jueves, 24 de julio de 2014

NO SOMOS TAN INGENUOS



Queridos amigos y lectores:


Un sacerdote amigo me escribió preguntándome mi opinión acerca del escándalo mediático desencadenado por Monseñor Rogelio Livieres Plano, dedicado a salpicar la imagen de la Iglesia católica, en especial la de Paraguay, y la división de la feligresía de Ciudad del Este, entre "leales" y "opositores" al obispo, a raíz de la conducta altanera y agresiva del mismo, repudiada por muchos, tanto en su diócesis como en el Paraguay.

Me preguntó también cuál era mi pronóstico acerca del resultado de la intervención de esa Diócesis, a cargo de dos prelados enviados por el Papa Francisco.
Me propuso encontrarnos para conversar sobre tan doloroso tema.

Mi respuesta fue bastante clara y extensa, razón por la cual me pareció oportuno compartirla con todos mis contactos.

Esto fue lo que le respondí:

Muy querido Padre:

Espero tu llamado para concertar día y hora de nuestro encuentro, para conversar sobre tantos temas sorprendentes e importantes.
Con relación a lo que me preguntas sobre el candente problema de la Diócesis de Ciudad del Este, se me ocurrió escribir la siguiente breve letanía, compuesta de siete sentencias que comienzan con la afirmación "Hay que ser demasiado ingenuo", y dice así:

  • Hay que ser demasiado ingenuo para creer en las "fecundas maravillas pastorales" impulsadas por el supuesto "abnegado Pastor" de la Diócesis de Ciudad del Este.

  • Hay que ser demasiado ingenuo para creer en la "inigualable belleza espiritual" de aquella Diócesis, en la cual se está gestando nada menos que un grave cisma, capitaneado por el díscolo Livieres Plano, que se está alzando en rebeldía contra la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP), denigrándola implacablemente ante los medios televisivos.
  • Hay que ser demasiado ingenuo para creer lo que dice Livieres, cuando culpa de estos escándalos a la prensa, siendo que la prensa se limita solamente a transmitir y comunicar sus espantosas y espeluznantes declaraciones, que nos han dejado sin palabras a la feligresía, porque jamás nos hubiéramos imaginado que un Obispo pudiera perpetrar tamaña felonía, embadurnando  tan villanamente al Clero paraguayo, apoyándose en chismes, como lo hacen ciertas señoritas, modelos de pasarela, sin poder ofrecer prueba alguna, delante de la prensa, portándose como un farandulero, y no como testigo de Cristo, que honra su investidura. Habló como lo hacen ciertos racionalistas, o anticlericales, o ateos.
  • Hay que ser demasiado ingenuo para imaginar tan siquiera que el Papa haya decidido enviar a eminentísimos purpurados, expertos en finanzas y seminarios de formación de sacerdotes, al solo efecto de "corroborar las finanzas" de dicha Diócesis, como puerilmente pretende hacernos creer Livieres, y para informarse de las supuestas intrigas tramadas en su contra, por "grupos de laicos que no le quieren a tan abnegado Pastor".
  • Hay que ser demasiado ingenuo para creer que, después del delito canónico perpetrado por Livieres Plano, al denigrar públicamente a la Iglesia, y escandalizar a la feligresía, con sus gravísimas acusaciones, patéticas e injustas, contra obispos y sacerdotes del Paraguay, sin "pruebas concluyentes", según lo declara él mismo, se haga digno de recibir el aplauso del Papa Francisco, y no una severa sanción, que incluirá, sin duda alguna, la remoción del cargo al cual indignamente ha llegado.
  • Hay que ser demasiado ingenuo para no darse cuenta de que los pocos feligreses "leales" a Livieres Plano, se dedican solamente a tejer loas y ditirambos de admiración ante las supuestas "maravillosas obras apostólicas de este hombre santo", pero ninguno de ellos menciona el gravísimo escándalo mediático perpetrado por este señor en los programas televisivos "Señales", de Germán Martínez Vierci (Canal Paravisión, Domingo 8 de junio-2014); y "Mina en Domingo" de Mina Feliciángeli (Unicanal, Domingo 6 de julio-2014).

  • Hay que ser demasiado ingenuo para creer que el hombre que Livieres llama "mi sacerdote", Carlos Urrutigoity, densamente acusado de pedofilia por varios prelados, entre ellos Monseñor Bambera, de los EE.UU., y Monseñor Morello, de Argentina, "es un santo sacerdote, lleno de celo apostólico", acusado de pedófilo por obispos "que no le quieren", según se expresan puerilmente sus defensores sin presentar prueba alguna de su supuesta santidad.
¡Qué tonto es el ser humano cuando se embandera en una causa injusta o necia, defendiendo gravísimos errores, por la imple simpatía con el líder de dicha causa, o por motivo$ crematí$tico$ e interesados!

Estoy seguro de que el Vaticano emitirá una justa sentencia.

