando de encontrar algún sustento lógico, un argumento sólido para fortalecer tan confortante pero infundada afirmación.
¡Y encontré dicho argumento! Es, más o menos, el siguiente:
"El Cielo es la dicha plena y eterna. Esa es una verdad sostenida por la doctrina católica.
Pero, para que sea plena, no debe faltar nada de cuanto hemos amado en esta tierra.
En tal sentido, nos encontraremos, obviamente, con los santos que más hemos amado y venberado, con la Virgen, con Jesús, y con nuestros seres queridos, lo cual también es doctrina católica.
Pero nuestra dicha no sería plena, es decir completa, si faltaran los animalitos a los cuales tanto hemos querido y con los cuales hemos compartido momentos agradables y desagradables de la vida, que ellos parecían entender mostrándose también felicies o decaídos, según era nuestro estado de ánimo".
MI TERCERA Y RECIENTE EXPERIENCIA ACERCA DE LA MUERTE DE LAS MASCOTAS.

Tuvo lugar con la tan comentada noticia referente al Papa Francisco el cual, según algunos medios, sostuvo que "los animales también van al Cielo".
Para evitar pérdida de tiempo, omito exponer la forma como manipularon esta noticia algunos órganos de prensa, limitándome a lo que ya señalé más arriba, y a copiar el informe veraz dado por uno de los medios más responsables sobre noticias de Iglesia.
Me refiero a aciprensa, donde se encuentra la siguiente información:

¿Los animales van al Cielo según el Papa Francisco?

Por Walter Sánchez Silva
(Me permitiré resaltar algunas frases)


El Papa Francisco acaricia a un perro guía (Foto L'Osservatore Romano)
El Papa Francisco acaricia a un perro guía (Foto L'Osservatore Romano)
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REDACCIÓN CENTRAL, 12 Dic. 14 / 08:07 pm (ACI).- Diversos medios de prensa en el mundo han publicado casi al unísono la “noticia” de que el Papa Francisco, cambiando la existente doctrina católica, habría afirmado que los animales van al Cielo al igual que los seres humanos. Pero, ¿realmente dijo eso el Papa Francisco?

El diario italiano Corriere della Sera fue el que inició el aluvión mediático con una nota publicada el 27 de noviembre –sobre la audiencia general del Santo Padre del día 26– titulada “El Papa y los animales ‘El Paraíso está abierto a todas las criaturas’”. El titular del periodista Vecchi Gian Guido utiliza una palabra que el Pontífice nunca usó: "animales".

El mismo 27 de noviembre el diario inglés The Guardian publicó una noticia en la que se señala, citando al Corriere della Sera, que “los animales también van al cielo. Esa es, al menos, una interpretación de lo dicho por el Papa Francisco en su audiencia general en el Vaticano”.

Días después, el 11 de diciembre fue Rick Gladstone de The New York Times de Estados Unidos, quien siguió con la narrativa pero ahora desde otro ángulo. Según este diario el Papa se habría encontrado “en una aparición pública en San Pedro” con un pequeño niño que perdió a su perro a quien habría dicho que “el Paraíso está abierto a todas las criaturas de Dios”.

Es posible que el origen de la nota haya sido un dato más que publicó el Corriere della Sera el día 27 de noviembre. El texto en italiano señala que “se cuenta que Pablo VI consoló a un niño que lloraba por la muerte de su perro diciéndole ‘un día volveremos a ver a nuestros animales en la eternidad de Cristo’ ”.

The New York Times señala asimismo en la nota del 11 de diciembre que “aunque no es claro si lo dicho por el Papa ayudó a consolar al niño, sí fue bien recibido por grupos como” la Humane Society of the United States and People for the Ethical Treatment of Animals, “quienes lo acogieron como un repudio de la teología conservadora católica que dice que los animales no van al cielo porque no tienen alma”.
Tras la publicación de estas notas, medios como El Universal de México, Caracol de Colombia, Terra Argentina, entre muchos otros, publicaron diversas noticias señalando que el Papa Francisco ha dicho que los animales van al cielo.


