domingo, 6 de abril de 2014

NO ES POSIBLE PROMOVER EL CRISTIANISMO Y LA IGLESIA CON MUNDANALES RECURSOS (I PARTE)




Queridos amigos y lectores:

(Este artículo es muy largo. Consta de dos partes).


Me ha tomado más de 16 horas escribirlo a lo largo de dos semanas. Pero la importancia del tema amerita, no solo el tiempo que le dediqué al presente comentario, sino a las horas que ustedes le dedicarán a leerlo.

Es un tema del cual mucho se comenta y se opina, con absoluta liviandad, pero muy poco se demuestran y fundamentan dichas opiniones.

Yo, con mi experiencia de haber transcurrido 11 años de mi vida en una Congregación religiosa, la de los Padres Salesianos, desde 1951 (teniendo entonces 10 años), hasta 1962, me encuentro en condiciones de demostrar no solo la belleza indscriptible de la vocación religiosa y de las experiencias sublimes que se viven en las Casas de Formación, al menos las de aquellos tiempos, que juzgué indispensable poner a consideración del público mis reflexiones acerca de tan delicado tema.

He encontrado en Internet un video impactante de Sor Cristina Scuccia, una monja cuya voz, tan dulce como potente y cautivante, interpreta el tema "No one" de Alicia Keys. La calidad de su interpretación, según mi opinión, es superior a la de la propia Alicia. Esta joven monja ha asombrado a Italia y al mundo.



Pero, con motivo de este extraño suceso han surgido en mi espíritu algunas reflexiones relativas a las antinomias maniqueas, es decir, las situaciones contrapuestas, con las cuales frecuentemente nos encontramos en esta vida:

  • ¿Dios o el Mundo?
  • ¿El Cielo o la Tierra?
  • ¿El Espíritu o el Cuerpo?
  • ¿La Belleza del Creador o la de la Creatura?
Dije maniqueas, es decir, "blanco, o negro", porque muchos pretenden elegir solamente uno de ambos extremos.
Pero el problema de estas antinomias se resuelve integrándolas, es decir, considerándolas como dos aspectos de una misma realidad que debemos saber cómo armonizarlas.

Pero ese problema se vuelve mucho más candente cuando se les presenta a personas que han renunciado al Mundo para consagrarse a Dios.

Me refiero a los religiosos, sacerdotes y monjas, porque ellos han consagrado, definitivamente su vida a Dios: entonces se agudiza el problema de los opuestos o antinomias, porque resulta impracticable abandonar el mundo, y seguir realizando actividades propias de la vida mundana, ya vistiendo hábitos religiosos.


PRIMERA PARTE


I. DIOS O EL MUNDO: "Nadie puede servir a dos señores" (Mateo 6, 24)


Leemos en la Biblia:


*1. Con respecto a nuestra relación de cristianos o, más aún, de consagrados, con el Mundo:
  • "Ellos no son del mundo, como no soy del mundo yo" (Juan 17, 16)
  • "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo, porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo" (1 Juan 2, 15-17).
  • "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, porque no sois del mundo, porque yo os elegí a vosotros, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15, 19).

*2. Con respecto a nuestra misión de cristianos o consagrados en el Mundo:

  • "Vosotros sois la sal de la tierra y la luz del mundo" (Mateo 5, 13-14)
  • "El reino de los cielos es semejante a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado".(Mateo 13, 33)
  • "Echen fuera la levadura vieja, el fermento de todo pecado. Sean masa nueva, panes ázimos, completamente puros" (1Co 5,7)


Esas frases nos revelan que nuestra relación con el mundo y nuestra misión en él, como cristianos, están direccionadas a generar las transformaciones espirituales dentro de la sociedad por la acción del mensaje cristiano que debemos irradiar, tal como lo hacen la levadura y la sal dentro de la masa; y como lo hace la luz de la lámpara dentro de una habitación.



En eso consiste el
dar testimonio de la belleza de Dios y de su Mensaje al Mundo.
Pero debemos hacerlo, obviamente,
cada uno acorde con el estado o condición personal que le toca vivir, y como consecuencia de la profesión que libremente hemos escogido.



Es decir:
meterse en el mundo, como la sal la levadura, o la luz,

  • para transformar a los mundanos en seguidores de Cristo; 
  • no para que los mundanos nos tranformen en seguidores de su pompas y vanidades, llevándonos a adorar a los ídolos falsos de la fama, del poder, o del dinero, que han sido siempre las eternas tentaciones de la Humanidad, tentaciones poderosas que han sido insinuadas también a Jesús mismo durante los días de su ayuno en el desierto.
Pero Jesús lo rechazó al Maligno, enseñándonos cómo debemos hacerlo nosotros.

