jueves, 8 de noviembre de 2012

¡QUÉ VERGÜENZA, ESPAÑA!



Queridos amigos y lectores:

MATRIMONIO GAY



Cualquiera podría pensar que una Nación que ha traído la civilización al Nuevo Mundo hace 500 años, hoy sería ya un espejo de elevación cultural y humana.

Sin embargo con España sucede lo contrario: lejos de ser un modelo de esplendidez humana y alto ejemplo de los más preciados valores de la cultura, va envejeciendo muy mal en estos asuntos, y degradándose al extremo de erigir en leyes ciertas conductas sexuales anormales, considerándolas, no solo normales, sino auténticos Derechos Humanos, de la mano de cierta tendencia política decadente y fracasada que promueve, entre sus estrategias ideológicas, la "Cultura de la Muerte".

El Socialismo del abucheado Rodriguez Zapatero, que dejó el cargo por su inutilidad personal y la de su ideología depredadora de los valores morales, es la muestra más patente de la tragedia de España, que ya no puede considerarse modelo de Nación civilizada. Erigir en ley la inmoralidad, sea esta el aborto, la eutanasia, o la unión homosexual, no puede considerarse "de avanzada", ni "progresismo".

¡Y pensar que en la escuela nos enseñaron a llamarla "La Madre Patria"!
Hoy ya no: es inadmisible dar el nombre de "madre" a una mujer que degrada y prostituye a sus hijos.

Yo pensé que, con la caída estrepitosa y vergonzosa de Zapatero, las cosas mejorarían en dicho país.
Pero, lamentablemente, no fue así.

Les envío una noticia que me acaba de llegar de la Plataforma española "Hazte Oir", donde comprobamos que en España ya han dado el nombre de matrimonio, también a la unión de una pareja homosexual.
Se basan en una frase de la Constitución epañola, donde se lee que "el hombre y la mujer tienen derecho a unirse en matrimonio".

Sin molestarse en definir lo que se entiende por matrimonio, el Tribunal Constitucional español interpretó este derecho, como que "pueden unirse en matrimonio, tanto el hombre con otro hombre, y la mujer con otra mujer": "hombre y mujer iguales derechos". 
Pareciera la interpretación de un deficiente intelectual porque, en el clarísimo castellano de la citada frase no se expresa semejante afirmación.
Pero dicha conducta seudojurídica se ha puesto de moda en el mundo, por obra de estos políticos depravados, activos incluso en el antes honorable Organismo de la ONU.

Es ya de uso frecuente aquello de "profundizar" los derechos humanos.
Le llaman así a cualquier caprichosa reinterpretación de los mismos, en favor de una determinada nucleación política, pese a que hacer eso está prohibido en el artículo 30 de la mismísima Declaración de los Derechos Humanos, donde se lee: "Nada en esta Declaración podrá interpretarse..."


En efecto: si cada partido hiciera lo mismo, llegaríamos a una Babel, donde el idioma ya no tendría ninguna utilidad, porque cada cual lo entendería e interpretaría como le convenga, generándose, a causa de tales confusiones, debates interminables y extrema violencia social destructiva de todo intento de armonía y convivencia pacífica.
Pero al marxismo, no le interesa la CONVIVENCIA, sino LA VIOLENCIA. Ese es su caldo de cultivo.

 "Donde todo vale, nada vale. Donde todo es familia, nada es familia". Son frases del Doctor Jorge Scala, un alto referente argentino en materia jurídica.

Es aberrante, absurdo y ridículo, pretender abolir, por leyes humanas, las leyes naturales.

Que una ley sancione que la homosexualidad es normal, es tan ridículo y absurdo como otra que establezca que la diabetes no es una enfermedad, o que los árboles son seres pensantes.

En España eso ya ha ocurrido: ¡Qué vergüenza, España!

Lo peor de todo esto es que no lo hacen por ignorancia, o por convicción jurídica real, sino por apuntalar una ideología política cuya tendencia central es "banalizar la sexualidad, y destruir la familia".
Esos objetivos son la esencia de ciertos sectores socialistas inhumanos y perversos.
Les envío la página que me llegó de España, y les ruego que pongan en ella su firma, haciendo click en el vínculo allí indicado.
Yo ya firmé.

De esa forma estaremos aportando nuestra lucha en defensa de los valores de la sexualidad, y de la familia normal,
cuya destrucción están propiciando ciertas poderosas fuerzas políticas y financieras en el mundo.

Cordiales saludos:
Dr. Francisco Oliveira y Silva.
.

---------- Mensaje reenviado ----------
De: Ignacio Arsuaga, HazteOir.org <hazteoir@hazteoir.org>
Fecha: 8 de noviembre de 2012 05:02
Asunto: Yo no lo llamaré matrimonio
Para: Francisco Oliveira y Silva <francisco.oliveiraysilva@gmail.com>


Francisco,
El Tribunal Constitucional dice que la unión de dos hombres o dos mujeres es un matrimonio. Yo sé que NO es así.
También dice que los niños pueden ser adoptados por parejas del mismo sexo y, por lo tanto, ya no tienen derecho a un padre y una madre. Me niego a aceptar que se experimente con la infancia.
El Tribunal decreta, además, que el artículo 32 de la Constitución Española, cuando dice que "el hombre y la mujer tienen derecho a contraer matrimonio", en realidad, lo que dice es que hombre y mujer pueden casarse con personas del mismo sexo. NO es cierto: la Constitución dice lo que dice, por más que la retuerza el Alto Tribunal.
Diga lo que diga el Constitucional, yo NO llamaré matrimonio a lo que es otra cosa. Acabo de recordárselo al presidente Mariano Rajoy:
http://www.hazteoir.org/firma/49418-firma-yo-no-lo-llamare-matrimonio
¿Puedes enviarle tu petición para que recupere el matrimonio en el Código Civil? Pincha en el enlace para enviar tu petición.
No es cuestión solo de palabras. Las palabras importan. Respetar la naturaleza de las cosas y su significado es trascendental, cuando hablamos de leyes.
Pero se trata, sobre todo, de que el matrimonio y las uniones homosexuales son realidades distintas y, por lo tanto, no pueden ser reguladas de la misma forma.
  • Si el matrimonio se desnaturaliza, si cualquier otra realidad es un matrimonio, entonces, la familia, que es el el refugio más seguro de la libertad y el amor, peligran seriamente.
  • Si los niños pierden el derecho a tener un padre y una madre, entonces, nuestros legisladores los están usando como cobayas en un irresponsable experimento de ingeniería social.
  • Si decimos que el matrimonio es lo mismo que la unión de dos personas del mismo sexo, entonces, la contribución del matrimonio y de la familia al bienestar y la prosperidad de la sociedad tendrán el mismo valor que la de otras realidades que no aportan lo mismo.
Es injusto que las leyes reconozcan y regulen por igual realidades que son diferentes.
Por eso, le he dicho al presidente Rajoy que yo NO llamaré matrimonio a lo que no es matrimonio.
Le he pedido que sea consecuente con el recurso que el PP presentó en 2005 y recupere la institución del matrimonio en el Código Civil.
Puedes enviar tu petición ahora al presidente Rajoy, aquí:
http://www.hazteoir.org/firma/49418-firma-yo-no-lo-llamare-matrimonio
Muchas gracias por apoyar la realidad singular del matrimonio y de la familia.
Ignacio Arsuaga y todo el equipo HO
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