Lo que sí dijo el Papa Francisco en la catequesis del 26 de noviembre:


El Santo Padre dedicó su catequesis de la audiencia general del 26 de noviembre a explicar qué es el Cielo. El Pontífice resaltó que antes que un “lugar” es un “estado” en el que las personas podrán contemplar a Dios.

Y sobre el tema en cuestión dijo: “La Sagrada Escritura nos enseña que el cumplimiento de este diseño maravilloso no puede no interesar también todo aquello que nos rodea, y que ha salido del pensamiento y del corazón de Dios. 

El apóstol Pablo lo afirma explícitamente, cuando dice que también ‘la creación será liberada de la esclavitud de la corrupción para participar de la gloriosa libertad de los hijos de Dios’.
Otros textos utilizan la imagen del ‘cielo nuevo’ y la ‘tierra nueva’, en el sentido de que "todo el universo será renovado y liberado de una vez para siempre de todos los rastros del mal y de la misma  muerte”.

Una respuesta a lo dicho por los medios

El reconocido apologeta norteamericano Mark Shea, respondió a los medios que hicieron eco de estas afirmaciones señalando no solo que no existe ni una sola cita donde el Papa Francisco diga lo que se le atribuye; sino que “es bastante flojo decir que los animales son ‘salvados’ ya que estos no son capaces de pecar. La salvación salva del pecado. 
Las criaturas no racionales no pueden ser ‘salvadas’ ya que no tienen un pecado del cual ser salvadas”.

“Esto no quiere decir que el resto de la creación no tiene lugar en el esquema de la redención. Todo el asunto es hablar sobre un nuevo cielo y una nueva tierra es decir que lo hay. Pero decir que los ‘animales van al cielo’ en el sentido de disfrutar la salvación como los seres humanos, pues no tiene sentido”.

Shea afirma también que “tu perro es capaz de disfrutar de muchas cosas y puede ser capaz de disfrutar de una nueva tierra, pero nunca será capaz de contemplar el rostro de Dios de la forma en la que un ángel o un humano redimido podrá”.

“El Catecismo no discute el destino de los animales porque la Biblia no es el gran libro de todo. Simplemente no tenemos idea de lo que Dios tiene para el resto de la creación. La Revelación se da para salvar a nuestra raza desesperadamente depravada (…) Tenemos información suficiente como ‘no seas cruel con los animales’ y ‘está bien usarlos para alimento, vestido y medicinas’. Pero no se nos ha dicho nada sobre lo que Dios tiene para ellos más allá de eso”, subraya el apologeta.

Ironizando sobre la manera como la prensa secular informa sobre palabras y gestos papales, Shea dice luego que “recuerdo una vez cuando Benedicto dio una homilía sobre nuestra responsabilidad por la creación hace algunos años y la prensa dijo que usó una vestidura verde como signo de su compromiso con el ambientalismo. Ese es el calibre de la conciencia teológica con la que lidiamos cuando la prensa reporta sobre la Iglesia”.


Lo que dijo San Juan Pablo II sobre los animales en 1990


Para intentar sustentar lo afirmado en su nota del 27 de noviembre, el Corriere della Sera también incluyó algunas afirmaciones de San Juan Pablo II de la audiencia general del 10 de enero de 1990, en la que habla sobre “La acción creadora del Espíritu divino”.

En aquella oportunidad lo que dijo en realidad el Papa polaco fue que algunos textos señalan que “también los animales tienen un aliento o soplo vital, y que lo recibieron de Dios.
 