Lamentablemente muchos sucumben aparatosamente ante estas tentaciones, cayendo al fango mundano con gran estrépito y ruina colosal de sí mismos, y de quienes se manifestaban como sus más fervientes admiradores.

  • Es por eso ineludible que asumamos nuestro deber de dar el testimonio de cristianos, de religiosos, de monjas, obispos o Papas, cada uno desde nuestros respectivos puestos de lucha apostólica, 
  • en lugar de incurrir en la necedad de ponernos a usurpar el atractivo lugar que otros ocupan, en la ridícula creencia de que de esa forma evangelizaremos mejor, haciéndonos más simpáticos a los mundanos: esto jamás ha dado resultado.                    
El solo hecho de pensar así, es una de las tentaciones más peligrosas e insuperables, ante las cuales no pocos sucumben.



Cada uno debe actuar, no solo dentro de su propio puesto de trabajo, sino utilizando los métodos y recursos que dicha actividad nos proporciona, tal como ocurre en la Órdenes religiosas.



No podemos visualizar, por ejemplo, a un Cartujo, monje de estricta clausura que vive toda su vida en perfecto silencio, ¡jugando al fútbol los sábados con jóvenes del pueblo! supuestamente para atraer a esos muchachos a la catequesis, a la Misa y al rezo del rosario.

Ese Cartujo, con semejante comportamiento, estaría violando sus preciosas reglas, ya aprobadas y probadas como eficaces por la Iglesia, en la creencia de que así, con semejante ocurrencia personal creada por su extraviada imaginación, él podrá construir  lo que debe construir con las herramientas proporcionadas por sus Reglas aprobadas por la Iglesia.


Debemos ser apóstoles auténticos, no pretender hacer apostolado como actores de reparto, o como religiosos de pacotilla, cuyo desempeño, actoralmente es perfecto pero ficticio, tal como el cirujano de una obra teatral que, en la realidad es un maestro de escuela.


Hay religiosos, sacerdotes y monjas vestidos con los hábitos de su congregación, que actúan  en programas musicales:

  • Se los ve más como laicos disfrazados de religiosos, que como religiosos auténticos, como si se tratara de una simple representación teatral.

  • Tal sucede con un maestro de escuela disfrazado de cirujano, para una obra teatral.

Algunos asistentes, del jurado o del público, llegan a expresar públicamente esa duda: si son religiosos de verdad, o solo están vestidos como tales.

Pero existe una diferencia en estos dos ejemplos:
  • El que actuó de cirujano en la obra teatral, sabe que no es cirujano, y al terminar la representación, vuelve a su trabajo en la escuela.
  • Pero los que "actuaron" como religiosos en el programa musical, ¡creen que son religiosos en la vida real! y hacen de su vida una comedia, o una tragicomedia.

Cada uno debe actuar como lo que es en la realidad: la que es catequista, como catequista; la enfermera, como enfermera; el sacerdote, como sacerdote; el Papa, como Papa.

Descaminado estará quien pretendiera brindar el testimonio que su profesión le exige, haciéndolo fuera de los límites de la misma. No solo está engañando a los demás, sino que se engaña a sí mismo, haciendo de su vida un fracaso.


"¡Dios nos libre de una Iglesia mundana bajo ropajes espirituales o pastorales!” (Papa Francisco, en "En "Evangelii Gaudium").

Consideren los siguientes ejemplos de personas que no cumplen su misión:


  • una madre de familia que se pasa tres horas cada día rezando rosarios y oraciones varias por su marido y sus hijos, y haciendo después, a las apuradas, pero mal, el aseo y la comida para su familia.
  • un sacerdote que recorre el mundo impartiendo conferencias magistrales a jóvenes sobre música rock, y celebrando sus misas tarde, mal y nunca, y predicando de una manera superficial.
  • un padre de familia que se dedica, diariamente, toda la mañana, a enseñar la Biblia en el barrio, y trabajar solo medio tiempo para traer algo de dinero a su familia, ya muy necesitada y endeudada.
Esa madre, ese sacerdote y ese papá creerán, tal vez, que están obrando bien: ¡pero están obrando mal porque descuidan sus obligaciones!

Los ejemplos son muchos. Pero todos se podrían unificar considerando la armonía existente en el cuerpo humano, donde cada parte tiene su función; y no es posible que las manos hagan la función de los pies, y los pies los de la mano.