Y una vez que habla el Vaticano, los católicos auténticos, fieles a la consigna "Roma locuta, lis finita" (Roma habló, el pleito terminó), debemos callar y acatar dicha sentencia, porque la Iglesia católica no es un un Club, o un Partido político en campaña, sino una Institución de origen divino, de cuya Cabeza no debemos separarnos: y esa Cabeza es Cristo, cuyo Vicario, para los católicos, es el Papa.
¿Qué hacer, entonces, ante tan dolorosa situación?
Mantener la paz en el corazón, no temiendo el furor de la tormenta que se abatió sobre la Iglesia paraguaya, como la que se desató sobre el Mar de Tiberíades.
La Barca de Pedro no sucumbirá porque en ella va Jesús.

Él hoy nos dice: "No tengan miedo, hombres de poca Fe".
Y nosotros, en nuestras oraciones y Comuniones eucarísticas le diremos: "Señor, yo creo, pero aumenta mi Fe".

El Papa y el Cardenal Santos Abril de Castelló, quien preside la comisión de cardenales que vigila el Banco Vaticano. Hoy está en Paraguay para auditar la conflictiva diócesis de CDE.
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Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

4 comentarios:

  1. Lógicamente es apena una opinión, pero ya pretende sentenciar de ante mano, lo cual es un error, y ademas contradictorio tu opinión Sr. Filosofo, como si fuera dueño de la verdad, dejemos que hable Roma para que todos se callen, como tu mismo lo dice, pero debemos permanecer en la barca de Pedro, por mas que la tormenta lo azoten, no gritar fuera de la barca, aunque tengamos espíritu de duda sobre la verdad, que llegara sin duda cuando habla Roma, no plantar cizaña con opiniones lo que va a resolver Roma aprioristicamente, seamos Católicos.

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    1. Anónimo: el sacerdote que me escribió, me pidió mi opinión acerca del escándalo mediático desencadenado por Livieres en la TV, y me preguntó si cuál era mi pronóstico acerca del resultado que tendría la intervención de su diócesis. Y yo le respondí sobre ambos temas. ¡Eso no es pecado!
      Te quiero aclarar que en la Iglesia no está prohibido OPINAR, ni tampoco PRONOSTICAR, acerca de temas sobre los cuales Roma aún no se ha pronunciado.
      Por eso, cualquier católico puede opinar, por ejemplo, acerca de la posibilidad de que los curas, en el futuro, puedan casarse, o de que los casados puedan ser ordenados sacerdotes; o de que no es necesario rezar el rosario diariamente; o que no hay que creer en las profecías de Fátima, etc.
      Ahora bien: una vez que el Papa dictó una sentencia, o promulgó un Decreto, o un Dogma, eso ya no se puede discutir, sino que se debe acatar.
      Yo, personalmente opino que la Iglesia propondrá el celibato optativo para el sacerdote, de modo que ya no será ya una exigencia universal para todos los curas.
      Y con decir eso, no pequé, sino que solo hice un pronóstico, pero no me bajé de la Barca de Pedro a "gritar" como te expresaste.
      Si bien la Iglesia no es una Democracia, sino una Jerarquía, no debemos confundirla con una Dictadura.
      Somos libres de pensar en asuntos que aún no han sido definidos.
      Y con respecto a la sanción que pronostiqué contra Livieres, no me equivoqué, porque ya se le vino una muy dura: dejar de ordenar sacerdotes hasta nuevo aviso; y al cura Urrutigoity, la sanción fue destituirle del puesto que tenía.
      Con eso ya se cumplió mi pronóstico. Pero me anticipo a decir que vendrán otras disposiciones, más severas aún, porque es muy denso lo que ocurrió en la diócesis de Ciudad del Este, de lo cual solo conozco lo que vi por televisión, cuyas grabaciones tengo, viédolo a Livieres hablar desenfrenadamente, delante de Martínez Vierci y de Mina Feliciángeli, acerca de temas altamente sensibles para la Iglesia, refiriéndose a la vida íntima de obispos y sacerdotes, pero aclarando que no tenía pruebas completas, y diciendo que en Paraguay hay dos Iglesias, una buena, la de CDE, y otra izquierdista, la de la CEP, donde se predica la Teología de la Liberación,y otros disparates semejantes.

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  2. Impresionante análisis, sólo posible a través de una persona con sobrados conocimientos. Me decía un sacerdote que no dudara del amor del Papa al Paraguay (atendiendo a la jerarquía de los purpurados y a todos los problemas que debe solucionar en el mundo). Que su sabiduría obre prontamente y se restituya la quietud de las aguas de nuestra Diócesis.

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    1. Comparto contigo, Luciano, el consejo del sacerdote que te aseguró que el Papa ama al Paraguay. Recuerdo lo que dijo de nuestras heroínas de la Guerra Grande: "Ellas optaron por tener el hijo, para salvar a la Patria que la Guerra estaba diezmando, sí: tener el hijo, aún en medio de aquella sangrienta masacre genocida. Por eso merecen el Premio Nobel". Eso dijo el Papa, demostrando su admiración por esta tierra bendecida. Pido también yo a Dios que la sentencia que vendrá de Roma sea fielmente acatada, y sirva para comenzar una vida nueva en esa diócesis tan castigada por causa de los errores humanos.

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