Bajo este aspecto el hombre, salido de las manos de Dios, aparece solidario con todos los seres vivientes. Así el salmo 103/104 no establece distinción entre los hombres y los animales cuando dice, dirigiéndose a Dios Creador: ‘Todos ellos de ti están esperando que les des a su tiempo su alimento; tú se lo das y ellos lo toman’. 
Luego, el salmista añade: ‘Les retiras su soplo, y expiran, y a su polvo retornan. Envías tu soplo y son creados, y renuevas la faz de la tierra’.
 
Por consiguiente, la existencia de las creaturas depende de la acción del soplo-espíritu de Dios, que no sólo crea, sino que también conserva y renueva continuamente la faz de la tierra”.

Juan Pablo II no habla del destino final de los animales, sino que explica que Dios los creó y que su existencia depende de Él. Además, no son el tema de la audiencia en donde lo principal es la acción creadora del Señor que infunde su espíritu en el hombre y envía a su Hijo Jesús para salvarlo.


Lo que dice el Catecismo de la Iglesia Católica


Aunque hay otros numerales en los que son mencionados los animales, el Catecismo de la Iglesia Católica se ocupa de ellos en los numerales del 2415 al 2418 bajo el título “El respeto de la integridad de la creación”.

2415 El séptimo mandamiento exige el respeto de la integridad de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura (cf Gn 1, 28-31).

El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación (cf CA 37-38).

2416 Los animales son criaturas de Dios, que los rodea de su solicitud providencial (cf Mt 6, 16). Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria (cf Dn 3, 57-58). También los hombres les deben aprecio.  
Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales san Francisco de Asís o san Felipe Neri.


2417 Dios confió los animales a la administración del que fue creado por él a su imagen (cf Gn 2, 19-20; 9, 1-4). Por tanto, es legítimo servirse de los animales para el alimento y la confección de vestidos. Se los puede domesticar para que ayuden al hombre en sus trabajos y en sus ocios. Los experimentos médicos y científicos en animales son prácticas moralmente aceptables, si se mantienen en límites razonables y contribuyen a cuidar o salvar vidas humanas.


2418 Es contrario a la dignidad humana hacer sufrir inútilmente a los animales y sacrificar sin necesidad sus vidas. Es también indigno invertir en ellos sumas que deberían remediar más bien la miseria de los hombres. Se puede amar a los animales; pero no se puede desviar hacia ellos el afecto debido únicamente a los seres humanos.


Queridos amigos:

Si bien, según las citas bíblicas que acabamos de leer, y el pensamiento real de los papas, queda muy en claro la real posibilidad de que podamos volver a encontrarnos con nuestras mascotas, y con todo lo que hemos amado o nos ha hecho felices en esta tierra, debemos dejar igualmente bien en claro la facilidad con la que la prensa manipula las palabras del Papa, para hacerle decir lo que no dijo.
Pueden repasar, al respecto, cuanto escribí sobre los "hoax" y el Papa Francisco, en mi libro "Francisco superpapa" (pág.227-231).
O mirar eso en el siguiente enlace:

otro disparate más que le hacen decir al papa francisco

www.franciscooliveiraysilva.com/.../otro-disparate-mas-que-le-hacen-dec...


REFLEXIONANDO AHORA SOBRE TODO ESTE COMENTARIO, LES TOCA A USTEDES TOMAR UNA POSTURA CON RESPECTO A LA EXISTENCIA DEL CIELO, Y EL POSIBLE REENCUENTRO CON NUESTRAS QUERIDAS MASCOTAS.



Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.

































2 comentarios:

  1. Gracias, estoy convencida que volveré a ver a mis mascotas, a mi querido Coraje. Dios le bendiga. Muchas gracias por la información.

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  2. Que no te quepa la menor duda. ¡Tantas vivencias nos colmaron de felicidad en esta vida! No sería completa la felicidad en el Cielo, si no fuera posible volver a encontrarnos con TODO LO QUE NOS HIZO FELICES.
    Si faltara algo de ese "todo", TAL FELICIDAD COMPLETA ESTARÍA INCOMPLETA, lo cual es un absurdo.

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