¡Algunos lo consiguen!, y causan gran admiración, como  aquel que aprendió a pulsar el teclado con los dedos de los pies, logrando así que muchísimo público acuda a presenciar sus actuaciones: pero eso, por más asombro que cause, es anormal, y por eso despierta tanta admiración, como la que causaría un niño prodigio que, a los ocho años, ya maneja fórmulas de física cuántica.
Pero jamás es de desear, ni de aplaudir, lo que es anormal.

Lamentablemente, algunos religiosos toman ese camino equivocado, y terminan haciendo el marketing de la vanidad, del lucimiento personal, y del aplauso mundano, dejando sin cumplir su compromiso religioso, consciente y voluntariamente asumido alguna vez, de dar al mundo el testimonio de la futilidad de todas esas vanidades, y enalteciendo, en cambio, la belleza salvífica del mensaje de Cristo, a través de la estricta observancia de las Reglas establecidas por su Fundador.

Entonces ya no se cumplen en ellos aquellas palabras de Jesús que las cité al comienzo:


  • "Ellos no son del mundo, como no soy del mundo yo" (Juan 17, 16)
  • "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo,
sino estas otras:
  • "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo".
  • "Lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo".

Y, a decir verdad, esos escenarios iluminados por potentes candilejas y juegos de luces, colmados de personas que gustan de la farándula, y que van allí solo para deleitar la vista, los oídos, y su afán de encontrarse con comidillas y novedades acerca de la vida sentimental o sexual ajena, son el lugar predilecto de gente superficial, hueca, hedonista; y no reúnen las condiciones para proclamar el mensaje de Cristo, sino el del Mundo. Aunque se lo cite a Cristo en alguna frasecita, eso pasa desapercibido, ya que lo que les importa es el espectáculo.

Debemos conseguir reunir a esa gente en los templos, en las plazas, en los cruces de los caminos, o lugares donde sea realmente posible desarrollar actividades espirituales, pero no irnos nosotros, con el pretexto de evangelizar, a participar del bullicio de esos sitios absolutamente estériles para sembra la buena semilla, tal como lo fue, en su tiempo, la ciudad de Cafarnaúm.

Llama más la atención un cura que baila imitando a Michael jackson
en esas competencias televisivas, que un joven estudiante que haga eso mismo en la misma competencia..

Será el cura el que arrancará más ovaciones, ganará el premio y, posteriormente se llenará de contratos, de dinero y de viajes para brindar ese espectáculo en distintos países del mundo, con la consiguiente pero lamentable
aprobación de sus Directivos, entusiasmados por la alegría y los aplausos del público, y deslumbrados ante tanto ingreso de dinero a las arcas de la parroquia, o de la casa monástica o conventual donde reside tan afortunado Hermano o Hermana.

Han abierto así las puertas a la "diosa vanidad" y al "rey dinero"

Lean, por favor, estas noticias referente a la monja Sor Cristina:


Monja cantante supera récord de Gangnam style 

sor cristina scuccia la voz que causa furor en el mundo


En el Boletín ACIPRENSA encontré este comentario: "He visto varias veces el video completo de la presentación de la joven Sor Cristina Scuccia, una religiosa de las Ursulinas de la Sagrada Familia, en el programa concurso de canto "The Voice" (La Voz) de Italia, y aún hay varias cosas que me dan vueltas en la cabeza. ¿Está bien lo que ha hecho? ¿Es el lugar adecuado para que una religiosa aparezca y haga lo que ha hecho? ¿Es un ejemplo a seguir? Podría seguir con los cuestionamientos y con una serie de críticas que podrían hacerse al respecto".(Sigue el comentario pero ya sobre otros puntos).


Otra Monja, Jeanne Deckers, "Sor Sonrisa", como la llamaban los belgas, consiguió en 1963 desplazar a Elvis Presley y colocarse en la cabeza del hit-parade de Estados Unidos con su primera canción "Dominique".

Lean también esta noticia: La historia de Jeanne Deckers, Sor Sonrisa|La Noche Despierta


Pero: ¿son esos los objetivos de una persona consagrada a Dios? ¿Es posible evangelizar en serio en el estruendo del lucimiento personal en una competencia musical mundana? Evidentemente que no.  En esas oasiones brilla la persona, pero no Cristo.


¡Curiosamente dos cardenales la felicitan a esta monja! Pero eso no constituye garantía alguna de que taal comportamiento haya estado bien, ya que el propio Papa Francisco expulsó a cardenales de la Iglesia por serios delitos cometidos, y sin pelos en la lengua lo dijo en una ocasión: "La corte vaticana es la lepra del papado". Debemos esperar con paciencia la depuración del alto Clero, antes que dejarnos influir por sus opiniones en ciertos temas.


Comienza así la adoración de esos ídolos falsos llamados la "diosa vanidad", y el "dios dinero".

Las filmaciones de tales eventos competitivos suelen mostrar a las otras monjas que comparten la misma Comunidad, aplaudiendo, y hasta brincando como niñas, mientras la Hermana cantante se va llenando de ovaciones y de placentera autoadoración vanidosa, además de la certeza de fuertes ingresos monetarios.



Ese cura, o esa monja, tendrán lógicamente mucho más destaque en la prensa, tanto en noticias como en entrevistas, que mil curas o monjas trabajando, sudorosos y agotados, de sol a sol, por el bienestar corporal y espiritual de comunidades aborígenes, perdidas en las selvas de  algún lugar del planeta: esos misioneros, que consumen su vida mostrando a esos indígenas carentes de todo, la belleza de Cristo, y proveyéndoles de alimentos, medicamentos, y brindándoles toda suerte de atenciones, no tienen prensa, ni aplausos, ni reciben ayuda monetaria a raudales de ningún público, como el cura o la monja que compiten y triunfan ante un público superficial y mundano.

Pero el público mundano, loco y frenético, aplaudirá más al curita que baila, que a los misioneros que se desviven por los indígenas, o los monjes que trabajan en silencio,  que están dispuestos a morir por Cristo, porque los religiosos que bailan y que cantan en público, hacen actividades del mundo, y son considerados del mundo por sus fanáticos seguidores.
Les recuerdo por qué ocurre eso: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero, porque no sois del mundo, porque yo os elegí a vosotros, por eso el mundo os aborrece" (Juan 15, 19).


Esas monjas y curas fatuos piensan, tal vez no convencidos, que están ganando ese público para Dios.


PERO ESE PÚBLICO MUNDANO NO DICE...

  • ..."¡ESTA MONJA NOS MOSTRÓ A CRISTO!, LA IGLESIA DE CRISTO ES ATRACTIVA".
ESE PÚBLICO MUNDANO, ENTRE LOS QUE EXISTEN VERDADEROS "EMISARIOS DE SATANÁS",  DICEN...

  • ..."¡ESTA MONJA ES DE LAS NUESTRAS!, LA IGLESIA DE ESTA MONJA ES ATRACTIVA".

La monja, ingenua y neciamente, cree que ha conquistado a todo un público, cuando, realmente, fue ese público el que la ha conquistado a ella.

Nos instruye San Pablo:
“¿Busco yo ahora el favor de los hombres o el de Dios? ¿O es que intento agradar a los hombres? Si todavía tratara de agradar a los hombres, ya no sería siervo de Cristo.” (Gálatas 1:10)


Ese público, astuto y perverso, le ha echado las redes del aplauso fácil y enceguecedor, y sabe, positivamente, que LA ESTÁN CONQUISTANDO PARA QUE VUELVA AL MUNDO: esos gritos de aprobación, esos rostros sorprendidos, esos aplausois emiten este mensaje: "¿qué va a hacer esta jovencita tan hermosa, con tan linda voz, y todo un futuro artístico, encerrada entre monjas?".

Ese público conoce muy bien su tarea, y sabe lo que hace y por qué lo hace.

Es lo que ocurre con muchos sacerdotes "sanadores": la gente acude a sus Misas, no por la Eucaristía, sino por la sanación de sus enfermedades.
Vienen al templo, no por Cristo, sino por el Cura sanador. El Cura se pone en el centro: no Cristo.
Se consuma así una idolatría.
    Muchas veces el cura sanador se va llenando de una vanidad autogratificante, estimulando en los     feligreses la admiración hacia su persona, y no hacia la Persona de Cristo.


 MIREN A ESTA MONJA:
Cristina Scuccia
¿Estará ganando almas para Dios de esta manera?¿O estará más bien ganando
 votos del público para ella? ¿Tiene sentido una religiosa en esta pose?
 
Estas personas se convierten de esa forma, no en Estrellas de Belén que señalan donde se encuentra nuestro Salvador, sino en meteoritos fulgurantes de trayectoria errática, que se autodestruyen muy rápido, causando graves daños en el entorno algunas veces.


El Papa Benedicto XVI responde así a los que se preguntan si acaso no debe cambiar la Iglesia "adaptándose al tiempo presente" para llegar a los que están en búsqueda o duda:


"Si la Iglesia quiere realizar plenamente su misión debe “separarse de la mundanidad”, haciendo que la llamada a la apertura prevalezca sobre la atención a la organización y la institucionalización".


Lo dijo en la Konzerthaus de Friburgo a los católicos comprometidos en la Iglesia y en la sociedad, en el último encuentro de su visita de cuatro días a Alemania.

“Desde hace décadas – afirmó el Pontífice en su discurso, el más largo de los pronunciados en este 21º viaje apostólico, el tercero a su patria – “asistimos a una disminución de la práctica religiosa, constatamos un creciente distanciamiento de una notable parte de los bautizados de la vida de la Iglesia”.

“Surge, pues, la pregunta: ¿Acaso no debe cambiar la Iglesia? ¿No debe, tal vez, adaptarse al tiempo presente en sus oficios y estructuras, para llegar a las personas de hoy que se encuentran en búsqueda o en duda?”.

"A la beata Madre Teresa, recordó, le preguntaron una vez cuál sería, según ella, lo primero que se debería cambiar en la Iglesia, respondió: “usted y yo”.

”Este episodio, explicó el Papa, hace evidentes dos cosas: por un lado, ella entendía “que la Iglesia no son sólo los demás, la jerarquía, el Papa y los obispos; la Iglesia somos todos nosotros, los bautizados”; y de otro, que “cada cristiano y la comunidad de los creyentes están llamados a una conversión continua”.

El Pontífice se preguntó por tanto en qué consiste esta renovación, más bien “una corrección, para retomar el rumbo y recorrer de modo más directo y expeditivo un camino”

“Por lo que respecta a la Iglesia, el motivo fundamental del cambio es la misión apostólica de los discípulos y de la Iglesia misma”, afirmó, añadiendo que ésta “debe verificar constantemente su fidelidad a esta misión”.

El Papa advirtió que, “a causa de las pretensiones y de los condicionamientos del mundo, el testimonio viene repetidamente ofuscado, alienadas las relaciones y relativizado el mensaje”.

Para cumplir su misión, la Iglesia debe tomar “continuamente las distancias de su entorno, debe en cierta medida ser desmundanizada”.



 (En la siguiente entrada les haré llegar la Segunda Parte de este artículo)


Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva

2 comentarios:

  1. Buenísimo todo el comentario y las enseñanzas, las referencias, me encantó. En mi caso, como productor durante muchos años de música católica, eventos católicos y realizador audiovisual, puedo decir que tanto esta Monja que se presentó al reality en italia, como la otra monja argentina que vive en españa y que ha salido del convento para hacer unas declaraciones sociales y políticas, me llaman la atención, me un sentimiento sinceramente desordenado, por un lado, como productor y comunicador quisiera estar feliz, en serio, pero a la vez me genera una cierta incomodidad, porque hasta este momento no se si estarán haciendo todo lo correcto estas dos monjas. Pero analizando todo lo expuesto en este post, le doy la razón en toda su presentación, aunque yo personalmente, en cuanto a que sienten estas hermanas, no diría nada, porque no las conozco, pero su podemos hablar de lo que están haciendo con consentimiento de sus congregaciones, y ese sentido, si creo que hay algo que no esta del todo bien, a pesar del gran impacto que han generado.

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    1. Carlos: me alegro de que te haya servido mi comentario, y de que lo hayas valorado. Conozco la vida religiosa, porque estuve en ella desde mi infancia, en un seminario menor, hasta los 20 años, y conozco cuáles son los principales escollos contra los cuales puede estrellarse una vocación. Este, el de los concursos mundanos, es uno de los peores y más peligrosos porque, bajo apariencia de estar, supuestamente, haciendo el bien, uno está satisfaciendo otras oscuras necesidades. Por eso yo no sacaría nada, como productor o periodista, hablando con la monja: ella va a decir lo que cree que hace, pero no va a poder saber lo que está haciendo en realidad. Eso se descubre solamente con estudios psicológicos de la personalidad, efectuados mediante test y entrevistas pautadas, es decir, sujetas a ciertas pautas que el paciente desconoce. Dicen que en Julio de este año ella debe decidirse por hacer sus votos definitivos, o retornar al mundo del cual se separó para ingresar al convento. No soy profeta, pero tengo conocimiento de muchos casos como el de ella, que terminaron volviendo al mundo.
      Algunos de ellos para llevar ya una vida fracasada. Espero que ella sea una excepción, pero estoy seguro de que evangelizar como ella dice pretender hacerlo en esos ambientes sórdidos, es como pretender demoler el cerro Lambaré con una pala de jardín: veo que, posiblemente, lo de evangelizar sea solamente el pretexto inconscientemente asumido.

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